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- ©Al Pueblo de Camagüey
- Del libro 'Los Rumores del Hórmigo'*,
de Juan Cristobal Nápoles Fajardo "el Cucalambé"
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- Para vosotros son los
dulces sones
- De la lira que pulso en
los palmares,
- Y ojalá que el rumor
de mis canciones
- Consiga disipar
vuestros pesares.
- Yo exento de soñadas
ilusiones
- Jamás abandoné mis
patrios lares,
- Y en la margen del río
que me inspira
- Requinto los alambres
de mi lira.
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- Yo a la sombra de
cedros y cupeyes
- Os hablaré del
majestuoso Sagua.
- Y os diré cómo crecen
los magueyes
- Bajo las verdes hojas
de la jagua;
- Yo cantaré los mangos
y mameyes
- Y la encarnada flor de
la majagua,
- Y si acogéis el
entusiasmo mío,
- Os hablaré de mi
paterno río.
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- Os diré
quiénes fueron los primeros
- Que habitaron sus
fértiles orillas,
- Aquellos que a los pies
de los iberos
- Obedientes doblaron sus
rodillas.
- Bajo esbeltos y verdes
cocoteros
- Entonaban sus cánticas
sencillas,
- Y arrojaban al son de
sus endechas
- De duro guayacán
agudas flechas.
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- Yo os diré cómo
corren los monteros
- En el espeso monte y en
el sao,
- Cómo la garza azul en
los esteros
- Destroza las espinas
del dajao.
- Cómo crecen los
vástagos rastreros
- Del verdinegro y
venenoso guao.
- Y cómo al pie de
undosos babineyes
- Nacen, crecen y mueren
los quivayes.
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- Yo adoro de mi patria
explendorosa
- El suelo fértil,
tropical y lindo,
- Como adora la cándida
tojosa
- La rama horizantal del
tamarindo.
- Cuando el cansancio sin
piedad me acosa,
- Y al descansar bajo el
anón me rindo,
- Oigo el triste cantar
del tocororo
- Y alegre canto a la
mujer que adoro.
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- Porque es mi patria con
su fresco ambiente
- Grato caudal de
inspiracion divina,
- India gentil cuya
encendida frente
- Sobre montañas
vírgenes reclina.
- Perla que construyó el
Omnipotente
- De una lágrima suya
cristalina,
- Tierra feliz cuya
hermosura encanta
- y entre dos continentes
se levanta.
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- Yo la voy a cantar
desde estos prados
- Que el astro rubicundo
tornasola;
- Ensalzaré sus montes
escarpados
- Al pobre son de
rústica bandola.
- Yo encomiaré los
fértiles collados
- Que la aurora
bellísima arrebola,
- Y aunque mi acento
débil se oiga a penas
- Mi constancia y mi fe
serán serenas.