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viernes,
07 de marzo de 2003
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- Conceptos
Sobre la Meditación tomados de artículos diferentes y de diferentes autores
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Compilados
por la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
Para las personas interesadas en aprender
Meditación, en particular para mis estudiantes que tan pacientemente han
permitido que una servidora, con la ayuda de los escritos de los Grandes
Maestros, los guíe en una pequeña parte del Camino hacia el Divino.
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- Recomendación: Imprima este escrito y
lealo con calma y tranquilidad.
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- Así
como un escritor sólo adquiere una espontánea libertad de expresión tras
años de estudio, a menudo laborioso, y así como la gracia sencilla de un
bailarín se obtiene únicamente con un enorme y paciente esfuerzo,
así también, cuando empieces a comprender adónde te conducirá la
meditación, la abordarás como la mayor empresa de tu vida, una empresa
que te exige el más profundo entusiasmo, perseverancia, inteligencia y
disciplina.
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- Gueshe
Kelsang Gyatso dice:
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- "El
corazón de la práctica de Dharma es la meditación.
El
propósito de la meditación es pacificar y calmar la mente. Si
mantenemos una mente apacible, no tendremos preocupaciones ni angustias y
disfrutaremos de verdadera felicidad; pero si nuestra mente está alterada,
no conseguiremos sentirnos felices aunque estemos rodeados de las mejores
condiciones. Si nos adiestramos en la meditación, iremos descubriendo en
nuestro interior una paz y una serenidad cada vez mayores y disfrutaremos de
una forma de felicidad que se irá volviendo más pura. Finalmente,
estaremos siempre contentos incluso ante las situaciones más adversas.
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- Por
lo general, nos cuesta mucho controlar la mente. Al igual que un globo
suelto en el aire se zarandea de un lado a otro al capricho del viento,
nuestra mente se tambalea inestable a merced de las circunstancias externas.
Si las cosas nos van bien nos sentimos felices, pero si nos van mal
enseguida nos enfadamos. Por ejemplo, si logramos lo que deseamos, como
nuevas posesiones o un nuevo amigo, nos alegramos excesivamente y nos
agarramos a ellos con fuerza; pero, como no nos es posible adquirir todo lo
que se nos antoja y es inevitable que algún día nos separaremos de
nuestros amigos y posesiones, este apego o adherencia mental sólo nos
produce sufrimiento. Por otro lado, si no conseguimos lo que queremos o
perdemos algo que nos gusta, nos enfadamos y descorazonamos. Así pues, si
nos vemos obligados a trabajar con una persona que no es de nuestro agrado,
lo más probable es que nos pongamos de mal humor y nos sintamos ofendidos;
como consecuencia, no podremos trabajar de manera eficiente, no
encontraremos satisfacción en nuestro trabajo y empezaremos a padecer estrés.
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- Tales
cambios en nuestro estado de ánimo surgen porque nos involucramos demasiado
en las situaciones externas. Somos como niños que se emocionan construyendo
un castillo de arena en la playa, pero cuando las olas lo destruyen se ponen
a llorar. Por medio de la meditación aprendemos a crear un espacio en
nuestro interior y una flexibilidad y claridad mentales que nos permiten
controlar nuestra mente sin vernos afectados por los cambios en las
circunstancias externas. De manera gradual, desarrollamos una estabilidad
mental, un equilibrio interior que nos permite permanecer siempre felices en
vez de oscilar entre los extremos de la euforia y el desaliento.
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- Si
nos adiestramos en la meditación con regularidad, llegará un día en que
seremos capaces de erradicar las perturbaciones mentales, que son las causas
de todos nuestros problemas y sufrimientos. De este modo disfrutaremos de la
paz interna permanente, conocida como ‘la liberación’ o ‘el
nirvana’. A partir de entonces, día y noche, durante una vida tras otra,
sólo experimentaremos paz y felicidad.
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- La
meditación es el método para familiarizar la mente con la integridad. Es
una conciencia mental que analiza un objeto íntegro o se concentra en él.
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- Un
objeto íntegro es aquél que nos induce a manifestar una mente apacible
cuando lo analizamos o nos concentramos en él.
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- Si
contemplamos un objeto y como consecuencia de ello surge una mente agitada,
por ejemplo, por el odio o el apego, ésta es una indicación de que ese
objeto no es íntegro. También hay muchos otros objetos que no son ni íntegros
ni no íntegros, sino neutros. Tenemos por ejemplo el conteo de la Respiración
Saludable, en el que nos enfocamos en el conteo de la inhalación, el
sostenimiento y la exhalación al respirar.
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- La
meditación puede ser de dos tipos: analítica
o de ‘emplazamiento o estacionamiento o unifocal’.
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- Cuando
contemplamos o estudiamos el significado de cualquier escritura de Dharma que hayamos leído o
escuchado, estamos realizando una meditación analítica. La contemplación
profunda de esa enseñanza nos conducirá a una determinada conclusión o a
manifestar una actitud mental íntegra.
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- Esta
conclusión o actitud mental será el objeto de la meditación de
estacionamiento o emplazamiento
[se le llama así porque nos estacionamos allí, no dejando que la mente
corra a su gusto.] Una vez que hayamos encontrado el objeto deseado por
medio de la meditación analítica, debemos concentrarnos en él sin
distracciones por tanto tiempo como podamos
a fin de familiarizarnos profundamente con él. Esta concentración
convergente es la meditación de estacionamiento.
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- El
término ‘meditación’ suele utilizarse para hacer referencia a la
meditación de estacionamiento o unifocal, y él de ‘contemplación’
para referirse a la meditación analítica. La meditación de
estacionamiento depende de la contemplación, y ésta, a su vez, de la
escucha o lectura de las enseñanzas de Dharma.
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- La
primera etapa de la meditación consiste en detener las distracciones y
lograr una cierta claridad y lucidez en la mente. Esto puede lograrse por
medio de un simple ejercicio de respiración [La Respiración Saludable].
Primero buscamos un lugar tranquilo donde podamos meditar y nos sentamos en
una posición cómoda, ya sea la postura tradicional, con las piernas
cruzadas una sobre la otra, o cualquier otra posición cómoda. Si lo
preferimos, nos podemos sentar en una silla. Lo más importante es mantener
la espalda recta para no caer en un estado de somnolencia.
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- Mantenemos
los ojos entreabiertos y enfocamos toda nuestra atención en la respiración.
Respiramos de forma natural, preferiblemente a través de los orificios
nasales, sin pretender controlar la respiración, e intentamos ser
conscientes de la sensación que produce la entrada y salida del aire por la
nariz. Esta sensación es nuestro objeto de meditación. Nos concentramos en
él intentando olvidar todo lo demás.
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- Al
principio percibiremos que nuestra mente está muy atareada y entonces es
posible que pensemos que la meditación la agita aún más; en realidad, lo
que ocurre es que empezamos a darnos cuenta de lo ajetreada que normalmente
está nuestra mente. Además, tendremos tendencia a seguir los diferentes
pensamientos que vayan surgiendo, pero hemos de resistirnos a ello y
concentrarnos todo lo que podamos en la sensación producida al respirar. Si
descubrimos que nuestra mente se distrae y vaga tras pensamientos e ideas,
hemos de retornar de inmediato a la respiración. Repetimos este proceso
tantas veces como haga falta hasta que la mente se asiente en la respiración.
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- Si
practicamos de este modo con paciencia, nuestras distracciones irán
disminuyendo de manera gradual y experimentaremos una sensación de
serenidad y relajación. Nuestra mente se volverá lúcida y espaciosa y nos
sentiremos restablecidos. Cuando el mar está encrespado, el sedimento del
fondo se agita y el agua se enturbia; pero cuando el viento cesa, el lodo se
deposita en el fondo poco a poco y el agua se vuelve transparente. Del mismo
modo, cuando por medio de la concentración en la respiración logramos
calmar el flujo incesante de nuestras distracciones, nuestra mente se vuelve
lúcida y clara. Entonces, intentamos permanecer en ese estado de calma
mental durante un rato.
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- Aunque
este ejercicio de respiración no sea más que una etapa preliminar de la
meditación, puede llegar a ser muy efectivo. Esta práctica es una prueba
de que podemos experimentar paz interior y satisfacción simplemente
controlando la mente, sin tener que depender de las condiciones externas.
Cuando la turbulencia de las divagaciones mentales disminuye y nuestra mente
se calma, surge de forma natural un sentimiento profundo de felicidad y
satisfacción. Este sentimiento de bienestar nos ayudará a resolver los
problemas y dificultades de la vida diaria. Una gran parte del estrés y de
las tensiones que nos afligen se originan en la mente y muchos de nuestros
problemas, como la mala salud, son provocados o agravados por el estrés. Si
practicamos la meditación en la respiración durante diez o quince minutos
al día, seremos capaces de reducir en gran medida nuestro estrés.
Experimentaremos una sensación de tranquilidad y espacio en nuestra mente y
muchos de nuestros problemas se desvanecerán. Sabremos manejar mejor las
situaciones difíciles, nos sentiremos más cerca de los demás, seremos más
atentos con ellos y nuestras relaciones mejorarán." [Hasta aquí la cita]
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- Rev.
Yin Zhi Shakya dice:
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- Hemos
de adiestrarnos en esta meditación preliminar hasta que logremos una cierta
experiencia; pero si deseamos lograr una paz interna permanente y estable, y
liberarnos de todos los problemas y sufrimientos, este simple ejercicio de
respiración no es suficiente, hemos de emprender formas más prácticas de
meditación como las que se presentan en el libro El Séptimo Mundo del
Budismo Chan. Al hacer estas meditaciones, comenzamos calmando la mente por
medio de este ejercicio de respiración y proseguimos con las meditaciones
analítica y de estacionamiento siguiendo sus respectivas instrucciones.
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La
Meditación es simplemente un estado de alerta concentrado consciente. Si están interesados en practicar la meditación
deben aprender a desarrollar su concentración. Si están interesados en
hacer uso de la meditación en su vida diaria, entonces tienen que aprender
a aplicar la alerta en su diario vivir. La meditación verdadera es
simplemente desarrollar y hacer uso de la alerta concentrada en las
experiencias comunes y eventos de cada día.
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J. Krisknamurti ha dicho en su libro Meditaciones:
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- La
mente meditativa es silenciosa.
- Está
más allá del pensamiento...
- La
mente meditativa es la mente religiosa - la mente que no ha sido tocada por
la iglesia, los templos, o los cánticos...
- La
meditación no es un recurso para
obtener un fin. Es ambos el recurso y el fin.
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- Recordemos las palabras del Relato #29:
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- Por
la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
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- La
Concentración. La Meditación. La Transformación.
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Mientras
perdure el espacio
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Mientras
persistan los seres sensibles
-
Que
hasta ese entonces también yo permanezca
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Y
disipe las miserias del mundo.
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-
Dalai Lama
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- Todos
queremos ser felices. Y en la búsqueda de esa felicidad que tanto añoramos,
perseguimos todo lo que pensamos pueda contenerla. Corremos detrás de amor,
dinero y salud. Detrás de un amor
permanente, de una riqueza inextinguible y de una salud constante y
continua. Y así, ofuscados por la búsqueda de la felicidad perecedera,
vamos obteniendo pequeñas dosis de dicha ‘felicidad’, las cuales se
agotan por cualquier circunstancia y nos dejan más tristes y frustrados de
lo que estábamos en un comienzo. Para muchos, estas dosis son mayores que
para otros, pero de todas formas siempre se acaban, son pasajeras y efímeras,
porque en este mundo dual del Sámsara, después de una felicidad viene una
tristeza y después de una tristeza viene una felicidad. La cantidad y la
calidad de cada una de ellas dependen de la Ley de la Causalidad. Esta ley
la explica detalladamente el Gran Maestro Jy Din en su obra ‘Las Enseñanzas
de Hsu Yun’ como sigue:
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"Primero,
la Ley de la Causalidad explica simplemente que el mal produce mal y el bien
produce bien. Un árbol venenoso da un fruto venenoso, mientras que un árbol
sano da uno bueno.
Conceptualmente
esto parece simple; pero en realidad es bastante complejo.
Los
malos actos son una horrible inversión. Garantizan una ganancia en dolor,
amargura, ansiedad y remordimiento. No hay ganancia para las acciones que nacen
de la codicia, la lujuria, la cólera, el orgullo, la pereza o la envidia. Todas
estas motivaciones sirven simplemente a las ambiciones del ego. Los actos o
acciones malas nunca pueden desarrollar la realización espiritual. Solo
garantizan penuria espiritual.
Por
otra parte están los actos buenos, siempre que no sean realizados
condicionalmente – como una inversión que dará una futura recompensa –
traerán al que los haga paz y realización espiritual.
Un
buen acto libre de ego es muy diferente de un buen acto artificial. En
apariencia, el efecto puede parecer el mismo; es prestada la ayuda o atención
necesarias. Pero la persona que ayuda a otra con la esperanza secreta de recibir
algún beneficio futuro, por regla general hace el mal, no el bien. Permítanme
que ilustre este punto:
Hubo
una vez en China un príncipe al que le gustaban mucho los pájaros. Siempre que
encontraba un pájaro herido, lo alimentaba y lo cuidaba hasta que recobraba la
salud; y entonces, cuando el pájaro había recobrado su fuerza, lo dejaba en
libertad con mucho regocijo.
Naturalmente,
el príncipe se hizo bastante famoso debido a su capacidad de sanador amoroso de
los pájaros heridos. Siempre que alguien se encontraba un pájaro herido, en
cualquier lugar del reino, rápidamente se le llevaba, y él expresaba su
gratitud a la persona considerada que se había ocupado de eso.
Pero
entonces, para tratar de conseguir el favor del príncipe, la gente comenzó a
atrapar pájaros y a lesionarlos deliberadamente para así poderlos llevar al
palacio.
Fueron
asesinados tantos pájaros en el curso de la captura y su posterior mutilación,
que el reino se convirtió en un infierno para los pájaros.
Cuando
el príncipe vio el daño que estaba causando su bondad, decretó que nunca más
se ayudara a ningún pájaro herido.
Cuando
la gente vio que ya no obtenía beneficio por ayudar a los pájaros, dejaron de
dañarlos.
A
veces sucede que nuestras experiencias son como las de este príncipe. A veces,
cuando pensamos que estamos haciendo lo más adecuado, nos damos cuenta para
nuestro disgusto que en realidad estamos causando el mayor perjuicio.
¡Realicen
un buen acto en silencio y en el anonimato! Olviden el regocijo. Un buen acto
debería tener una vida muy corta, y una vez muerto, debería ser rápidamente
enterrado. No intenten resucitarlo. Demasiado a menudo intentamos convertir un
buen acto en un fantasma que ronda a la gente, que recuerda constantemente
nuestro maravilloso servicio - solo en caso de que comenzaran a olvidarlo.
¿Pero
qué sucede cuando somos receptores de la bondad de otra persona? Bueno,
entonces debemos permitir que el buen acto alcance la inmortalidad. Dejar vivir
el buen acto de otra persona es mucho más difícil que permitir que nuestro
buen acto muera. Permítanme también que ilustre esto.
Hubo
una vez un tendero, un hombre bondadoso y decente que apreciaba a todos sus
clientes. Cuidaba y quería que todos estuviesen sanos y bien alimentados.
Mantenía sus precios tan bajos que no ganaba mucho dinero, ni tan siquiera para
contratar a alguien que lo ayudara en su pequeña tienda. Trabajaba muy duro en
su honesta pobreza, pero era feliz.
Un
día vino una clienta y le contó una historia. Su marido se había lesionado y
no podría trabajar en varios meses. No tenía dinero para comprar comida ni
para él ni para sus niños. "Sin comida – lloró – todos morirán."
El
tendero se compadeció de ella y acordó extenderle un crédito. "Cada
semana te proporcionaré arroz para siete días y vegetales para cuatro, y esto
con seguridad será suficiente para mantener la salud de tu familia; después,
cuando tu marido vuelva a trabajar, podrás mantener el mismo menú mientras
liquidas tu deuda. Y antes de que te des cuenta, ya estarás comiendo vegetales
siete días a la semana."
La
mujer se lo agradeció mucho. Cada semana recibía arroz para siete días y
vegetales para cuatro.
Pero
cuando su marido volvió a trabajar tuvo que decidir entre liquidar su vieja
deuda, mientras continuaba comiendo vegetales cuatro días a la semana, o
comprar a otro tendero y comer vegetales siete días a la semana. Escogió lo último
y justificó su falta de pago diciendo a la gente que su anterior tendero le había
vendido vegetales podridos.
¿Con
cuánta frecuencia, cuando queremos algo con muchas ganas, prometemos que si se
cumplen nuestros deseos dedicaremos nuestras vidas a demostrar nuestra gratitud?
Pero entonces, una vez recibido lo que tan ardientemente buscábamos, nuestra
promesa se debilita y muere casi automáticamente. La enterramos rápidamente,
sin ceremonia. Este no es el camino Chan.
Y
así, como un granjero que siembra fríjoles de soja no espera cosechar melones,
no debemos esperar, cuando cometemos acciones egoístas, inmorales o
perjudiciales, cosechar pureza espiritual. Ni podemos esperar escondernos de
nuestras fechorías mudándonos del lugar en que las hemos cometido, o asumir
que el tiempo borre su recuerdo. Nunca podemos suponer que si ignoramos nuestras
fechorías durante el tiempo suficiente, la gente a quien hemos perjudicado
morirá oportunamente, llevándose a la tumba nuestra necesidad de expiar el daño
que hemos causado. Son nuestros buenos actos los que debemos enterrar... no
nuestras víctimas o promesas rotas.
No
podemos pensar que debido a la falta de testigos no tendremos que responder de
nuestras fechorías. Muchas viejas historias budistas ilustran este principio. Déjenme
que les cuente algunas de mis favoritas:
Durante
la generación que precedió a la vida del Buda Shakyamuni en la tierra, muchos
de los miembros de su clan, Shakya, fueron brutalmente masacrados por el malvado
Rey Virudhaka, también llamado "Rey Cristal".
¿Qué
hizo que sucediera esta terrible acción?
Bueno,
también sucedió que cerca de Kapila, la ciudad de los Shakya donde nació el
Buda, había un gran estanque, y en la orilla de este estanque una pequeña
aldea. Nadie recuerda su nombre.
Un
año hubo una gran sequía. Los cultivos se secaron y a los aldeanos no se les
ocurrió nada mejor que matar y comer los peces que había en el estanque. Los
atraparon a todos menos a uno. Este último pez fue atrapado por un niño que
jugaba con la pobre criatura tirándola sobre su cabeza. Esto es lo que estaba
haciendo cuando los aldeanos se lo quitaron y lo mataron.
Entonces
volvieron las lluvias y la normalidad a todo el reino. La gente se casaba y tenía
hijos. Uno de estos niños fue Sidarta, el Buda, que nació en la ciudad de
Kapila, cerca de la aldea y del estanque.
Sidarta
creció y predicó el Dharma, teniendo muchos seguidores. Entre los seguidores
estaba el rey de Shravasti, el Rey Prasenajit. Este rey se casó con una chica
del clan de los Shakya y tuvieron un hijo: el príncipe Vurudhaka – el
anteriormente nombrado "Rey Cristal". La pareja real decidió criar al
príncipe en Kapila, la ciudad del Buda.
Al
principio todo iba bien. Virudhaka era un niño sano y poco tiempo después se
hizo un chico guapo y fuerte. Pero antes de estar listo para entrar en la
escuela ocurrió un hecho trascendental.
Ocurrió
que un día, durante una ausencia del Buda de Kapila, el joven príncipe subió
a la Honorable Silla del Buda y empezó a jugar allí. El no pretendía
estropearla - solo era un juego de niños. Pero ¡Oh! - cuando los miembros del
clan del Buda vieron al príncipe jugando en este lugar sagrado se enfadaron
mucho, le reprendieron, y le hicieron bajar de la silla, humillándole y maltratándole.
¿Cómo
puede un niño comprender la imbecilidad de los fanáticos? Los adultos no se lo
pueden explicar.
Verdaderamente
es bastante misterioso. Su cruel trato solo sirvió para envenenar al príncipe
y hacer que odiara a todos los miembros del clan del Buda. Fue su trato cruel el
que lo inició en su carrera de crueldad y venganza.
Finalmente,
se dice que el príncipe mató a su propio padre para poder ascender al trono de
Shravasti. Entonces, como Rey Virudhaka, el Rey Cristal, finalmente pudo tomar
venganza contra el clan Shakya. Conduciendo a sus propios soldados, comenzó a
atacar la ciudad de Kapila.
Cuando
los miembros del clan del Buda fueron a contarle la inminente masacre, le
encontraron con un terrible dolor de cabeza. Le suplicaron que interviniera y
rescatara a la gente de Kapila del brutal ataque del Rey Cristal, pero el Buda,
gimiendo de dolor, se negó a ayudar, diciendo, "Un karma establecido no
puede ser cambiado".
Entonces
los miembros del clan fueron a Maudgalayayana, uno de los más poderosos discípulos
del Buda, y le suplicaron su ayuda. Les escuchó y se compadeció, y movido por
la compasión decidió ayudar a los sitiados ciudadanos de Kapila.
Utilizando
sus habilidades sobrenaturales, Maudgalyayana alargó su cuenco maravilloso a
los amenazados Shakya y permitió a quinientos de ellos que subieran al mismo.
Entonces levantó el cuenco en el aire, pensando que los alzaba a la seguridad.
Pero cuando lo bajó, los quinientos hombres se habían convertido en un charco
de sangre.
El
terrible signo alarmó tanto a todos que el Buda decidió revelar la historia de
sus antepasados, aquellos aldeanos que habían matado a todos los peces durante
la sequía.
"Este
ejército de soldados intrusos que ahora está atacando Kapila eran aquellos
peces – explicó-. La gente de Kapila que ahora está siendo masacrada fue la
gente que asesinó a aquellos peces. El mismo Rey Cristal, fue ese último gran
pez. Y ¿quién pensáis - preguntó el Buda manteniendo un paño frío contra
su frente - que era ese chico que tiraba el pez sobre su cabeza?"
Así
que, por matar a los peces, la gente padeció la muerte. Y por herir esa cabeza
de pez, el Buda estaba importunado con un tremendo dolor de cabeza.
Y
¿qué paso con Virudhaka, el Rey Cristal? Naturalmente, renació en el
infierno.
Con
este ejemplo podemos ver que no hay final a la causa y al efecto. Una causa
produce un efecto que se convierte en sí mismo en la causa de otro efecto. Acción
y reacción. Tributo y retribución. Esta es la Ley de la Causalidad. Más tarde
o más temprano nuestros malos actos nos alcanzarán. La única forma de
prevenir el efecto es prevenir la causa.
Debemos
aprender a perdonar, a dejar pasar el daño y el insulto, a no buscar nunca
venganza y ni siquiera albergar ningún rencor. Nunca nos debemos volver fanáticos
santurrones y estar orgullosos de nuestras vanas nociones de piedad y deber, y
sobre todo, debemos ser siempre benévolos, especialmente con los niños.
Déjenme
que les cuente otra historia de causa y efecto. Esta concierne al Maestro Chan
Bai Zhang quien en efecto pudo liberar un salvaje espíritu-zorro. ¡Muy pocas
personas son capaces de hacer esto!
Parece
ser que una noche, después de que una reunión Chan hubiera terminado y todos
sus discípulos se hubieran retirado, el Maestro Bai Zhang se dio cuenta de que
un anciano permanecía fuera de la Sala de Meditación.
Bai
Zhang se acercó al hombre y le preguntó, "Dígame, señor, ¿a quién o
qué está buscando?"
El
anciano respondió, "No, no 'señor'. No soy en absoluto un ser humano. Soy
un zorro salvaje que simplemente habita el cuerpo de un hombre."
Bai
Zhang naturalmente se quedó sorprendido y curioso. "¿Cómo adquiriste
esta condición?", preguntó.
El
anciano hombre-zorro explicó, "Hace quinientos años, era el monje prior
de este monasterio. Un día, un joven monje se acercó y me preguntó, '¿Cuando
un hombre consigue la iluminación sigue sujeto a Ley de la Causalidad?' y
atrevidamente le contesté, 'No, está exento de la Ley.' Mi castigo por esta
falsa y arrogante respuesta fue que mi espíritu se cambió por el espíritu de
un zorro salvaje, y por eso corrí a las montañas. Como hombre-zorro no puedo
morir, y mientras persista mi ignorancia debo continuar viviendo en esta
desdichada condición. Durante quinientos años he estado paseando por el bosque
en busca del conocimiento liberador. Maestro, le suplico que se apiade de mí y
me ilumine a la verdad."
El
Maestro Bai Zhang le habló amablemente al hombre-zorro. "Hazme la pregunta
que el joven monje te hizo, y obtendrás la respuesta correcta."
El
hombre-zorro obedeció. "Maestro, deseo preguntarle esto: ¿Cuándo un
hombre alcanza la iluminación está sujeto a la Ley de la Causalidad?"
Bai
Zhang respondió, "Sí. Nunca está exento de la Ley. Nunca podrá cerrar
sus ojos a las posibilidades de la causa y el efecto. Debe seguir atento a todas
sus acciones pasadas y futuras."
De
repente el anciano hombre-zorro obtuvo la iluminación y quedó libre. Se postró
ante el maestro y le agradeció profusamente, "¡Al fin – dijo- estoy
liberado!" Entonces, cuando se estaba marchando, se volvió y le preguntó
a Bai Zhang, "Maestro, ya que soy un monje, ¿podría concederme
amablemente los ritos funerarios usuales para un monje? Vivo cerca, en una
guarida en la montaña que hay detrás del monasterio, ahora iré allí para
morir."
Bai
Zhang aceptó, y al día siguiente fue a la montaña y encontró la guarida.
Pero en vez de encontrar allí un viejo monje, Bai Zhang solo vio un bulto en el
barroso suelo de la guarida. Tanteó el bulto con su bastón y descubrió ¡un
zorro muerto!
Bueno,
¡una promesa es una promesa! El Maestro Bai Zhang condujo los ritos funerarios
acostumbrados para un monje sobre el cuerpo del zorro. Todo el mundo pensó que
Bai Zhang estaba loco, especialmente cuando condujo una solemne procesión
funeral... con un ¡zorro muerto en el féretro!
De
ese modo pueden ver, queridos amigos, que incluso haber alcanzado la Budeidad no
libra a uno de la Ley de la Causalidad. Si incluso el Buda pudo sufrir un dolor
de cabeza por haber sido cruel con un pez, qué gran necesidad tenemos de seguir
atentos al principio de que un acto nocivo, más tarde o más temprano, nos
traerá una retribución nociva. ¡Sean cuidadosos en lo que dicen y hacen! ¡No
se arriesguen a convertirse en el espíritu de un zorro!"
La
causante de nuestra infelicidad es la mente con sus patrones de conducta o
‘arquetipos’ que nos imponen, una y otra vez, el tener que repetir el
mismo error que nos ha causado y nos seguirá causando todas nuestras
tribulaciones. Por lo tanto, para poder llegar a eliminar o reducir esos
patrones erróneos de conducta, tenemos que transformar la mente trabajando
en esas reacciones instintivas que Jung llama
‘arquetipos’ o principios formativos del poder instintivo.
El
‘Camino’ como le llamamos los Budistas, es el proceso del cambio de la
mente dual a la mente Iluminada. Es el desarrollo de la mente a través de
la transformación de nuestras actitudes y modos de pensar. Para esto hay
que (como en todo trabajo) adoptar un método consciente que nos ayude a
hacer el esfuerzo, para así poder reducir las emociones negativas y
promover e impulsar las positivas. En el plano físico, si queremos ser
musculosos tenemos que levantar pesas; en el plano mental, si queremos tener
cierto control sobre nuestra mente, tenemos que adoptar un método que nos
ayude a alcanzar dicho objetivo. Una técnica que nos ayude a cultivar los hábitos
positivos y a desarrollar el amor y la compasión, y de esa forma llegar a
nuestra meta. En el budismo ese recurso es la meditación.
Citando
al Buda al respecto, tenemos la siguiente definición sacada del libro ‘La
Palabra del Buda’:
La
meditación corresponde al octavo paso del Camino Óctuple: a la Correcta
Concentración. ¿Qué es entonces, la Correcta Concentración? Concentración
es fijar la mente en un solo objeto.
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La
Correcta Concentración tiene dos grados de desarrollo:
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1.
“La Concentración en los Alrededores” que se aproxima al primer
arrobamiento de ánimo o éxtasis sin obtenerlo todavía.
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-
2.
“Logro de la Concentración” que es la concentración presente en los cuatro
arrobamientos. [Más adelante se explican los Cuatro Arrobamientos de Ánimo].
-
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El
logro de los arrobamientos, sin embargo, no es requisito para la realización de
los Cuatro Caminos Ultramundanos de la Santidad; ni tampoco la Concentración en
los Alrededores ni el Logro de la Concentración, como tal, en ninguna forma
posee el poder de conferir la entrada en los Cuatro Pasajes Ultramundanos; dado
que en ellos no hay realmente ningún poder para liberarse uno mismo de las
cosas diabólicas. La Realización de los Cuatro Pasajes Ultramundanos es
posible solamente en el momento del discernimiento dentro de la impermanencia,
la naturaleza miserable, y la impersonalidad del proceso fenomenal de la
existencia. Este discernimiento se logra solamente durante la Concentración en
los Alrededores no durante el Logro de la Concentración.
-
-
Aquel
que ha realizado uno u otro de los Cuatro Pasajes Ultramundanos sin haber
obtenido nunca los arrobamientos de ánimo es llamado ‘Visionario Seco’ o él
que sus pasiones ‘se han secado por el discernimiento’. Aquel, sin embargo,
que después de cultivar los arrobamientos ha alcanzado uno de los Cuatro
Pasajes Ultramundanos es llamado ‘uno que ha obtenido la tranquilidad en su
vehículo’.
- Los Cuatro
Arrobamientos:
-
-
Con
el desapego de los objetos sensuales y el desapego de lo insano, el discípulo
entra en el primer arrobamiento que es acompañado por ‘pensamientos
verbales’ y ‘reflexiones’ que son nacidas del desapego y llenas con
‘Éxtasis’ y ‘Felicidad’.
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Este
primer arrobamiento es libre de cinco cosas, y cinco cosas están presentes.
Cuando el discípulo entra en el primer arrobamiento los cinco obstáculos
se han desvanecido: 1. la lujuria, 2. la voluntad enfermiza, 3. el letargo y
la estupidez, 4. la Inquietud y la Preocupación Mental y, 5. las Dudas; y
están presentes: 1. el pensamiento verbal, 2. la Reflexión, 3. la Euforia,
4. la felicidad y 5. la Concentración.
-
-
Ulteriormente,
después de asentarse el pensamiento verbal y la reflexión y a través de
ganar la tranquilidad interior y la unidad de la mente, él entra en un
estado libre de pensamiento verbal y reflexión - el segundo arrobamiento,
que es nacido de la Concentración, y lleno con Euforia y Felicidad.
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Más
tarde, después que la Euforia ha desaparecido, él vive en ecuanimidad,
atento, con una consciencia clara; y experimenta en su persona ese
sentimiento, del cual el Noble dice: - “Feliz vive el hombre de una mente
ecuánime y atenta” – así él entra en el tercer arrobamiento.
-
-
Y
posteriormente, después de renunciar a los placeres y al dolor y a través
de la desaparición del previo gozo y sufrimiento, entra en un estado más
allá del placer y el dolor, entra en el cuarto arrobamiento, que está
purificado por la ecuanimidad y la atención.
-
-
[Los
cuatro Arrobamientos pueden ser obtenidos por medio de la Observación del
conteo de la inhalación, sostenimiento y exhalación al respirar (La
Respiración Saludable), tanto como a través de la cuarta meditación
sublime, ‘la Meditación de la ecuanimidad’ y otras.
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Las
tres otras meditaciones sublimes, ‘la del Amor Gentil’, ‘la Compasión’,
‘el Gozo Compasivo’ puede guiar a la obtención del primero de los tres
arrobamientos. ‘La Meditación del Cementerio’ tanto como la meditación
sobre lo ‘Repulsivo’, producirá solamente el primer arrobamiento.
-
-
El
‘Análisis sobre el Cuerpo’ y la ‘Contemplación sobre el Buda, la
Ley, la Hermandad Santa, la Moralidad, etc. solamente producirá la
Concentración en los Alrededores.]
-
-
Desarrolla
tu concentración: porque aquel que tiene concentración entiende las cosas
de acuerdo a su realidad. ¿Y qué son esas cosas? El surgimiento y el
desvanecimiento de la corporeidad, del sentimiento, de la percepción, de
las formaciones mentales y de la consciencia.
-
-
Por
lo tanto, estos cinco Grupos de la Existencia deben ser: penetrados
sabiamente; el error y el deseo deben ser abandonados sabiamente; la
Tranquilidad y el Discernimiento deben ser desarrollados sabiamente.
-
-
Este
es el Camino Medio que el Perfecto ha descubierto, que hace a uno ver y
saber, y que guía a la paz, al discernimiento, a la Iluminación y al
Nirvana. Y que siguiéndolo, le pondrán fin al sufrimiento.
-
- La
meditación es una disciplina espiritual que nos permite tener cierto grado
de control sobre nuestros pensamientos y emociones desordenadas, para así
poder controlarlas y dirigirlas.
-
- Tenemos
dos clases de meditación las cuales pueden ser combinadas entre sí: la
unifocal o de permanencia tranquila y la de penetración o analítica.
-
- Cuando
el meditador permanece exclusivamente centrado en una idea, estamos en la
meditación unifocal, mientras que si medita en el razonamiento vinculado a
esa idea en particular que ha escogido, está practicando la meditación
analítica.
-
- Por
ejemplo, si el meditador se centra en la idea de que todo es impermanente,
nos encontramos ante un ejemplo de meditación unifocal, pero si razona con
todo lo que esté relacionado con la impermanencia, está practicando la
meditación analítica.
-
- La
“Respiración Saludable” pertenece a la meditación unifocal porque
permanecemos enfocados en el conteo de la inhalación, sostenimiento y
exhalación al respirar. Esta meditación, o como la llamamos nosotros los
Budistas Zen, “Respiración Saludable”, es la base de toda meditación.
-
- Es
posible combinar ambas – la meditación unifocal y la meditación analítica
- y en mi experiencia personal comienzo con la unifocal y esta me lleva a la
analítica.
-
- La
meditación analítica es la más efectiva para transformar el corazón y la
mente.
-
- Siempre
antes de comenzar una meditación analítica comienzo con la Respiración
Saludable que me conduce a un estado de alerta ‘calmado’; y de ahí sigo
con el tema que haya escogido para analizar.
-
- De
mi experiencia puedo comentarles que es de gran ayuda la meditación en la
impermanencia y transitoriedad de todo lo creado, y esto nos llevará al
desapego y a un estado claro y preciso de lo que debemos analizar en nuestra
vida diaria; o sea, el problema que tengamos que resolver en ese momento
particular.
-
-
-
Según
la mayoría de los textos budistas hay principalmente cuatro obstáculos que
necesitamos superar al momento de meditar, a saber:
-
1.
La distracción mental; en la cual la mente hace que nuestros pensamientos
se dispersen.
2.
El embotamiento o letargo; la tendencia a quedarnos dormidos.
3.
El relajamiento mental; ya que así nuestra mente será incapaz de
permanecer lúcida y clara.
4.
La agitación mental; que se origina en la naturaleza oscilante y variable
de nuestra mente.
-
- El
aspirar a la felicidad es fundamental en el ser humano. Entonces, ¿a qué
se debe el que suframos en repetidas ocasiones experiencias dolorosas de
todo tipo?. ¿Por qué nos enfrentamos una y otra vez al dolor? Las
respuestas a estos interrogantes radican en las perspectivas defectuosas de
la realidad. Por favor, tengan en cuenta lo siguiente:
-
1.
Nosotros pensamos que todos los hechos que en realidad son transitorios y
pasajeros, son eternos, permanentes e inmutables.
2.
Consideramos agradables y verdaderas fuentes de felicidad los hechos y las
cosas que en realidad son fuentes de insatisfacción y sufrimiento.
3.
Frecuentemente creemos que las cosas impuras son puras y deseables.
4.
Tenemos la tendencia a proyectar la noción de que los hechos que carecen de
autonomía o independencia tienen existencia real.
-
- Hay
cuatro principios en el budismo que debemos comprender en toda su extensión
si queremos poder apreciar claramente las cuatro afirmaciones anteriores:
1.
Todos los fenómenos compuestos son transitorios
Todo
lo que surge de causas y condiciones es transitorio y está en un proceso de
fluir de manera continua y constante.
2.
Todos los fenómenos contaminados son insatisfactorios.
Fenómenos
contaminados son los acontecimientos y experiencias que surgen del influjo
de impulsos negativos, o de nuestros pensamientos y emociones aflictivos; se
llaman contaminados porque están manchados por los contaminantes de la
mente.
3.
Todos los fenómenos carecen de existencia autónoma.
[No
debe interpretarse de manera nihilista o que nada existe]. Son fenómenos
creados por la mente, por lo tanto no tienen existencia real.
4.
El nirvana es la paz verdadera.
La
naturaleza esencial de la mente es pura y luminosa. Las percepciones falsas
y los pensamientos y emociones negativos no residen en la naturaleza
esencial de la mente. En este axioma aprendemos que la naturaleza
fundamental de la realidad carece de existencia intrínseca. Todos los fenómenos
resultantes de otros factores carecen de existencia intrínseca e
independiente, pero los percibimos falsamente como autónomos. Cuando se
habla del Nirvana nos referimos a la eliminación completa de la totalidad
de nuestros pensamientos y emociones negativas y a las percepciones falsas
que le sirven de fundamento.
-
- El
Dalai Lama en su libro ‘Transforma tu Mente’ nos presenta ‘Los Ocho
Versos para la Transformación de la Mente y el Corazón’, en donde se
describe el proceso para esa tarea. Leamos y apliquemos su sabio consejo:
-
-
-
Los
Ocho Versos para la Transformación de la Mente
-
-
Yo,
con la determinación de alcanzar el propósito máximo
-
En
beneficio de todos los seres sensibles,
-
Que
supera incluso la piedra preciosa que cumple los deseos,
-
Espero
apreciarlos siempre.
-
-
Que
cada vez que influya en otros
-
Me
considere el más humilde de todos
-
Y,
desde lo más profundo de mi corazón,
-
Los
vea respetuosamente como superiores.
-
-
Que
en todos mis actos examine mi mente
-
Y
en cuanto surjan aflicciones mentales y emocionales
-
Por
la que los demás o yo corramos peligro...
-
Que
pueda afrontarlas con firmeza y evitarlas.
-
-
Cuando
vea seres de carácter desagradable,
-
Oprimidos
por la negatividad y el sufrimiento intensos,
-
Que
pueda apreciarlos, ya que son difíciles de encontrar,
-
¡Cómo
si hubiera descubierto un tesoro en joyas!
-
-
Cuando
por envidia
-
Otros
me maltraten con insultos, calumnias y desdén,
-
Que
pueda asimilar la derrota
-
Y
concederles la victoria.
-
-
Cuando
alguien a quien he ayudado
-
O
en él que he depositado grandes esperanzas
-
Me
maltrate de forma muy hiriente,
-
Que
todavía pueda considerarlo mi apreciado maestro.
-
-
En
síntesis, que pueda ofrecer beneficios y alegrías
-
A
todas mis madres directas e indirectas;
-
Que
pueda cargar sobre mis espaldas
-
Las
heridas y los sufrimientos de mis madres.
-
-
Que
todo lo dicho permanezca a salvo
-
De
las tachas de las ocho preocupaciones mundanas
-
Y
que, al reconocer que todo es ilusorio
-
Y
carece de asideros, me vea libre de la esclavitud.
Y
para concluir esta exposición repitamos los siguientes versos del Dalai
Lama que tienen el propósito de generar la mente Iluminada:
-
-
Con
el deseo de liberar a todos los seres
-
Siempre
me refugiaré
-
En
el Buda, el Dharma y la Sangha,
-
Hasta
alcanzar la Iluminación Plena.
-
-
Entusiasmado
por la sabiduría y la compasión
-
Hoy,
en presencia del Buda,
-
Genero
la mente del despertar pleno
-
En
beneficio de todos los seres sensibles.
-
-
Mientras
perdure el espacio,
-
Mientras
perduren los seres sensibles,
-
Y
hasta entonces también que yo permanezca
-
Y
disipe las miserias del mundo.
[Final
del Relato #29]
-
- Citas
de Krishnamurti:
-
- "La
meditación no es una búsqueda; no es una investigación ni una exploración.
Es una explosión y un descubrimiento. No es el acto de domesticar el
cerebro para que actúe a conformidad, ni es un análisis introspectivo,
definitivamente no es el adiestramiento en concentración que incluye,
escoge y niega. Es algo que ocurre naturalmente, cuando todas las aserciones
y logros positivos y negativos se han comprendido, y se descartan con
facilidad. Es la vacuidad total del cerebro. Lo que es esencial es la
vacuidad, no lo que está en la vacuidad, se puede percibir solamente desde
la perspectiva de ese vacío; toda la virtud, la moralidad, y el respeto,
proceden de esa fuente. Es de ese vacío que procede el amor, de otra forma
no es amor. La base de lo justo está en ese vacío. Es el fin y el comienzo
de todas las cosas."
-
- "El
pensamiento es incapaz de concebir o formular de por sí la naturaleza del
espacio. Lo que formula siempre lleva implícita los limites de sus propias
fronteras. Este no es el espacio que se descubre en la meditación. El
pensamiento siempre tiene un horizonte. La mente meditativa no tiene
horizontes. La mente no puede ir desde lo limitado hasta lo inmenso, ni
puede transformar lo limitado en lo ilimitado. Lo uno tiene que cesar de
ser, para que lo otro sea. La meditación es la apertura de una puerta hacia
un espacio sobre el cual no se puede imaginar o especular. El pensamiento es
el centro alrededor del cual forma el espacio creado por las ideas, y este
espacio puede expandirse por ideas adicionales. Pero tal expansión mediante
el estímulo, en cualquier forma que sea, no es el espacio en el que no hay
centro. La meditación es el acto de comprender este centro, y por lo tanto
implica el trascenderlo. El silencio y el espacio van juntos. La inmensidad
del silencio es la inmensidad de la mente en la que no hay centro. La
percepción de este espacio y silencio no pertenece al pensamiento. El
pensamiento puede percibir solamente su propia proyección, y el
reconocimiento de la misma es su propia frontera."
"La verdad es una tierra sin senderos. El
hombre no puede acercarse a ella a través de ninguna organización, de ninguna
secta, dogma, sacerdote o ritual, ni a través de algún conocimiento filosófico
o técnica psicológica. Tiene que encontrarla a través del espejo de las
relaciones, a través de los contenidos de su propia mente, a través de la
observación." Jiddu Krishnamurti
-
- Rev.
Yin Zhi Shakya, OHY
-
-
viernes,
07 de marzo de 2003
-
8:54
p.m.
Acharia