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- La ilusión
crea la ilusión. La ilusión se crea por sí misma, y a sí misma de
destruye, así es Maya. Todo cuanto llamamos conocimiento, como está
basado en Maya, constituye, un círculo vicioso, y con el tiempo ese mismo
conocimiento se destruye a sí mismo. Soltad la soga; la ilusión no atañe
al Atman. Cuando nos mantenemos asidos de la soga nos identificamos con
Maya, ésta tiene poder sobre nosotros. Abandonadla, sed sólo el Testigo,
y podréis entonces admirar sin molestias el panorama del universo.
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- Aprende a
ayudar sin complacer ni sentir que hay desdicha alguna. Aprende a ser el
mismo para el amigo como para el enemigo, y cuando puedas hacer esto y no
tengas ya deseo alguno, habrás alcanzado la meta.
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- Corta el
árbol baniano del deseo con el hacha del desinterés y se desvanecerá
enteramente. Todo es ilusión. “Aquel que se ha despojado de los
pesimismos y las ilusiones, que ha conquistado los males de la asociación,
él sólo es azad (libre”).
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- Amar a
alguien personalmente es ligadura. Amad a todos por igual y entonces todos
vuestros deseos se desvanecerán.
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- El tiempo,
que todo lo traga, llega, y todas las cosas tienen que desaparecer. ¿Por
qué tratar de mejorar el mundo, de pintar la mariposa? Todo tiene que por
fin. No seáis como insignificantes ratas blancas en la jaula giratoria,
siempre trabajando sin conseguir nada. Todo deseo lleva entremezclado algún
mal, lo mismo si es bueno como si es malo. Es como el perro que salta por
alcanzar el pedazo de carne que cada vez retrocede fuera de su alcance, y
muere finalmente como un perro. No seáis así; arrancaos todo deseo.
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- El herir a otros crea
ligaduras y oculta la verdad. Las virtudes negativas no son suficientes;
tenemos que conquistar a Maya y entonces ella nos seguirá.
Sólo
merecemos las cosas cuando han dejado de ligarnos. Cuando las ligaduras
cesan, real y verdaderamente, todas las cosas vienen a nosotros. Únicamente
aquéllos que nada necesitan son dueños de la naturaleza.
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- Refugiaos en algún ser
que ya haya roto sus ligaduras, y con el tiempo él os hará libres mediante
su gracia. Más elevado aún es tomar refugio en el Señor (Isvara), pero es
lo más difícil; sólo se puede hallar uno en cada siglo que lo haya hecho
de verdad. Nada sintáis, nada sepáis, nada hagáis, nada tengáis; dadlo
todo al Señor y exclamad de todo corazón: “Tu voluntad sea hecha.”
Este cautiverio es sólo un sueño nuestro. Despertad y dejadlo ir.
Refugiaos en Dios, únicamente así podréis cruzar el desierto de Maya.
“Suelta la soga, sannyasin valiente, di: ¡Om
Tat sat Om!”
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- Es un privilegio el que
se nos permita ser caritativos, porque sólo así podemos crecer. El pobre
sufre para que nosotros seamos los ayudados; él que da debe arrodillarse y
dar las gracias para que quien recibe le permita hacerlo. Ved al Señor tras
cada uno de los seres y dadle a Él. Cuando cesemos de ver el mal, el mundo
deberá terminar para nosotros, ya que el librarnos de tal error es su único
objeto. El pensar que existe una imperfección, la crea. Sólo los
pensamientos de fuerza y perfección pueden curarla. Por mucho que sea el
bien que podéis hacer, algún mal habrá en él; pero hacedlo todo sin
considerar el resultado personal, dejando todos los resultados al Señor, y
entonces ningún bien ni mal os afectará.
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- Trabajar no es religión,
pero la obra hecha rectamente lleva a la libertad. En realidad toda compasión
es tinieblas, porque ¿a quién compadecer? ¿podéis compadecer a Dios? ¿y
existe acaso algo más? Dad gracias a Dios por haberos dado este mundo como
un gimnasio moral para ayudar a vuestro desenvolvimiento, pero nunca imaginéis
que podéis ayudar al mundo. Estad agradecidos a aquél que os maldice,
porque os da un espejo para que veáis lo que la maldición es, y también
una oportunidad para refrenaros; así, bendecidle y quedad contentos. Sin
ejercicio no puede surgir el poder, sin espejo no podemos vernos a nosotros
mismos.
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- La imaginación impura
es tan mala como la acción impura. El deseo dominado conduce a los
resultados más altos. Transformad la energía sexual en energía
espiritual, pero no seáis afeminados, porque eso seria desperdiciar vuestro
poder. Cuando mayor es esa fuerza, tanto más se puede hacer con ella. Sólo
una poderosa corriente de agua puede hacer minería hidráulica.
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Lo que necesitamos
hoy es saber que existe un Dios y que podemos verlo y sentirlo aquí mismo y
ahora mismo. Un profesor de Chicago dice: “Cuidad de este mundo que Dios
cuidará del mundo futuro.” ¡Qué insensatez! Si somos capaces de cuidar
de este mundo ¿para qué necesitamos de un Dios problemático que cuide del
otro?
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- Los
Cristos y los Budas no son simplemente ocasiones sobre las cuales
objetivar nuestros propios poderes internos. En realidad, somos nosotros
quienes respondemos a nuestras propias oraciones.
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- Es una
blasfemia pensar que si Jesús no hubiera nacido, la humanidad no habría
sido salvada. Es horrible olvidar de ese modo la divinidad de la
naturaleza humana, una divinidad que debe manifestarse. Nunca olvidéis la
gloria de la naturaleza humana. Nosotros somos el Dios más grande que ha
habidos, que hay o que en tiempo alguno habrá. Los Cristos y los Budas
son sólo olas en el océano sin límites que Soy Yo. No os inclinéis
ante nada a no ser ante vuestro propio YO superior. Hasta que sepáis que
sois ese mismo Dios de dioses, no habrá liberación para vosotros.
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- Todas
nuestras pasadas acciones fueron realmente buenas porque nos han traído a
lo que actualmente somos. ¿A quién hemos de pedir? Yo soy la existencia
real y todo lo demás es un sueño excepto yo. Yo soy todo el océano; no
llaméis yo a la pequeña ola que habéis formado; sabed que es tan sólo
una ola. Satyakama (amante de la
verdad) oía la voz interna que le decía, “Tú eres lo infinito, lo
universal está en ti. Contrólate a ti mismo y escucha la voz de tu
verdadero YO.”
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- Los
grandes profetas que luchan han de ser menos perfectos que los que viven
una vida de santidad silenciosa pensando grandes pensamientos y ayudando
de ese modo al mundo. Esos hombres, al morir unos tras otros, producen
como resultado final el hombre poderoso que predica.
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