El Amor, Don Supremo
 
 gladiolos
 
 
Si yo hablare las lenguas de los hombres,
Y de los ángeles,
Mas no tuviere amor,
Soy como bronce que resuena,
O címbalo que retiñe.
 
Y si tuviere el don de profecía,
Y supiere todos los misterios,
Y toda la ciencia;
Y si tuviere toda la fe, de modo que
Pudiese remover montañas,
Mas no tuviere amor,
Nada soy.
 
Y si destruyere toda mi hacienda
Para dar de comer a los pobres,
Y si entregare mi cuerpo para ser quemado,
Mas no tuviere amor,
De nada me aprovecha.
 
***
 
El amor es sufrido y benigno;
El amor no tiene envidia;
El amor no es jactancioso,
No se ensoberbece,
 
No se porta indecorosamente,
No busca lo suyo propio,
No se irrita,
No piensa mal;
 
No se regocija en la injusticia,
Mas se regocija en la verdad;
Todo lo sufre, todo lo cree,
Todo lo espera, todo lo soporta.
 
El amor nunca se acaba;
Mas ora que haya profecías, terminarán;
Ora que haya lenguas, cesarán;
Ora que haya ciencia, terminará.
 
Porque en parte conocemos, y en parte profetizamos;
Mas cuando viniere lo que es perfecto,
Entonces lo que es en parte se acabará.
 
Cuando yo era niño, hablaba como niño,
Pensaba como niño, razonaba como niño,
Mas ya que he llegado a ser hombre,
He dado de mano a las cosas de niños.
 
Porque ahora vemos oscuramente,
Como por medio de un espejo,
Mas entonces, cara a cara;
Ahora conozco en parte, pero entonces
Conoceré así como yo también soy conocido.
 
Ahora pues permanecen
La fe, la esperanza y el amor, estas tres;
Pero la mayor de ellas es el amor.
 
I Corintios, 13. Versión Moderna de la Biblia.
 
 
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