Hortensia De la Torre


CARTAS SOBRE YOGA

por

Sri Aurobindo


Tomo I, Sección V

PLANOS Y PARTES DEL SER

CONTINUACIÓN

 

Vivir en la consciencia del Atman es vivir en la calma, la unidad y la paz que está sobre las cosas y separado del mundo incluso cuando se penetre. Pero para la consciencia psíquica hay dos cosas, el mundo y ella misma actuando en él. El Jivatman no ha bajado al mundo, el se mantiene sobre él, siempre el mismo, ayudando los diferentes seres, el mental, etc., que actúan aquí. El psíquico es el que ha venido aquí – su función es ofrecer todas las cosas al Divino para la transformación.

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El verdadero ser puede ser realizado en uno o en ambos aspectos – el Yo o al Atman y el Alma o Antaratman, el ser psíquico y el Chaitya Purusha. La diferencia es que uno es sentido como universal y el otro como individual ayudando a la mente, la vida y el cuerpo. Cuando uno primero realiza el Atman uno lo siente separado de todas las cosas, existiendo en él mismo y despegado, y es para esta realización que la imagen de la fruta del coco seco puede aplicar. Cuando uno realiza el ser psíquico, no es así; porque esto trae el sentido de unión con el Divino, la dependencia sobre Él y la sola consagración al Divino únicamente, el poder para cambiar la naturaleza y descubrir el verdadero ser mental, vital y físico en uno mismo. Ambas realizaciones son necesarias en este yoga.

El "Yo" o el pequeño ego está constituido por la Naturaleza y es al mismo tiempo una formación mental, vital y física hechas para ayudar a centralizar e individualizar la consciencia y acción exterior. Cuando el verdadero ser es descubierto, el ego deja de tener utilidad y su formación tiene que desaparecer – el verdadero ser es percibido y experimentado en su lugar.

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El Espíritu es la consciencia sobre la mente, el Atman o Yo, que está siempre en unidad con el Divino – la consciencia espiritual es la que siempre está en unidad o por lo menos en contacto con el Divino.

La psiquis es una chispa que viene del Divino la cual está ahí en todas las cosas, y a medida que el individuo evoluciona, crece en él y se manifiesta como el ser psíquico, el alma, buscando siempre por el Divino y la Verdad ,y respondiéndole al Divino y a la Verdad donde sea y como sea que lo encuentre.

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El Espíritu es el Atman, Brahman, el Divino Esencial.

Cuando el Uno Divino manifiesta su multiplicidad inherente, este Yo esencial o Atman llega a ser para esa manifestación el ser central quien preside desde arriba sobre la evolución de sus personalidades y vidas terrestres aquí, pero es en él mismo, una porción eterna del Divino y prior a la manifestación terrestre – parã prakrtir jivabhûtã.

En la manifestación baja o inferior, aparã prakrtir, esta porción central del Divino aparece como el alma, una chispa del Fuego Divino, ayudando la evolución individual y ayudando el ser mental, vital y físico. El ser psíquico es la chispa creciendo en el Fuego y evolucionando con el crecimiento de la consciencia. El ser psíquico es por lo tanto evolutivo, no como el Jivatman, prior a la evolución.

Pero el hombre no está consciente del yo o Jivatman, el solamente está consciente de su ego, o de su ser mental que controla la vida y el cuerpo. Pero en lo más profundo el llega a ser consciente de su alma o ser psíquico como su verdadero centro, el Purusha en el corazón; el ser psíquico es el ser central en la evolución; él representa y es procedente del Jivatman, la eterna porción del Divino. Cuando hay una consciencia total, el Jivatman y el ser psíquico se unen.

El ego es una formación de la Naturaleza; pero no es una formación de la naturaleza física solamente, por lo tanto, el no termina o cesa con el cuerpo. También hay un ego mental y otro vital.

La base de la consciencia material aquí no es solamente la ignorancia, sino la Inconsciencia – esto es, que la consciencia está involucrada en forma de Materia y energía de la Materia. No es solamente la consciencia material sino la vital y la mental también que están separadas de la Verdad por la Ignorancia.

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En la mayoría de las veces, parte del supremo actúa a través del Jiva y su naturaleza, y el Jiva y la naturaleza actúa a través del ego, y el ego actúa a través de los instrumentos exteriores – ese es el juego de la Ignorancia.

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No hay diferencia entre el Jiva y el Jivatman en este lenguaje – de manera que esta distinción no puede ser hecha. El Apara Prakriti es la Naturaleza que manifiesta todas estas mentes, vidas y cuerpos. El Para Prakriti es la misma naturaleza del Divino – una Fuerza – Consciencia suprema que manifiesta el Divino múltiple como los Muchos.

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El cuerpo no es el yo individual – él es la base de la personalidad externa o del yo físico, si usted lo quiere expresar así; pero eso no es el yo individual. El yo individual es el ser central (Jivatman) manifestándose en la naturaleza inferior como el ser psíquico – es una porción directa del Divino.

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El Jivatman está por encima de todos los planos. No tiene una forma o color fija; aunque se puede representar él mismo en una forma.

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(a) Él [cada Jivatman] es uno, y todavía diferente [de otros Jivatmans]. El Guita dice que el Jiva es un amsah sanãtanah [una eterna porción] del Uno. También puede ser descrito como uno entre los muchos centros de la Consciencia y el Ser Universal.

(b) Esencialmente un Jiva tiene la misma naturaleza de todos – pero en la manifestación cada uno demuestra su propia línea de Swabhava [temperamento individual, naturaleza innata, carácter esencial].

(c ) No. Kutastha es el aksara [inmovible, inmutable] purusa – no es el Jivatman.

(d) Ella [la estación del Jivatman] está siempre en al plano espiritual que está sobre la mente, pero allí, no está fijo a ningún nivel.

(e) No [un ser psíquico no puede unirse con otro]. Hay afinidad, armonía, simpatía, pero no hay unión. La unión es con el Divino.

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1 El Jivatma, la chispa del alma y el ser psíquico son tres formas diferentes de la misma realidad, y ellos no deben ser mezclados porque eso confunde la claridad de la experiencia interna.

El Jivatma o espíritu es existente en si mismo sobre el ser manifestado o instrumental – es superior al nacimiento y la muerte, siempre él mismo, es el Yo individual o Atman; el ser verdadero eterno del individuo.

El alma es una chispa del Divino en el corazón de las criaturas vivientes de la Naturaleza. Ella no esta localizada arriba del ser manifestado; ella entra en la manifestación del yo, y consciente ser una parte de su fenómeno natural de llegar a ser, ayuda su evolución en el mundo de la Naturaleza material. Ella lleva consigo al principio, un poder indistinguible de la consciencia divina, conteniendo todas las posibilidades que no han tomado todavía forma pero que la función de la evolución ha de dárselas. Esta chispa de la Divinidad está ahí, en todos los seres vivientes terrenales, desde las criaturas más superiores hasta las más inferiores de la tierra.

El ser psíquico es una personalidad espiritual objetivada por el alma en su evolución; su crecimiento marca el estado que la evolución espiritual del individuo ha alcanzado y sus posibilidades inmediatas para el futuro. Él está detrás de la naturaleza mental, vital y física, crece por su experiencias y lleva la consciencia de una vida a otra. Él es la Persona psíquica, caitya purusa. Al principio está velado por las partes mentales, vitales y físicas, limitado en su expresión propia por sus limitaciones, confinado a las reacciones de la Naturaleza, pero a medida que crece, llega a ser capaz de adelantarse y dominar la mente, la vida y el cuerpo. En el hombre ordinario o común el ser psíquico todavía depende en la mente, la vida y el cuerpo para su expresión, y no es capaz de tomarlas y libremente usarlas, siendo la vida del ser animal y humana, no divina. Cuando el ser psíquico puede, por el sadhana, llegar a ser dominante y libremente usar sus instrumentos, entonces el impulso hacia el Divino llega a ser completo y llega a ser posible no solamente su liberación sino la transformación de la mente, lo vital y el cuerpo.

Como el Yo o el Atman que es, es libre y superior al nacimiento y a la muerte, la experiencia del Jivatman y su unidad con el Yo supremo o universal es suficiente para traer el sentido de la liberación; pero, para la transformación de la vida y la naturaleza, es indispensable también el completo despertar y la consciencia total de nuestro ser psíquico.

En esta etapa, el ser psíquico realiza su unidad con el verdadero ser, el Yo, pero él no desaparece o se cambia en él; él permanece como su instrumento para su propia expresión psíquica y espiritual, una manifestación divina en la Naturaleza.

El bindu [punto] visto por usted en lo alto, puede ser una forma simbólica de ver el Jivatman, el yo individual como una gota del Océano, una porción individual del Divino universal; la aspiración a ese nivel sería naturalmente para la apertura de la consciencia superior de manera que el ser pueda morar allí, y no en la Ignorancia. El Jivatman en realidad, ya es uno con el Divino, pero su demanda espiritual puede ser para que el resto de la consciencia lo realice también.

La aspiración del ser psíquico trasladaría entonces esta demanda enteramente para la abertura de la total naturaleza inferior al Divino, la mente, lo vital y el cuerpo, para el amor y la unión con el Divino, para su presencia y poder en el corazón y para la transformación de la mente, la vida y el cuerpo, por el descenso de la consciencia superior en su ser y naturaleza instrumental.

Ambas aspiraciones son necesarias para la totalidad de este yoga, la demanda del yo en la naturaleza desde arriba, la aspiración psíquica de la naturaleza desde abajo. Cuando el psiquis impone su aspiración en la mente, lo vital y el cuerpo, entonces ellos también aspiran y esto es lo que usted sintió como la aspiración desde el nivel del ser inferior. La aspiración sentida arriba es la del Jivatman por la consciencia superior con su realización del Uno para manifestarse en todo el ser. Ambas aspiraciones se ayudan una a la otra y son necesarias. Pero la búsqueda del ser inferior es al principio intermitente y agobiada por la oscuridad y las limitaciones de la consciencia común. Ella tiene, por el sadhana, que llegar a ser clara, constante, fuerte, resistente y duradera; y entonces, al dominar la realización, la hace inevitable.

El sentido de paz, pureza y calma sentido por usted es logrado por una unión o por un contacto fuerte de lo inferior con la consciencia superior; eso no puede ser permanente al principio, pero puede llegar a serlo por el aumento de la frecuencia y la durabilidad de la calma y la paz, y finalmente por el descenso completo de la paz, la calma y el silencio eterno de la consciencia superior en la naturaleza inferior.

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1El Jivatma, la chispa del alma y el ser psíquico son tres formas diferentes de la misma realidad, y ellos no deben ser mezclados porque eso confunde la claridad de la experiencia interna.

El Jivatman o espíritu, como usualmente se llama en Inglés, es el yo - existente sobre el ser manifestado o instrumental – es superior al nacimiento y la muerte, siempre él mismo, es el Yo individual o Atman. Es el ser verdadero eterno del individuo.

El alma es una chispa del Divino que no está situada sobre el ser manifestado, sino que desciende en la manifestación para ayudar su evolución en el mundo material. Es al principio, un poder indistinguible de la consciencia divina, conteniendo todas las posibilidades que no han tomado todavía forma pero que la función de la evolución ha de dárselas. Esta chispa de la Divinidad está ahí, en todos los seres vivientes, desde los inferiores hasta los superiores.

El ser psíquico está formado por el alma en su evolución. El ayuda la mente, la vida y el cuerpo, crece por sus experiencias y lleva la naturaleza de una vida a otra. Él es la Persona psíquica, caitya purusa. Al principio está velado por la mente, la vida y el cuerpo, pero a medida que crece llega a ser capaz de adelantarse y dominar la mente, la vida y el cuerpo; En el hombre ordinario o común el ser psíquico él depende de ellos para su expresión, y no es capaz de tomarlas y libremente usarlas. La vida del ser es animal o humana y no divina. Cuando el ser psíquico puede, por el sadhana, llegar a ser dominante y libremente usar sus instrumentos, entonces el impulso hacia el Divino llega a ser completo y la transformación de la mente, lo vital y el cuerpo, no solamente su liberación, llega a ser posible.

El Yo o el Atman es libre y superior al nacimiento y a la muerte, y la experiencia del Jivatman y su unidad con el Yo supremo o universal le trae el sentido de la liberación, eso es lo que es necesario para la liberación ; pero la transformación de la vida y la naturaleza, el despertar del ser psíquico y su dominio sobre la naturaleza son indispensables.

El ser psíquico realiza su unidad con el verdadero ser, el Jivatman, pero no se cambia en él.

El bindu [punto] visto por usted en lo alto, puede ser una forma simbólica de ver el Jivatman, la porción del Divino; la aspiración podría naturalmente ser por la abertura de la consciencia superior de forma que el ser pueda habitar allí y no en la Ignorancia. El Jivatman en realidad, ya es uno con el Divino, pero lo que se necesita es que el resto de la consciencia lo realice.

La aspiración del ser psíquico es para la abertura de la total naturaleza inferior, la mente, lo vital y el cuerpo al Divino; para el amor y la unión con el Divino, para su presencia y poder en el corazón y para la transformación de la mente, la vida y el cuerpo, por el descenso de la consciencia superior en su ser y naturaleza instrumental.

Ambas aspiraciones son necesarias para la totalidad de este yoga. Cuando el psíquico impone su aspiración en la mente, lo vital y el cuerpo, ellos también aspiran y esto es lo que se siente como la aspiración desde el nivel del ser inferior. La aspiración sentida arriba o en lo alto, es la del Jivatman por la consciencia superior con su realización del Uno para manifestarse en el ser. La búsqueda del ser inferior es necesariamente al principio intermitente y agobiada por la oscuridad y las limitaciones de la consciencia común. Ella tiene, por el sadhana, que llegar a ser clara, constante, fuerte, resistente y duradera.

El sentido de paz, pureza y calma es sentido por la unión de la consciencia inferior con la consciencia superior. Es usualmente intermitente o permanece en la consciencia profunda, velada frecuentemente por las tormentas y agitaciones de la superficie; es raramente permanente al principio, pero puede llegar a serlo por un aumento de la frecuencia y la duración de la calma y la paz, y finalmente por el descenso completo de la paz, la calma y el silencio eterno de la consciencia superior en la naturaleza inferior.

 

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