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- El Sutra de Hui-Neng
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- El
Gran
Maestro del Zen
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- El Sexto Patriarca Cortando Leña
- Pergamino en seda y tinta atribuido a Liang Kai
(Al principio del Siglo XIII)
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La Historia Personal
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- La Realización de la Enseñanza y
el Legado del Manto
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- Cuando el Gran Maestro llegó al
Bosque del Monasterio de las Joyas, el Gobernador Wei de la Provincia de
Shao fue a las montañas con algunos oficiales del gobierno para solicitarle
al Maestro que bajara a la ciudad y predicara al pueblo en el salón de
conferencias del Monasterio del Gran Brahma.
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- Cuando el Maestro llegó al
estrado, el gobernador, más de treinta oficiales, más de treinta escolares
Confucianos, y más de cien monjes, monjas y seglares, todos ellos se
inclinaron al mismo tiempo suplicándole el escuchar lo esencial de las enseñanzas.
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- El Gran Maestro le dijo a la
multitud,
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- Queridos amigos, el bodhi es
inherentemente puro; simplemente usen esta mente, y realizarán directamente
la budeidad o su naturaleza búdica.
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- Queridos amigos, por ahora,
escuchen el curso de los eventos a través de los cuales yo realicé la enseñanza.
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- Mi padre era originalmente de
Fan-yang, pero fue desterrado a Ling-nan, donde llegó a ser un campesino en
la Provincia de Hsin [“Nueva”]. Desdichadamente para mí, también mi
padre murió temprano. Con mi madre viuda me mudé a Nan-hai, donde sufrimos
la pobreza y por lo tanto tuve que vender leña para vivir.
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- Un día un parroquiano que compró
un poco de leña me pidió que se la llevara a su negocio. El comprador
recibió la leña y yo dejé el negocio con el dinero. Ya afuera, me fijé
en un viajante que estaba recitando
una escritura. Al momento de oír las palabras de la escritura, mi mente
entendió y comprendí.
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- Le
pregunté al viajante cuál era la escritura que estaba recitando. Él dijo
que era el Sutra del Diamante. Entonces le pedí que me dijera de dónde la había
aprendido. Él me dijo que la había aprendido en el Monasterio de la Meditación
Occidental en la Prefectura de Huan-mei en la Provincia de Ch’i, donde el
Gran Maestro Hung-jen, el Quinto Gran Maestro, [del Budismo Chan], estaba
enseñando a más de mil estudiantes. Fui allí y
escuché esta escritura que el Gran Maestro siempre recomendó a ambos, los
clérigos y los seglares, diciendo que si ellos cumplían el Sutra del
Diamante, ellos verían su propia naturaleza esencial y realizarían
directamente la budeidad.Oyendo esa explicación, sentí una afinidad
pre-existente. Un comprador me había dado diez onzas de plata para
que pudiera proveerle comida y ropa a mi madre, y de esa forma poderme ir a
Huan-mei a suplicarle al Quinto Gran Maestro.
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- El Gran Maestro preguntó, “¿De dónde
vienes y que quieres?”
- Repliqué, “Soy un campesino de la
provincia de Hsin en Ling-nan. He venido desde tan lejos a ofrecerle mis
respetos a usted solamente porque busco ser un buda, nada más.”
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- El Gran maestro dijo, “Tú eres un
sureño y un aborigen, ¿cómo tú puedes ser un buda?”
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- Le dije, "Las personas pueden ser
sureños o norteños, pero la naturaleza búdica originalmente no tiene ni sur
ni norte. Como aborigen, mi estatus social no es él mismo que el suyo, pero
¿qué diferencia hay en nuestra naturaleza búdica?"
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- El Gran Maestro quería hablar más
conmigo, pero observó que sus seguidores estaban alrededor de nosotros, así
que me envió a hacer tareas con los trabajadores.
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- Le dije a él, "Mi propia mente
siempre produce sabiduría. El no estar apartado de la naturaleza esencial de
uno es en sí mismo una disciplina de bendiciones. ¿Qué trabajo quiere usted
que yo haga?"
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- El Gran Maestro dijo, “¡Este
aborigen es muy listo! No digas nada más. Ve a trabajar en el granero.”
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- De forma que me retiré a la parte de
atrás del edificio donde un trabajador me puso a cortar leña y a desbrozar el
arroz. Pasé allí un poco más de ocho meses en esto, cuando el Gran Maestro me
vio un día y me dijo, “Pienso que tu visión es digna de confianza, pero tenía
temor que las personas malas te hicieran daño, así que no hablé contigo. ¿Te
das cuenta de esto?”
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- Le dije, “No conozco tu intención.
Esta es la razón por la que no me atreví a caminar enfrente del auditórium,
por miedo a ser inconsiderado.”
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- Un día el Gran Maestro llamó a todos
sus discípulos y dijo, “Les voy a decir, que para las personas en este mundo
el asunto de nacer y morir es serio. Ustedes resuelven buscar innumerables
bendiciones todo el día, y no buscan el salir del océano de miseria del
nacimiento y la muerte.
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- “Si su propia naturaleza está
confusa, ¿cómo pueden las bendiciones salvarles? Dejemos que cada uno de
ustedes busque en su propia sabiduría, absorbiendo la naturaleza perceptiva de
su propia mente básica y me compongan un verso para que me lo presenten. Al que
haya entendido el gran significado, le legaré el manto y la enseñanza, y lo
haré el Sexto Gran Maestro.”
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- “Esto es urgente, así que no
tarden. El pensar acerca de esto no es el caso – las personas que han visto la
naturaleza esencial deben verla en el momento de mencionarla. Alguien como éste,
puede verla incluso en la línea de batalla en medio de las espirales de las
espadas.”
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- Después que los seguidores habían
recibido estas direcciones, ellos se retiraron diciéndose unos a otros, “El
grupo de nosotros no tiene que clarificar nuestras mentes y concentrarse en
componer versos para enseñárselos al maestro. ¿Cuál es el motivo de esto?
Shen-hsiu el anciano mayor es ahora el mentor – él seguramente lo hará. Si a
él quiere que nosotros presumamos componiendo versos, estaríamos perdiendo la
energía mental.”
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- Otras personas que estaban oyendo
esto, acordaron todos poner su mente a descansar, diciendo, “Nosotros
contaremos con el Maestro Shen-hsiu para hacer esto; ¿por qué preocuparnos en
componer versos?
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- Shen-hsiu reflexionó, “La razón
por la que los otros no presentarán los versos es que yo soy su mentor.
Debo componer un verso para presentárselo al Maestro – si no se lo
presento, ¿cómo mi maestro sabrá lo profundo o superficial de la percepción
y entendimiento en mi mente? Si mi intención en presentar los versos es
buscar la enseñanza, entonces está bien; si es, buscar el rango de Gran
Maestro, eso está mal – será igual a la de la mentalidad ordinaria. ¿Cómo
podría ser diferente a usurpar el rango de un sabio? Si no presento un
verso, nunca obtendré las enseñanzas. Esto es muy difícil, muy difícil.”
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- Finalmente Shen-hsiu pensó, “Será
mejor si escribo el verso en la pared del pasillo, donde el maestro pueda
verlo. Si el maestro dice que está bien, respetuosamente me presentaré y
declararé que es mi composición. Si dice que no, he estado perdiendo años
en las montañas aceptando el respeto de otros - ¿cuál será el camino
siguiente que escogeré para practicar?” Esa noche, en el medio de la
noche, no dejando saberle a nadie, él cogió la lámpara y escribió su
verso en la pared del pasillo sur, presentando su percepción y
entendimiento.
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- El verso decía:
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- El Cuerpo es el árbol de la
Iluminación,
- La mente es como un espejo claro.
- Púlelo diligentemente una y otra
vez,
- No dejes que se polvoree.
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- Habiendo escrito esto, Shen-hsiu
regresó de nuevo a su habitación, totalmente desapercibido por todos.
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- Shen-hsiu también pensó, “Si el
Gran Maestro está conforme cuando mañana él vea mi verso, entonces me he
conectado con las enseñanzas. Si él dice que no vale la pena, es mi propia
ilusión – las barreras de mis hábitos existentes son múltiples, y no
soy adecuado para obtener las enseñanzas. La mente de un sabio es difícil
de comprender.”
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- Mientras pensaba en su habitación,
se sentía inquiero sobre si sentaba o se acostaba. Así continuó hasta el
amanecer.
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- Ahora bien, el Gran Maestro ya sabía
que Shen-hsiu no había todavía traspasado el portón y que tampoco había
visto su propia naturaleza esencial. En la mañana él llamó al artista Lu
Kung-feng para que hiciera el mural sobre la pared del pasillo del sur.
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- De repente viendo los versos, el
Gran Maestro le dijo al artista que no procediera con el mural, dándole las
gracias por su molestia. “Las escrituras dicen que todas las formas son
ilusorias”, dijo él. “Sólo deja el verso para que lo reciten las
personas. Si ellos actúan de acuerdo con este verso, ellos evitarán caer
en los caminos erróneos y dañinos; hay un gran beneficio en actuar de
acuerdo con este verso.”
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- Él dijo a los discípulos que
encendieran incienso y ofrecieran respeto al verso de forma de que pudieran
ver su naturaleza esencial. Los discípulos recitaron el verso, y todos lo
celebraron admirablemente.
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- En el medio de la noche, el Gran
Maestro, envió a buscar a Shen-hsiu a sus dependencias y le dijo, “¿Fuiste
tú quien compuso el verso?”
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- Shen-hsiu dijo, “Si, yo compuse
el verso, pero no presumo de buscar el rango de Gran Maestro. Espero por su
compasión, para ver si tengo o no, alguna sabiduría.”
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- El Gran Maestro dijo, “Tu
composición de ese verso indica que no has visto tu naturaleza fundamental.
Solamente has llegado afuera del portón; todavía no has entrado al
interior. Si buscas la iluminación perfecta y sin par, con un entendimiento
como éste, nunca la podrás obtener. La iluminación perfecta requiere que
seas capaz de reconocer tu propia mente básica en una palabra, y ver tu
propia naturaleza original, que no nace ni muere. Cuando te ves a ti mismo
todo el tiempo, momento a momento, sin ningún rezago ni demora por nada en
absoluto, como uno es real, todo es real – miríadas de objetos son en sí
mismos la semejanza como realmente es. La Consciencia de la Semejanza como es, es la
verdad real; si tú ves en esta forma, esa es la naturaleza inherente de la
iluminación perfecta.
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- “Vete
por ahora y reflexiona por un día o dos. Entonces, compón otro verso. Si
veo a través de tu verso que has triunfado en cruzar el portón y has
entrado, te otorgaré el manto y la enseñanza.”
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- Shen-hsiu hizo una reverencia y se fue. Cuando
habían pasado muchos días, y todavía él no había sido capaz de producir
un verso, el se sintió desfallecido de corazón e inquieto de
espíritu y pensamiento. Él estaba como en un sueño.
Ya sea si estaba caminando o sentado estaba intranquilo e incomodo.
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- Dos días después, un muchacho que pasaba por el
granero estaba cantando un verso. Tan pronto como lo oí, realicé que el
verso todavía no revelaba la
esencia fundamental. Aunque no había recibido instrucción, ya conocía la
idea principal, así que le pregunté al muchacho, “¿Qué verso es ese
que estás cantando?”
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- El muchacho dijo, “¡Tú, aborigen! ¿No sabes
que el Gran Maestro dice que para las personas en este mundo el asunto del
nacimiento y la muerte es serio – si ellos quieren obtener la trasmisión
del manto y las enseñanzas, él hace que los discípulos compongan versos.
Si cualquiera ha realizado el gran significado, él le trasmitirá el
manto y las enseñanzas y lo hará el Sexto Gran Maestro. El monje mayor
Shen-hsiu escribió este verso sin forma, en la pared del pasillo sur; el
Gran Maestro ha hecho que todos se lo memoricen, diciendo que si uno pone
este verso en práctica, evitará caer en los caminos erróneos, si uno pone
este verso en práctica ganará gran beneficio.”
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- Yo dije, “He estado allí, cerca de ocho meses,
golpeando el arroz con mis manos y nunca he estado en el auditórium. Por
favor, llévame donde está el verso, de manera que le pueda rendirle mis
respetos.”
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- Cuando el muchacho me hubo guiado al verso para
rendirle mis respetos, yo le dije, “Soy analfabeto; por favor léemelo.”
En ese momento el teniente inspector militar de la Provincia de Chiang
estaba allí, un hombre llamado Chang Chih-yung; él leyó el verso en alta
voz. Después que lo hube escuchado, dije que yo también tenía un verso,
diciéndole al teniente inspector que me lo escribiera.
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- El teniente inspector dijo, “¡Qué
extraordinario es que también tú compusieras un verso!”
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- Le dije al teniente inspector, “Si quieres
experimentar la iluminación suprema, no tomes a la ligera ni les hagas
desaires a los principiantes. Una persona del rango más bajo puede tener el
conocimiento mayor, mientras que una persona del rango superior puede
carecer del conocimiento práctico. Si menosprecias a las personas, habrás
hecho un error incalculable.”
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- Mi verso fue como sigue:
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- La iluminación originalmente no tiene árbol,
- Y no hay un espejo claro ahí.
- Originalmente no hay ni una sola cosa –
- ¿Dónde se puede acumular el polvo?
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- Después que el verso hubo sido escrito, la
comunidad completa estaba asombrada, y cada uno se maravilló. Ellos se decían
los unos a los otros, “¡Qué singular y extraordinario! ¡No podemos
conocer a las personas por su apariencia! ¿Cómo hemos podido haber
empleado por tanto tiempo en función de criado a un bodhisattva viviente?
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- Viendo el asombro y admiración de la gente, el
Gran Maestro temió que alguien pudiera hacerme daño, así que borró el
verso con su zapato y dijo, “Esto todavía no es la percepción de la
esencia.”
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- Todo el mundo pensó que así
era, pero el próximo día el Gran Maestro secretamente vino al granero,
donde encontró que yo estaba dándole al arroz con una piedra en mi
cinto. Él dijo, "Las personas que buscan el Camino olvidan sus
cuerpos con el fin de obtener la enseñanza; ¿será éste así?"
Entonces me preguntó, "¿Ya está el arroz listo?"
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