- Ensayos de
"diferentes autores" sobre la Meditación y la Concentración
La Meditación
Ensayo #4
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- por
el Geshe Rabten Rinpoché
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- La
concentración es importante tanto en la práctica del Dharma como en la
vida diaria. La palabra tibetana para la práctica de la concentración es shi-né,
donde shi significa paz y ne significa habitar, luego shi-né
es, morar en la paz o no estar atareado.
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- Mientras
no observemos la mente en detalle tenderemos a pensar que ella está
tranquila. Sin embargo, cuando de verdad miramos en su interior, nos damos
cuenta que no lo está. La mente no permanece en un sólo objeto ni siquiera
por un segundo. Se agita en rededor como una bandera batiendo en el viento;
no acaba de fijarse la mente sobre un objeto cuando ya es arrastrada por
otro. Aun cuando vivamos en una cueva en lo alto de una montaña la mente se
mueve sin cesar.
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- Cuando
nos situamos en lo alto de un gran edificio podemos mirar hacia abajo y ver
cuan agitada está la ciudad, pero si estamos caminando por sus calles somos
conscientes tan solo de una fracción de dicho ajetreo. De forma similar, si
no investigamos en forma apropiada nunca seremos conscientes de cuan ocupada
está la mente.
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- La
conciencia primaria per se es pura e inmaculada, pero reuniéndose en torno
suyo hay 51 elementos mentales secundarios, algunos positivos, otros
negativos y otros neutros. En los seres ordinarios estos elementos
secundarios negativos son más fuertes que los positivos. La mayoría de las
personas nunca intentan ganar control de estos elementos mentales
secundarios; si lo hicieran estarían admirados de cuán difícil es dicha
tarea. Dado que los elementos negativos han dominado la mente durante un número
incontable de vidas, superarlos requerirá un tremendo esfuerzo. Ahora bien,
no es posible experimentar el shi-né si estos no han sido dominados
por completo.
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- Pero
el atareamiento de la mente es producido por la mente, lo cual significa que
el esfuerzo requerido para eliminarlas es de tipo mental y no de tipo físico.
Sin embargo, cuando nos entregamos a un esfuerzo intenso para desarrollar shi-né
es importante hacer uso de ciertos factores secundarios de naturaleza física.
Por ejemplo, el sitio donde uno practica debe ser limpio, silencioso,
cerrado a la naturaleza y placentero a la mente. Además, los amigos que nos
visiten han de ser pacíficos y virtuosos. Nuestro cuerpo debe estar fuerte
y libre de enfermedades.
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- La
práctica de la concentración requiere sentarse en la postura apropiada la
cual tiene siete puntos:
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- 1.
Las piernas cruzadas y los pies apoyados sobre los muslos con las plantas
dirigidas hacia arriba. Si esta postura es muy dolorosa la persona se
distraerá de su concentración, en cuyo caso deberá sentarse con la pierna
izquierda doblada debajo del muslo derecho y el pie derecho descansando
sobre el muslo izquierdo
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- 2.
El tronco estará tan derecho y recto como sea posible
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- 3.
Los brazos forman una especie de arco sin que los codos se recuesten sobre
los lados o sobre el cuerpo, ni que tampoco estén exageradamente separados.
La mano derecha descansa en la palma izquierda, con los dedos pulgares tocándose
suavemente formando un óvalo
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- 4.
El cuello está derecho pero ligeramente curvado con el mentón dirigido
hacia dentro
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- 5.
Los ojos están dirigidos hacia abajo con el mismo ángulo que forma la línea
de la nariz
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- 6.
La boca y los labios están relajados sin que estén abiertos ni cerrados
apretadamente
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- 7.
La lengua suavemente apoyada contra el paladar
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- Estos
son los siete puntos para la correcta postura meditativa cada uno de los
cuales simboliza una etapa diferente del sendero. Además, existe un fin práctico
en cada uno de los siete:
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- 1.
Tener los pies cruzados mantiene el cuerpo en una posición de
aseguramiento. Uno eventualmente podría sentarse en meditación por un período
largo de tiempo, incluso por semanas o por meses en una sola sentada. Con
las piernas así aseguradas uno no se caería.
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- 2.
Mantener el tronco derecho, permite el máximo funcionamiento de los canales
que portan las energías vitales a lo largo de todo el cuerpo. La mente
viaja sobre estas corriente de energía, luego mantener los canales en buen
funcionamiento es muy importante para una meditación exitosa.
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- 3.
La posición de los brazos también contribuye al flujo de las corrientes de
energía.
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- 4.
La postura del cuerpo mantiene abiertos los canales de energía que van a la
cabeza y evita que se generen calambres.
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- 5.
Si los ojos están dirigidos en un ángulo muy alto la mente fácilmente se
agita; pero si el ángulo es muy bajo la mente rápidamente se siente
adormilada.
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- 6.
La boca y los labios se sostienen así para estabilizar la respiración. Si
la boca está cerrada muy fuertemente la respiración se obstruye siempre
que la nariz se congestiona. Si la boca se mantiene muy abierta, la
respiración se vuelve muy fuerte aumentando el elemento fuego y elevando la
presión sanguínea.
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- 7.
Mantener la lengua contra el paladar evita un exceso de salivación y hace
que la garganta no se seque. Además de esto los insectos no podrán meterse
ni en la boca ni en la garganta.
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- Estos
son sólo las razones más obvias para adoptar la postura meditacional de
los siete puntos. Las razones secundarias son demasiadas para que las
estudiemos ahora. Debe anotarse que la naturaleza de las corrientes de energía
de algunas personas no les permite usar esta posición y debe dárseles una
posición alternativa. Esto sin embargo, es muy raro.
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- Aun
cuando con solo sentarse en la postura vajra se produce un buen marco de
referencia para la mente, esto no es suficiente. El principal trabajo, aquel
que es hecho por la mente, ni siquiera ha comenzado. La forma para sacar a
un ladrón que se ha metido en una habitación es entrar a la casa y echarlo
afuera y no sentarse afuera y gritarle. Si nos sentamos en la sima de una
montaña y nuestra mente constantemente está pendiente del pueblo situado
en su base, poco logramos.
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- La
concentración tiene dos enemigos, la agitación mental o
atareamiento y el entumecimiento mental o letargo.
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- Por
lo general, la agitación surge del deseo; un objeto atractivo aparece en la
mente y ésta deja de atender al objeto de meditación siguiendo al otro.
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- El
letargo surge de una apatía sutil que se desarrolla en la mente.
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- Con
el fin de obtener una firme concentración estos dos obstáculos tienen que
ser eliminados. Un hombre necesita una vela para poder ver en la oscuridad
la pintura que aparece en la pared de una habitación. Si hay una corriente
de aire la vela ondeará mucho impidiendo que el hombre vea en forma
apropiada y si la vela es muy pequeña, su nombre será muy débil. Cuando
la llama de la mente no es obstruida por el viento de la agitación mental y
no es debilitada por la pequeñez del letargo, se puede concentrar en forma
apropiada sobre la pintura del objeto de meditación.
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- En
los estados iniciales de la práctica de la concentración, la agitación
mental es mayor obstáculo que el letargo. La mente continuamente vuela alejándose
del objeto de concentración. Esto puede verse al tratar de mantenerse fija
en el recuerdo de un rostro. La imagen del rostro es rápidamente
reemplazada por alguna otra cosa.
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- Detener
este proceso es difícil, puesto que hemos construido el hábito de sucumbir
en él durante un largo período de tiempo y no estamos acostumbrados a
concentrarnos. Tomar lo nuevo y dejar atrás lo viejo es siempre difícil.
No obstante, puesto que la concentración es fundamental para todas las
formas de alta meditación así como para toda alta actividad mental, uno
debe hacer el esfuerzo. La agitación es superada principalmente por la
fuerza de la atención y el letargo por la aplicación atenta.
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- En
el diagrama que representa el desarrollo del shi-né, hay un
elefante que simboliza la mente del meditador. Una vez que el elefante es
domado, nunca vuelve a desobedecer a su maestro volviéndose útil para
desarrollar numerosos trabajos. Lo mismo se aplica a la mente. Más aún, un
elefante salvaje y sin domar es peligroso causando a menudo una terrible
destrucción. De la misma manera, una mente que no ha sido entrenada puede
causar cualquiera de los sufrimientos de los seis reinos.
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- En
la base del diagrama, el desarrollo de la concentración del elefante es
totalmente negro. Esto se debe a que en la etapa inicial de desarrollo del
shi-né el letargo mental permea o traspasa la mente. En frente al elefante
hay un mico que representa la agitación mental. El mico no puede quedarse
quieto ni siquiera un momento y siempre está charlando y con alguien,
siendo atraído por cualquier cosa.
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- El
mico conduce al elefante. En este estado de la práctica la agitación
mental guía a la mente hacia todos lados.
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- Detrás
del elefante sigue el meditador, quien trata de obtener control de la mente.
En una de sus manos sostiene un lazo simbolizando la atención y en la otra
un garfio simbolizando el estado de alerta. En este estado el meditador no
tiene control sobre su mente. El elefante sigue al mico sin prestar la más
mínima atención al meditador.
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- En
la segunda etapa el meditador ha casi alcanzado al elefante.
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- En
la tercera etapa el meditador lanza el lazo sobre el cuello del elefante. El
elefante mira hacia atrás, simbolizando que aquí la mente está un poco
controlada por el poder de la atención. En esta etapa un conejo aparece
sobre el lomo del elefante. Este es el conejo del letargo mental sutil, el
cual antes era muy sutil como para ser reconocido pero que ahora es obvio
para el meditador.
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- En
estas etapas tempranas tenemos que aplicar la fuerza de la atención más
que la fuerza de la aplicación atenta puesto que la agitación tiene que
ser eliminada, antes de poderse eliminar el letargo.
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- En
la cuarta etapa el elefante está bastante más obediente. Muy raramente
tiene que recibir el lazo de la atención.
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- En
la quinta etapa el mico va detrás del elefante quien en forma sumisa sigue
el lazo y el garfio del meditador. La agitación mental no perturbará más
la mente en forma pesada.
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- En
la sexta etapa, tanto el elefante como el mico siguen mansamente al
meditador. Ahora el meditador no necesita ni siquiera voltearse para
mirarles. El ya no tiene más que enfocar la atención para poder controlar
la mente. El conejo ha desaparecido.
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- En
la séptima etapa se deja que el elefante siga a su propia voluntad. El
meditador ya no necesita darle ni el lazo de la atención ni el garfio de la
aplicación atenta. El mico de la agitación ha desaparecido completamente
de la escena. La agitación y el letargo nunca más se presentarán en forma
burda e incluso, solo ocasionalmente, en forma sutil.
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- En
la etapa octava el elefante se ha vuelto completamente blanco. El sigue detrás
del hombre puesto que ahora la mente es completamente obediente. Sin
embargo, un poco de energía es todavía requerida para poder mantener la
concentración.
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- En
la novena etapa el meditador se sienta en meditación y el elefante se
duerme a sus pies. La mente ahora puede permanecer concentrada sin ningún
esfuerzo por períodos largos de tiempo, incluso días, semanas o meses.
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- Estas
son las nueve etapas del desarrollo de shiné. La décima etapa es el logro
del shi-né real representado por el meditador montando calmadamente sobre
el lomo del elefante.
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- Más
allá de ésta, hay una undécima etapa, en la cual el meditador es dibujado
como montando sobre el elefante quien ahora camina en otra dirección. El
meditador sostiene una espada flameante. Ha entrado ahora en un nuevo tipo
de meditación denominada vipasyana, o la más alta interiorización
(en Tibetano: Lhag-mthong). Esta meditación se simboliza por la
espada flameante, el afilado y penetrante implemento que corta hacia la
realización de la vacuidad.
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- En
varios sitios de este diagrama aparece un fuego. Este fuego representa el
esfuerzo requerido para la práctica del shi-né. Cada vez que este fuego
aparece es menor que el anterior y eventualmente desaparece. En cada etapa
sucesiva de desarrollo menos energía se requiere para mantener la
concentración y eventualmente no se necesita ningún esfuerzo. El fuego
reaparece en la etapa undécima, cuando el meditador ha tomado la meditación
en el vacío.
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- También
en el diagrama aparecen las imágenes de comida, vestido, instrumentos
musicales, perfumes y un espejo. Ellos simbolizan las cinco fuentes de
agitación mental como son los cinco objetos sensuales: aquellos del gusto,
el tacto, el sonido, el olor y la vista respectivamente.
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- La
mayoría de las personas toman como su objeto de concentración para
desarrollar el shi-né la imagen mental de la forma de un Buda. Primero, uno
debe familiarizarse ampliamente con el objeto sobre el cual va a enfocarse.
Esto se hace sentándose enfrente a la estatua o al dibujo escogido y observándolo
durante unas pocas sesiones. Luego se ensaya sentándose en meditación y
manteniendo en la mente la imagen de la forma sin la ayuda de la estatua o
el dibujo. Al comienzo la visualización que se haga de este no va a ser muy
clara, ni tampoco podrá uno mantenerla, por más de unos pocos segundos.
Sin embargo, traten de mantener la imagen en forma clara y por el mayor
tiempo que les sea posible. Así persistiendo, pronto podrán mantener la
imagen por un minuto, luego por dos minutos y así sucesivamente. Cada vez
que la mente abandone el objeto apliquen la atención y tráiganla de nuevo.
Mientras tanto, mantengan una aplicación atenta continua para ver si surgen
perturbaciones que no habían notado.
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- Tal
como un hombre que carga un recipiente lleno de agua, descendiendo por un
camino sinuoso, tiene que mantener una parte de su mente en el agua y otra
en el camino, en la práctica del shi-né, una parte de la mente
tiene que aplicar la atención para mantener una concentración firme y otra
parte tiene que utilizar la aplicación atenta para hacer guardia en contra
de las perturbaciones. Más tarde, cuando la agitación mental se haya
disminuido un poco, la atención no tendrá que ser aplicada tan a menudo.
No obstante, la mente entonces se fatiga al haber estado peleando por tan
largo tiempo contra la agitación y consecuentemente el letargo hace su
aparición.
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- Con
el tiempo, vendrá una etapa en la cual el meditador sentirá un tremendo
gozo y paz. Esto es tan solo letargo, en extremo sutil, pero a menudo se le
confunde con el verdadero shi-né. Con persistencia, esto también
desaparecerá. Gradualmente la mente se volverá más clara y fresca y la
duración de cada sesión de meditación aumentará correspondientemente. En
este punto el cuerpo podrá ser por completo sostenido por la mente Uno deja
de desear comida o bebida. El meditador puede ahora meditar por meses, sin
ningún descanso. Eventualmente alcanzará la etapa novena del shi-né en la
cual, según dicen las escrituras, el meditador no podrá ser perturbado ni
siquiera si una pared se cayera detrás suyo. El continuará meditando y
sentirá un placer físico y mental más allá de cualquier descripción, el
cual está representado en el diagrama por un hombre volando. Aquí su
cuerpo se suaviza inagotable y sorprendentemente. Su mente, en profunda paz,
puede ser dirigida a cualquier objeto de meditación, justo como un delgado
alambre de cobre puede doblarse hacia cualquier dirección sin que este se
rompa. La décima etapa del shi-né - o el verdadero shi-né- es
obtenida. Cuando él medita es como que la mente y el objeto de meditación
se vuelvan uno.
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- Ahora
el meditador puede mirar profundamente en la naturaleza de su objeto de
meditación mientras que mantiene todos los detalles del objeto en su mente.
Esto le produce un gozo extraordinario.
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- Aquí,
mirar en la naturaleza de su objeto de meditación, significa que él lo
examina para ver si es o no puro, si es o no permanente, cuál es su verdad
última, etc. Esta es la meditación conocida como vipasyana, o
intuición profunda. A través de ésta, la mente obtiene una percepción más
profunda del objeto, que la obtenida con la sola concentración.
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- El
solo hecho de tener shi-né produce una tremenda satisfacción
espiritual; pero no continuar, para todavía obtener mejores cosas, es como
haber construido un aeroplano y luego nunca volarlo. Una vez que se obtiene
la concentración, la mente debe ser aplicada a prácticas más altas. Por
un lado, debe ser aplicada para superar el karma y la distorsión mental y
por el otro, para cultivar las cualidades de un Buda. Con el fin de obtener
estos objetivos, el objeto de meditación tomado debe ser vacío él mismo.
Las otras formas de meditación se utilizan solo para preparar la mente para
aproximarse a la vacuidad. Si usted tiene una antorcha con la capacidad de
iluminar todas las cosas debe utilizarla para encontrar algo importante. La
antorcha del shi-né debe ser dirigida a la realización de la
vacuidad porque es solo la experiencia directa de la vacuidad la que saca
las raíces del sufrimiento.
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- En
la undécima etapa del diagrama dos líneas negras salen del corazón del
meditador. Una de estas representa klesavarana, los oscurecimientos
del karma y las distorsiones mentales. La otra representa a jneyavarana,
el oscurecimiento de los instintos de la distorsión mental. El meditador
sostiene la espada de la sabiduría de la meditación vipasyana con
la cual él planea separar estas dos líneas.
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- Una
vez que el practicante ha comprendido de cerca la vacuidad, estará en el
camino de la perfección de la sabiduría. Prajna-paramita, el último
objetivo del desarrollo de la concentración.
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- Traducido
por Gonsar Rinpoché. Preparado por Glenn Mullin y Michael Lewis. Impreso en
Tushita, el centro de la FPMT en Nueva Delhi, India. Traducido al castellano
en Bogotá, en el Centro
de Meditación Budista Yamantaka de la FPMT en Colombia.
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