- La Recopilación de los Trabajos
del Venerable Maestro Chin Kung
- Traducido
al Inglés por Silent Voices
- Traducido al Español por la Rev.
Yin Zhi Shakya, OHY [Hortensia De la Torre]
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- Capítulo Tres
- La Experiencia Propia del
Autor con el Budismo
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- Cuando
yo era un estudiante joven en Nanjing, no creía en ninguna religión. Iba
a la iglesia con algunos de mis compañeros a aprender acerca del
Cristianismo. Aunque traté de entenderlo, no pude encontrar ninguna forma
de aceptarlo. Mi religión favorita en ese momento era el Islamismo porque
sus énfasis era en los principios morales y éticos, y pensé que esto
era muy raro entre las religiones. Cuando por ese entonces me encontré
con el Budismo, los monjes no fueron muy convincentes. Por lo tanto, no
pude aceptarlo tampoco, y fue al que me resistí más. Por esa época era
muy joven y no había encontrado un verdadero practicante.
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- Después
que llegué a Taiwán, me enteré de la existencia del profesor Dong-Mei
Fang, que por ese entonces era un filosofo famoso y profesor en la
Universidad Nacional de Taiwán. Habiendo llegado a ser un admirador suyo,
le escribí una carta pidiéndole el permiso para tomar clases y que me
enseñara en la Universidad. El Profesor Fang por ese tiempo estaba
solamente en sus cuarenta años de edad. Me invitó a su casa y me dijo,
“Hoy en día, en las Escuelas, los profesores no actúan como
profesores, y los estudiantes tampoco actúan como tal. Si vienes a la
universidad y esperas aprender algo, estarás lastimosamente
decepcionado.” Cuando escuché esto, me enojé mucho, dado que él básicamente
le había echado un cubo de agua fría a mis planes. Finalmente, me dijo,
“Bien, por qué no vienes a mi casa cada domingo y te brindaré una
instrucción personal por dos horas.” Realmente no podía creer lo que
estaba pasando; no podía creer que él era tan compasivo conmigo. Aprendí
acerca de las diferentes filosofías, en la mesa chica de la sala pequeña
del Profesor Fang, él y yo. Esto fue extremadamente precioso para mí. Él
me enseñó las filosofías del Oriente, la China, la India y finalmente
el Budismo. Me enseñó que el Budismo es el pináculo de la filosofía
del mundo y que provee el regocijo superior a la humanidad. Lo que me enseño
fue fascinante y pronto realicé que el Budismo contenía algo
magnificente. Comencé a visitar los templos en Taipe. Sin embargo, los
monjes que me encontré en esos templos simplemente no podían explicar el
Budismo claramente a un intelectual escéptico como yo. No obstante, los
monjes hoy en día, son mucho mejor con la enseñanza del Budismo.
Entonces, fijé mi vista en Shan-Dao-Si, que era el Templo más grande de
Taipei con una vasta colección de sutras. Durante ese período de tiempo,
era muy raro la publicación y circulación en gran cuantía de libros
budistas. Los monjes en Shan-Dao-Si fueron extremadamente gentiles conmigo
y me permitieron tomar prestado muchos de los preciados y raros sutras. Ésta
fue una gran ayuda para mí.
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- Después
de que comencé a aprender el Budismo seriamente fui afortunado en conocer
al Maestro Zhang-Jia. Él era un practicante Esotérico con grandes
habilidades y conocimientos que me enseñó y guió en mi estudio y práctica.
Al igual que el Sr. Fang me enseño dos horas a la semana por tres años
hasta que se murió. Entonces, me fui a Taizhong siguiendo al Sr. Bing-Nan
Lee y comencé a estudiar y practicar con él.
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- El
Budismo es una clase especial de conocimiento: no es una religión. Para
poder derivar un verdadero beneficio de él, tenemos que entender su
verdadera naturaleza. Yo tengo, por el Budismo, el más sumo respeto, y
creo que el Buda Shakyamuni ha sido el más notable educador en la
historia del mundo. Él fue como Confucio, les enseñó a todos
incansablemente y sin discriminación.
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- Final
del Capítulo Tres: La Experiencia Propia del Autor con el Budismo