Ensayos de "diferentes autores" sobre la Meditación y la Concentración
 
La Meditación
Ensayo #2
 
 
Una serie de ensayos, de autores diferentes, sobre las diferentes técnicas de la Meditación, de todas las religiones, que se les brindan a los practicantes.
 
 
El Corazón de la Meditación Budista
Por Sogyal Rimpoché
Del Libro Tibetano de la Vida y la Muerte

"A medida que se practica la meditación, es posible tener toda clase de experiencias, tanto buenas como malas. Se pueden experimentar estados de dicha, de claridad o de ausencia de pensamientos. En cierto modo estas experiencias son muy buenas, y son señal de progreso en la meditación. Cuando se experimenta dicha es señal de que el deseo se ha disuelto temporalmente. Cuando se experimenta un estado de ausencia de pensamiento, es señal de que la ignorancia ha muerto temporalmente. De hecho las experiencias son buenas, pero si uno se apega a ellas pueden convertirse en obstáculos.

Las experiencias en sí no son la realización, pero si permanecemos libres de apego a ellas, se convierten en lo que en realidad son, es decir, materiales para la realización."

 
 
 
En las enseñanzas de Buda, decimos que hay tres cosas que hacen la diferencia entre que tu meditación sea una mera forma de traer reposo, felicidad y paz temporal o de llegar a ser una causa poderosa para tu iluminación y la de otros. Nosotros las llamamos: “Bondad al Comienzo, Bondad en el Medio y Bondad al Final.”
 
La Bondad al Comienzo brota fundamentalmente de estar consciente de que todos los seres conscientes y con percepciones (sintientes) tienen la naturaleza de buda como su esencia interna, y que el realizar esto es estar libre de la ignorancia y finalmente, ponerle una terminación al sufrimiento. De forma que cada vez que comenzamos nuestra práctica de meditación, somos movidos por esto y nos inspiramos a nosotros mismos con esa motivación para dedicar nuestra práctica y nuestra vida, a la iluminación de todos los seres en el espíritu del rezo que todos los budas del pasado han rezado:
 
Por el poder de la verdad y esta práctica:
Que todos los seres tengan felicidad y causa para la felicidad;
Que todos los seres estén libres de tristeza y de la causa de la tristeza;
Que todos los seres nunca estén separados de la felicidad sagrada que no tiene tristeza;
Que todos vivan en ecuanimidad, sin mucho apego y sin mucha aversión,
Y que vivan creyendo en la igualdad de todo lo que vive.
 
La Bondad en el Medio es la preparación de la mente con la que nosotros entramos en el corazón de la práctica, una práctica inspirada por la realización de la naturaleza de la mente, de la cual surge una actitud de desapego, libre de referencias conceptuales de cualquier cosa y una consciencia de que todas las cosas son inherentemente vacías, ilusorias y como sueños.
 
La Bondad al Final es la forma en la que nosotros cerramos nuestra meditación, indicando todos sus méritos, y rezando con gran fervor: Que cualquier mérito que surja de esta práctica vaya hacia la iluminación de todos los seres; que llegue a ser una gota en el océano de la actividad de todos los budas y su trabajo incansable por la liberación de todos los seres.” El mérito es el poder y el beneficio positivo, la paz y la felicidad que irradia de tu práctica. Dedicas estos méritos para el máximo beneficio a largo plazo de los seres, su iluminación. En un nivel más inmediato, los dedicas a que haya paz en el mundo, y que dada uno pueda estar completamente libre de apegos y enfermedades y experimente una salud total y una felicidad permanente. Entonces, realizando la naturaleza ilusoria y aparente de la realidad, reflexionas en cómo en el sentido más profundo, tú, quien estás dedicando tu práctica, aquellos a quien tú estás dedicándola, e incluso el mismo acto de dedicar, son todos inherentemente vacíos e ilusorios. Esto, se dice en las enseñanzas, que sella la meditación y asegura que ninguno de sus poderes puros se esfumen, de forma que asegura que ninguno de los méritos de tu práctica nunca se pierdan.
 
Estos tres principios sagrados – la habilidad de obtener una motivación, una actitud de desapego que asegura la práctica, y una dedicación que la sella – son los que hacen tu meditación realmente sea iluminada y poderosa. Ellos han sido bellamente descritos por el gran Maestro Tibetano Longchenpa, como “el corazón, el ojo y la fuerza de la vida de la práctica verdadera.” Como Nyoshul Khenpo dice: “Para lograr una completa iluminación, no es necesario nada más que esto, pero está incompleta cuando hay menos que esto.”
 
LA PRÁCTICA DE LA ATENCIÓN COMPLETA
 
La meditación es llevar la mente de nuevo al hogar, y esto se logra  primeramente a través de la práctica de una atención completa.
 
Una vez una viejita le preguntó a Buda como meditar. Él le dijo que permaneciera consciente de cada movimiento de su mano a medida que ella sacaba el agua del pozo, sabiendo que si lo hacía, ella pronto se encontraría a sí mima en el estado de alerta y calma espaciosa que es la meditación.
 
La práctica de la atención completa, de traer la mente dispersa y atolondrada de nuevo al hogar y por lo tanto enfocar los diferentes aspectos de nuestro ser, es llamada “Permanencia Pasiva” o “Habitar en Calma” o “Permanencia en la Paz Total” y logra tres cosas.  Primero, todos los aspectos fragmentarios de nosotros mismos, que han estado en guerra, se calman, se disuelven y llegan a amistarse o armonizarse.  En esa reconciliación, nosotros mismos nos  comenzamos a entender mejor, y algunas veces incluso tenemos vislumbres del esplendor de nuestra naturaleza fundamental.
 
Segundo, la práctica de la atención completa remueve / mejora nuestra negatividad, agresión, y emociones turbulentas, que pueden haber recogido poderes en el curso de muchas vidas. Más bien que suprimir nuestras  emociones o gratificarlas, aquí  tenemos una vista importante de ellas y de tus pensamientos, y de cualquier cosa que surja con aceptación y generosidad que estén abiertas y amplias suficientemente.
 
Los maestros tibetanos dicen que esta generosidad amplia tiene el sabor del espacio ilimitado, tan tibiecita y agradable que te sientes abrazado y protegido por ella como una si fuera una manta de Luz Solar.
 
Gradualmente, a medida que permaneces abierto y con una atención completa, y usando las técnicas que se explicarán más tarde para enfocar más y más tu mente, tu negatividad se removerá lentamente; te comenzarás a sentir bien en tu ser, o como los Franceses  dicen, être bien dans sa peau (muy bien en tu piel). De ahí en adelante llega una libertad y una tranquilidad y alivio profundo. Yo pienso de esta práctica como la más efectiva terapia y el mejor  auto-fortalecimiento o auto-curación.
 
Tercero, la práctica devela la esencia de tu Buen Corazón, porque disuelve y remueve la aspereza o lo dañino en ti. Sólo cuando hemos removido lo dañino en  nosotros mismos es que llegamos realmente a ser útiles a otros. A través de la práctica, entonces, removiendo lentamente la dureza y lo dañino de nosotros mismos, dejamos que nuestro Buen Corazón, la bondad y la benevolencia fundamental, que es nuestra naturaleza real, resplandezcan, y entonces lleguen a florecer las condiciones positivas afectuosas de nuestro verdadero ser.
 
Ahora verás por qué le llamo a la meditación la práctica real de la paz, la práctica real de la no-agresión y no-violencia y el verdadero y grandioso desarme o pacificación.
 
LA PAZ NATURAL Y GRANDIOSA
 
Cuando enseño meditación, frecuentemente comienzo diciendo, “Trae tu mente al hogar. Libérate y relájate.”
 
La práctica completa de la meditación puede ser abreviada en tres puntos cruciales: 1. trae tu mente al hogar, 2. libérate, 3. Relájate. Cada frase contiene significados que producen efectos en muchos niveles.
 
Traer tu mente al hogar  significa traer la mente al estado de Calma. Habitando ahí a través de la práctica de la atención completa. En un sentido profundo, traer tu mente al hogar es dirigir tu mente hacia el interior y descansar en la naturaleza de la mente. En sí mismo, esto es la meditación suprema.
 
Liberarte significa soltar la mente de su prisión de egoísmo, dado que reconoces que todo dolor, miedo y ansiedad o sufrimiento surge de los antojos de la mente avariciosa. En el nivel profundo, la realización y seguridad que surge de tu entendimiento en crecimiento de la naturaleza de la mente inspira la generosidad profunda y natural que te capacita para liberar todos los egoísmos de tu corazón, dejándolo libre para que se disuelva en la inspiración de la meditación.
 
Finalmente, relajarse significa abrir el espacio y aflojar la mente de sus tensiones. Más profundamente, te relajas en la verdadera naturaleza de tu mente, el estado de Rigpa. Las palabras tibetanas para evocar este proceso sugieren el sentido de “relájate sobre Rigpa”. Es como echar un puñado de arena en una superficie plana; cada grano descansa por sí mismo. Así es como relajas o sueltas tu verdadera naturaleza, dejando que todos lo pensamientos y emociones naturalmente se normalicen y disuelvan en el estado de la naturaleza de la mente.
 
Cuando yo medito, siempre me inspiro en el poema de Nyoshul Khenpo:
 
Descasa en la paz grandiosa y natural
Esta mente agotada,
Golpeada e impotente por el karma y los pensamientos neuróticos,
Igualmente que la furia impresionable y repetitiva de las olas rompientes
En el océano infinito del samsara.
 
¡DESCANSA EN LA PAZ GRADIOSA Y NATURAL!
 
Sobre todo, no hagas ningún esfuerzo, sé lo más posible natural y espacioso. Záfate calladamente del nudo de tu ansiedad habitual, deja el apego y descansa en tu verdadera naturaleza. Piensa en tu pensamiento ordinario emocional como un bloque de hielo o una barra de mantequilla expuesto al sol. Si te sientes duro y frío deja que esa agresión se derrita bajo el sol de tu meditación. Deja que la paz trabaje en ti y te capacite para recoger esparcido convirtiéndolo en una mente firme y una Calma Permanente, despertando en ti la consciencia y la vista de una Clara Visión. Y así encontrarás toda tu  negatividad desarmada, tu agresión disuelta y tu confusión evaporada como niebla en el vasto e íntegro firmamento de tu naturaleza absoluta.
 
Sentado tranquilo, con el cuerpo quieto, silente, la mente en paz, deja que los pensamientos y emociones, lo que sea que surja, lleguen y se vayan, sin apegarse a ningunos de ellos ni a nada.
 
¿Qué es lo que se siente en este estado? Dudjon Rinpoche decía, “imagínense un hombre que llega al hogar después de un largo y duro día de trabajo en el campo, hundiéndose en su silla preferida enfrente del fuego de la chimenea. Él ha estado trabajando todo el día y sabe que ha logrado lo que quería hacer, no tiene nada más de que preocuparse, nada que haya dejado sin hacer, él puede retirarse completamente de todas sus preocupaciones e intereses y contento, simplemente ser.
 
De manera que, cuando medites, es esencial crear el ambiente interno mental correcto. Todo esfuerzo y lucha llega por no sentirse capaz, de manera que el crear el ambiente es vital para que la meditación realmente sobrevenga. Cuando la disposición y la amplitud de capacidad están presentes, la meditación surge sin esfuerzo.
 
Algunas veces cuando medito, no uso ningún método en particular. Solamente dejo mi mente descansar, y encuentro, especialmente cuando estoy inspirado, que puedo traer mi mente al hogar y reposar muy rápidamente. Me siento quieto y descanso en la naturaleza de la mente; no pregunto o dudo si estoy en el estado correcto o no. No hay esfuerzo, solamente un entendimiento en abundancia, un despertar, una certeza fija. Cuando estoy en la naturaleza de la mente, la mente ordinaria ya no está ahí. No hay necesidad de sostener o confirmar el sentido del ser: simplemente soy. La verdad fundamental está presente. No hay nada en particular que hacer.
 
Métodos de Meditación
 
Si tu mente es capaz de tranquilizarse naturalmente por ella misma, y si encuentras que estás inspirado simplemente para descansar en su conciencia pura, entonces tú no necesitas ningún método de meditación. De hecho, podría ser incorrecto tratar de usar uno en tal estado. Sin embargo, la vasta mayoría de nosotros encuentra difícil llegar a tal estado directamente. Nosotros simplemente no sabemos como despertarlo, y nuestras mentes  están tan salvajes y distraídas que necesitamos un medio especializado o un método para evocarlo.
 
Por “especializado” quiero decir que aúnes tu comprensión de la naturaleza esencial de tu mente, tu conocimiento de tus propias variaciones, tus propios cambios de carácter, tus propias disposiciones de ánimo y la visión que has desarrollado a través de tu práctica, para comprender como todo eso trabaja contigo mismo de momento a momento. Juntando todo esto, aprendes el arte de aplicar cualquier método que sea apropiado en cualquier situación o problema en particular, para transformar el ambiente de tu mente.
 
Pero recuerda: un método es solamente un medio, no una meditación en sí mismo. Es a través de la práctica del método especializado que alcanzas la  perfección del estado puro de la presencia total, lo cual es la meditación real o verdadera.
 
Hay un dicho tibetano que dice, “compa ma yin, compa yin,” que quiere decir literalmente: “La meditación no es, el acostumbrarse a hacerla es lo que es.” Quiere decir que la meditación es, nada más y nada menos, que acostumbrarse a la práctica de ella (la meditación). Como se dice, “La meditación no es luchar, sino naturalmente llegar a ser asimilado en ella.” A medida que continúas practicando el método, entonces la meditación, lentamente surge. La meditación no es algo que tu puedas “hacer”, es algo que pasa espontáneamente, solamente cuando se ha perfeccionado la práctica.
 
Sin embargo, para que la meditación sea posible, la calma y las condiciones auspicias, tienen que ser creadas. Antes de que podamos controlar nuestra mente, necesitamos primero calmar su entorno. En este momento, la mente es como la llama de una vela: constantemente fluctuando, temblorosa, oscilante  y moviéndose por el viento de nuestros pensamientos y emociones. La flama o llama sólo será estable e imperturbable cuando podamos calmar el aire a nuestro alrededor; de manera que solamente podemos comenzar a observar y descansar en la naturaleza de la mente cuando hemos pacificados la turbulencia de nuestros pensamientos y emociones. Por otra parte, una vez que has encontrado la estabilidad en nuestra meditación, los ruidos y las conmociones de toda clase tendrán menos impacto.
 
En el occidente, las personas tienden a ser absorbidas por lo que llamaríamos “La Tecnología de la Meditación.” El mundo moderno, después de todo, está fascinado por los mecanismos y las máquinas, y adicto a las fórmulas prácticas completamente. Pero, por mucho, el componente o la parte más importante de la meditación, no es la técnica, sino el espíritu: la forma especializada, inspirada y creativa en la que practicamos, que puede ser llamada también “postura”.
 
La Postura
 
Los maestros dicen, “Si creas una condición auspicia en tu cuerpo y tu entorno, entonces la meditación y la realización automáticamente surgirán. Hablar acerca de la postura no es una pedantería esotérica, toda la razón en asumir una  postura correcta es crear un entorno más inspirado para la meditación, para el despertar de Rigpa. Hay una conexión entre la postura del cuerpo y la actitud de la mente. La mente y el cuerpo están interrelacionados, y la meditación surge naturalmente una vez que tu postura y actitud estén inspirados.
 
Si estás sentado, y tu mente no está completamente armonizada y templada con tu cuerpo – si estás, por ejemplo, ansioso o preocupado por algo – entonces tu cuerpo experimentará incomodidad física y las dificultades surgirán más fácilmente. Al igual que sí tu mente está en calma, en un estado de inspiración, ella influenciará toda tu postura, y podrás sentarte mucho más naturalmente y sin esfuerzo. Así que es muy importante unir la postura del cuerpo y la confianza que surge de tu realización de la naturaleza de la mente.
 
La postura que les voy a explicar puede tener una pequeña diferencia de otras que conozcas o que hayas usado anteriormente. Ella fue tomada de las enseñanzas ancestrales del Dzogchen y es la que mi maestro me  enseñó y he encontrado que es extremadamente poderosa.
 
En las enseñanzas Dzogchen se dice que tu Visión y tu Postura deberán ser como una montaña. Tu Visión es la suma de tu entendimiento y discernimiento total de la naturaleza de la mente que traes a tu meditación. De forma que tu Visión se transforma en tu postura y la inspira, expresando el centro o corazón de tu ser en la forma de sentarse.
 
Entonces, siéntate como si fueras una montaña, con toda la majestuosidad fija y firme de una montaña. Una montaña es completamente natural y tranquila en sí misma, a pesar de los vientos fuertes que la abaten y a pesar de las nubes oscuras y espesas que rodean su cumbre. Siéntate como una montaña, deja que tu mente se levante, vuele, se eleve, y ascienda.
 
El punto más esencial de esta postura es mantener la espalda derecha, como “un arco” o “un montón de monedas de oro apiladas unas sobre las otras.” La “energía interna” o prana, entonces fluirá fácilmente a través de los canales sutiles del cuerpo, y tu mente encontrará su verdadero estado de descanso. La parte baja de la espina dorsal tiene una curva natural; debe estar relajada pero derecha. Tu cabeza debe estar balanceada cómodamente sobre tu cuello. Son tus hombros y la parte superior de tu torso los que sostienen la fuerza y la gracia de la postura, y deberán ser sostenidos en un fuerte equilibrio, pero sin tensión alguna.
 
Siéntate con las piernas cruzadas. No tienes que sentarte en la completa posición de “loto”, que es enfatizada mayormente en la práctica avanzada de yoga.
 
Las piernas cruzadas expresan la unidad de la vida y la muerte, el bien y el mal, el medio o la instrumentación experta y la sabiduría, los principios  masculino y femenino, el samsara y el nirvana y la actitud de la no-dualidad. También puedes escoger sentarte en una silla, con tus piernas relajadas, pero asegúrate que siempre tengas la espalda derecha.
 
En cualquier tradición de la meditación, tus ojos deben permanecer abiertos, este es un punto muy importante. Si eres sensible a los disturbios exteriores, entonces en el comienzo de tu practica puede que sea una ayuda cerrar tus ojos por un rato y tranquilamente dirigirte hacia tu interior.
 
Una vez que sientas establecida la calma, gradualmente abre tus ojos y encontrarás que tu atención/ penetración / contemplación ha crecido más pacifica y tranquilamente. Ahora, mira hacia abajo, sobre la línea de tu nariz, en un ángulo de 45 grados frente a ti. Un consejo práctico en general es que cuando tu mente esté inquieta e intranquila, es mejor disminuir tu atención / penetración / contemplación, y cuando esté torpe y soñolienta aumentarla.
 
Una vez que tu mente esté en calma, y la claridad y la visión comience a surgir, se sentirá libre para aumentar su atención, abrir sus ojos más y mirar al espacio directamente frente a usted. Esta es la atención /penetración / contemplación recomendada en la práctica Dzogchen.
 
FINAL DE ‘EL CORAZÓN DE LA MEDITACIÓN BUDISTA’.
 
 
Consejo Práctico
 
Este día ha pasado.
También nuestras vidas están concluyendo.
Como pez en poca agua,
El goce no durará.
Trabajemos con un esfuerzo puro.
Como si tuviéramos nuestras cabezas en llamas.
Estén alertas de la impermanencia.
Sean cuidadosos de la pereza y la ociosidad.
 
 
 
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