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Por el Rev. Chuan Zhi Shakya, OHY
- Traducido al español por Facundo
Larosa desde Argentina
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“La
fuente de la belleza es el corazón. Si la virtud acompaña a la belleza,
es el paraíso del corazón, si el vicio se asocia con ella, es el
purgatorio del alma. El corazón es la fogata del sabio y el horno del tonto”.
- Quarles,
Francis (1592-1644)
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- Chan,
o Zen, en un sentido estricto, es una transliteración del vocablo sánscrito
“Dhyana”, el cual significa simplemente meditación.
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- Nosotros
decimos “Budismo Chan” y asumimos que todo lo que queremos decir es una
forma específica de meditar y que si meditamos de esa forma en un marco
budista, somos Budistas Chan.
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- Pero,
la escuela Chan del Budismo Mahayana, tal como fue fundada en el sur de
China, trataba menos de meditación que del camino a la trascendencia, un
camino capaz de guiar a la persona fuera del mundo de dolor y agitación
hacia la paz, tranquilidad y alegría del Refugio de Buda.
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- La
meditación, sin embargo, sin una amplia base en ética y espiritualidad no
es más que un ejercicio mental. Si alguien tiene éxito en meditación ¿Qué
es lo que verdaderamente ha logrado? Tal vez, ha encontrado un medio para
calmarse cuando se encuentra agitado, o ha adquirido la habilidad de tolerar
cierta gente o eventos de sus alrededores. Pero, hay una diferencia entre
tolerar y aceptar, tanto como entre calmarnos y no agitarnos desde un
principio. Y esa diferencia yace, no en el miembro Chan de la ecuación,
sino en el Budista.
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- La
meditación es el último paso del Camino Óctuplo, uno al que no podemos
arribar saltando por encima de los siete pasos anteriores.
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- A
fines de prepararnos para la meditación, debemos en primer lugar, comenzar
por poner en orden nuestras vidas, y actuar de acuerdo con lo que es
correcto y beneficioso para nosotros y los otros. No es una tarea fácil
puesto que requiere que actuemos de forma solidaria, en lugar de egoísta.
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- Lo
que hacemos no es tan importante como las motivaciones subyacentes tras lo
que hacemos. No es lo que pensamos sino el por qué de lo que pensamos lo que
necesita ser explorado.
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- No
es lo que hacemos para ganar un salario, sino la actitud que tomamos hacia
nuestro trabajo y responsabilidades lo que tiene mayor importancia.
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- En
breve, los siete primeros pasos del Camino Óctuplo requieren que escrutemos
profundamente las cosas en vez de actuar y reaccionar de un modo egoísta y
negligente.
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- Estos
pasos fueron presentados por el Buda en un orden específico: Correcto
Entendimiento, Correcto Pensamiento, Correcta Habla, Correcta Conducta,
Correcto Modo de Vida, Correcto Esfuerzo y Correcta Atención.
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- Estos
no fueron formulados como herramientas para juzgar a otras personas, sino
como herramientas para ajustar nuestras propias vidas, de la misma forma que
usamos instrumentos para arreglar un desagüe tapado o un auto que no
arranca.
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- Demos
pues, un breve vistazo a cada paso del Camino Óctuplo y veamos como
emplearlos para ayudarnos a lo largo de nuestra travesía espiritual.
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- Correcto Entendimiento
“Es
lo mismo con el entendimiento que con los ojos, para un cierto tamaño y
hechura, sólo cierta cantidad de luz es necesaria, y no más. Cualquier cosa más
allá trae oscuridad y confusión”. - Anthony
Ashley Cooper Shaftesbury (1671-1713)
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- Comenzamos
con el Correcto Entendimiento, pero... ¿Qué es lo que necesita ser
comprendido correctamente?
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- Recientemente,
un miembro de nuestra sangha me llamó para discutir un problema que estaba
teniendo con sus suegros, con los que había estado viviendo por unos meses.
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- Conociendo
que era Budista, ellos disfrutaban haciendo alarde de su Cristiandad para
molestarlo, me dijo.
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- Cada
fiesta cristiana les ofrecía una oportunidad para ello. En Navidad,
decoraciones excesivas adornaban las paredes y techos y miles de luces
colgaban de los árboles del exterior. En Pascuas, era similar, con
conejitos pendiendo de los techos y numerosos afiches y ornamentos
religiosos reemplazando los adornos cotidianos. El explicó que ellos eran
inconscientes respecto de las fiestas budistas, pero cada vez que llegaba
una fiesta cristiana, entrar en la casa era como caminar por el decorado de
un escenario: era una realidad alterada.
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- Esta
era una oportunidad perfecta para discutir el Correcto Entendimiento. Su
problema no era realmente con sus suegros sino con la forma en que él
respondía a sus acciones. “Cada día es una fiesta para un budista”. Le
dije. “Cada día es un día para celebrar la vida. Y cualquier celebración
de la vida es maravillosa, sin importar a que religión esté asociada”.
Le dije que tenía una oportunidad maravillosa de aprender acerca de estas
fiestas y de demostrar la calidad de su propia religión mostrando comprensión
y aceptación amorosa hacia ellos.
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- El
Correcto Entendimiento significa que trabajamos para comprender las cosas
desde la perspectiva de otros.
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- Nosotros
no juzgamos o formamos una opinión rápidamente hasta haber observado desde
tantas perspectivas como podamos. Este proceso de investigación, rápidamente
descubrimos, nos deja con la comprensión de que existen a menudo muchas
formas de ver las cosas y que posiblemente no podemos conocer todas ellas,
así que las opiniones que formamos pueden fácilmente estar equivocadas
porque hemos ignorado algún aspecto.
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- Correcto Pensamiento o
Propósito
“Si
un hombre habla o actúa con un pensamiento puro, la felicidad le sigue como la
sombra que nunca le abandona” - El
Buda
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- No
había oído de una mujer a la que le había dado los preceptos budistas
hace algunos años, sino hasta hace poco. Ella parecía un poco avergonzada
de no haberse mantenido en contacto, pero me dijo que necesitaba mi ayuda.
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- “Tengo
cuatro hijos y un marido que trabaja todo el día para ganar suficiente
dinero para todos nosotros. Mi hijo menor tiene dos años y el mayor, trece.
He tratado de ser una buena budista, pero siento que mi vida no me
pertenece. Soy más un robot que un ser humano... alimentar a los chicos,
cambiar los pañales del bebé, llevarlos a la escuela, limpiar sus cuartos,
lavar la ropa, limpiar la cocina...
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- Cada
día es así, y estoy exhausta cuando termina. No parece que tenga tiempo
para el Chan. Me digo a mi misma que cuando los chicos hayan crecido y
dejado el hogar, tendré tiempo para mi labor espiritual nuevamente, pero
para ese momento... ¡Tendré más de sesenta años!
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- Estoy
‘en el filo’ todo el tiempo por toda esta responsabilidad y enojada
porque no puedo tener de vuelta mi vida anterior.
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- Cuando
mi esposo está en casa peleamos, y cuando están los chicos nos gritamos
unos a otros. Simplemente no sé que hacer. Alguien tiene que ceder”
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- Se
encontraba cerca de las lágrimas cuando me contó esto, yo sabía que ella
quería cambiar las cosas, pero no sabía como. Ella quería una solución
budista.
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- “El
segundo paso en el Camino Óctuplo”, le dije, “es Correcto Pensamiento o
Propósito. Esto significa que mantenemos en vista nuestro objetivo
espiritual incluso en las actividades de nuestra vida diaria, sin importar
cuan agitadas sean.
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- Nuestro
deber es cuidar de las necesidades de nuestros hijos, y tratar a otros con
respeto y amabilidad. Cuando perdemos de vista nuestro propósito espiritual
se hace casi imposible mantener el nivel de conciencia necesario para
lograrlo, porque hemos olvidado que somos seres espirituales. El resultado
de esto es que negamos nuestra propia humanidad, así como la de aquellos
que nos rodean.
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- Nos
volvemos infelices, tenemos ‘stress’, y nos desplomamos en las
profundidades del sámsara”.
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- Continué
explicándole que no necesitamos ir a algún lado en especial para practicar
Chan. La práctica está en nosotros, en medio de cualquier cosa que
hacemos. El problema surge cuando olvidamos esto.
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- Un
chico gritando distrae nuestra atención o la chicharra de un lavarropas nos
sobresalta, y a continuación olvidamos retornar a nuestro objetivo
espiritual, el cual es, la Iluminación.
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- Le
expliqué que se hallaba en una situación perfecta para practicar Chan.
Llevar adelante una casa y cuidar a los niños ofrece una oportunidad
maravillosa de practicar.
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- “¿Cuánto
de tu tiempo pasas haciendo tareas repetitivas?” Le pregunté.
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- Ella
pensó por un momento y me contestó que la mayoría de las cosas que hacía
durante el día eran repetitivas: cocinar, limpiar, manejar, cambiar pañales...
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- “Entonces
convierte cada una de esas actividades en una práctica Chan. Mantén ese
‘ojo interno’ abierto todo el tiempo y cuando te distraes de algo, como
un pensamiento, o un grito de tus hijos, atiende la necesidad y luego vuelve
tu atención a tu práctica Chan. Después de un tiempo, lo estarás
haciendo automáticamente, serás mucho más feliz y las cosas no te
molestarán demasiado.”
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- Le
di esa antigua práctica que desasocia el ego de nuestras percepciones
sensoriales y pronto nos permite
alcanzar una clara conciencia de nuestra Naturaleza Búdica. “¡Neti
Neti!” ¡No esto! ¡No esto! Mantenemos esta interpretación yuxtapuesta a
nuestras experiencias sensoriales en nuestra mente noche y día, cortando
estos lazos con el mundo material mientras existimos en él.
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- Mientras
lavamos los platos, nos repetimos a nosotros mismos: ¡No esto! ¡No esto!
Mientras lavamos nuestras manos: ¡No esto! ¡No esto! Mientras salimos de
la ducha: ¡No esto! ¡No esto!
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- No
lo hacemos en el sentido de la frustración o la ira (o humor), sino en el
sentido de negarnos a nosotros mismos un nivel de realidad a la acción o
evento. Eventualmente, nuestro hacer se vuelve sólo lo que es por sí
mismo. Nos acercamos a la naturaleza de nuestras acciones más que a
nuestras respuestas mentales o emocionales hacia ellas.
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- Pronto
todas las cosas que nos han hecho infelices anteriormente, se vuelven
intrascendentes en lo que respecta a nuestra felicidad, como motas de polvo
flotando a través del aire.
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- Correcta Habla
“Nada
es más tonto que el placer que cierta gente encuentra en ‘dejar hablar a
sus mentes’. Un hombre así dirá una grosería, por el mero placer de
decirla, cuando una conducta opuesta, llena de inocencia, pueda
haber salvado
a su amigo, o haber
hecho su fortuna”.
Sir
Richard Steele (1672-1729)
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- Para
aquellos de nosotros que interactuamos a menudo con gente, la Correcta Habla
nos ofrece una excelente oportunidad de profundizar nuestro desarrollo
espiritual. La mejor forma de recordarnos el atender este importante paso es
evocar el principio budista “No dañar” y recordar que hablar es lo
mismo que tocar una campana: lo que decimos no puede ser desdicho así como
no podemos evitar que siga sonando la campana.
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- El
habla no es unidireccional tampoco. Las palabras con las que hablamos son sólo
símbolos para significados. Las palabras, en sí mismas, no tienen
significados; son los símbolos que surgen de ellas en nuestra mente las que
nos transmiten significaciones. Debido a esto, nuestra propia comprensión
de estas acepciones puede (y probablemente lo hará) diferir de la comprensión
de alguien más; por ejemplo, otros pueden interpretar lo que decimos de
forma diferente a como nosotros quisiéramos que fuese interpretado.
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- De
todos los pasos del Camino Óctuplo, la Correcta Habla es uno de los más
difíciles de dominar, y esto es porque algunas veces los maestros Chan le
indican a sus estudiantes ‘encoger
sus lenguas’ hasta que su práctica se haya desarrollado
adecuadamente.
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- Hay
mucho que decir al respecto de la Correcta Habla, sin embargo, un aspecto a
menudo ignorado es el motivo que subyace detrás de lo que decimos. Más que
las palabras que hablamos, es nuestra motivación la que determina si
estamos respetando propiamente la Correcta Habla.
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- Existe
una historia de un hombre que era muy respetado en su círculo de amigos y
colegas en una famosa universidad. Él había recibido muchas distinciones y
era respetado como un experto en su área. También había leído muchos
libros acerca del Budismo y estaba altamente interesado en él, pero sentía
que necesitaba un profesor para proseguir su instrucción.
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- Sólo
el ‘mejor de los mejores’ podría hacerlo, el consideró. Así que hizo
reservaciones en un vuelo trasatlántico y unos pocos días después estaba
parado en frente de un remoto monasterio Chan, enclavado en la falda de una
montaña al sur de China.
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- La
puerta estaba cerrada así que golpeó mientras gritaba en el mejor chino
que pudo: “He venido para aprender acerca del Dharma ¡Abran la
puerta!”.
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- Como
no había respuesta, trató nuevamente: “He volado hasta aquí a través
de miles de kilómetros para aprender de ustedes acerca del Dharma ¡Déjenme
entrar!”.
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- Aún
no había respuesta. Así que esperó por un tiempo y luego intentó de
nuevo: “He escrito muchos libros y viene gente de todo el mundo para
aprender de mí ¡Ahora quiero aprender de ustedes!”.
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- Nadie
respondió.
- El
lo intentó una y otra vez utilizando diferentes tácticas. Finalmente la
puerta se abrió y un monje caminó hacia fuera llevando un balde. Para la
sorpresa del hombre, el monje lo ignoró completamente mientras cumplía con
su recado de transportar agua. Al retornar al templo, el sacerdote abrió la
puerta y se introdujo sin más que brindar una mirada de reojo al extraño
que miraba incrédula y silenciosamente desde la entrada.
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- Él
había pensado que tal vez nadie lo había oído, pero ahora parecía que el
estaba siendo deliberadamente ignorado. Con rabia gritó: “¡Cómo se
atreven a tratarme así! ¿Así tratan a la gente que intenta aprender
acerca de sus formas sagradas?”.
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- Gritó
por un rato más y paseó arriba y abajo del camino que conducía al gran
templo. Había venido desde muy lejos, así que regresar no era una opción.
De esta forma, se quedó fuera, cerca de la entrada, esperando.
- Los
días pasaron mientras miraba consternado como los monjes salían a hacer
sus quehaceres para luego volver a entrar, ignorándolo durante todo el
trayecto. Se había dado por vencido de intentar ganar la entrada.
Eventualmente, su suministro de víveres estaba llegando a su fin, y sabía
que tarde o temprano debería descender de las montañas y regresar a casa.
Para este momento, él había tenido mucho tiempo de reconsiderar su situación.
Habíase también vuelto débil y huraño.
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- Luego
de mucha introspección y contemplación, se levantó del suelo, afirmó sus
pensamientos, y salió a través del angosto camino que conducía a la base
de la montaña. Tras recorrer una corta distancia, escuchó pisadas veloces
y al darse la vuelta vio un joven monje corriendo hacia él. Éste se acercó
y ciñó sus brazos en torno a sus hombros mientras guardaba silencio.
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- Ambos
hombres regresaron al templo donde otros tres monjes esperaban con la puerta
abierta. Durante el trayecto, el hombre del Oeste no había dicho una
palabra. Su entrada no había sido ganada por las palabras, sino por
sacrificar su propio sentido de importancia.
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- Las
palabras habían servido para expresar la fortaleza de su ego y no el estar
listo para recibir el Dharma.
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- Tanto
como estamos preocupados por ‘auto-servirnos’, éste motivo estará detrás
de nuestra habla. Podemos decirle a la gente que queremos una cosa, mientras
que quizás inconscientemente, sólo queremos satisfacer nuestro ego.
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- Reprimiremos
a otros para sentirnos superiores, inventaremos chistes a fines de maximizar
nuestra propia importancia, aun a costa de otros, mentiremos si nos ayuda a
obtener lo que queremos, o usaremos nuestros aciertos del pasado para
impresionar a otros con nuestra valía.
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- Cuando
el ego está al timón, la Correcta Habla es casi imposible de mantener,
pero cuando hemos alcanzado la habilidad de ver las cosas desde la
perspectiva de otros (Correcto Entendimiento) y cuando hemos comenzado la
dura disciplina de mantener en vista nuestros objetivos espirituales
(Correcto Pensamiento o Propósito), podemos comenzar a observar y corregir
nuestra habla.
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- Podemos
investigar acerca de las motivaciones tras lo que decimos, podemos mirar si
nuestros pensamientos o palabras son ego-centrados o no. En vez de hablar
impulsivamente, podemos comenzar a hablar cuidadosa y solidariamente.
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- Así
es como descubrimos que no tenemos tanto que decir como una vez tuvimos.
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- Correcta Conducta
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- "Hacer
es una gran cosa. Porque
si las personas, se proponen hacer lo que es correcto,
después de un rato, les llega a gustar lo que están haciendo."
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John Rushkin (1818-1900)
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- Hace
algunos años, estaba caminando por una ciudad inmensamente poblada. Había
montones de turistas y trabajadores yendo y viniendo: haciendo entregas o
tratando de ganar unos pesos limpiando ventanas o repartiendo volantes.
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- Me
sucedió que al mirar al otro
lado de la calle vi que dos jóvenes desaliñados acosaban a una persona
mayor. Éste estaba bien vestido y agitaba sus brazos en derredor pidiendo
ayuda. Los otros dos hombres lo golpeaban con palos y pronto el anciano se
encontró tirado en la acera mientras sus pedidos de ayuda continuaban.
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- Todo
esto sucedía a plena luz del día con mucha gente caminando alrededor, pero
esto no era tan chocante como el hecho de que nadie se detuvo a ayudar.
Durante el tiempo que me tomó darme cuenta del incidente y cruzar la
atestada calle, los dos jóvenes habían desaparecido y el anciano yacía
sangrando en el suelo. Los transeúntes pasaban a ambos lados sin siquiera
dedicarle una mirada.
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- “Les
di mi billetera”, me dijo, “pero no pareció importarles, ellos sólo
seguían golpeándome una y otra vez”.
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- Estaba
contento de que siguiera consciente y permanecí a su lado hasta que la
ayuda arribó y fue transportado al hospital.
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- Cada
día, somos encarados por situaciones que requieren un curso decisivo de
acción: estar esperando para que la luz del semáforo cambie de rojo a
verde para manejar a través de la calle, o esperar que la cajera en la
verdulería nos diga cuanto debemos por nuestra compra para poder pagar. Sin
embargo, estas acciones son triviales y sólo necesitan un poco de atención
de nuestra parte, no hay cuestionamiento acerca de si son buenas o malas:
son, simplemente, de sentido común.
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- Pero,
cuando algo nuevo e inesperado es arrojado en nuestro camino, a menudo nos
encontramos en una situación precaria tratando de determinar el curso de
acción correcto.
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- Cuando
hay reglas establecidas para seguir, es fácil, sabemos que todo lo que
tenemos que hacer es seguir dichas reglas y que nuestra acción, al menos,
será aceptada por nuestros pares y por la sociedad. Por el contrario,
cuando no hay reglas o guías fijadas de antemano, estamos solos.
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- En
el incidente que presencié anteriormente, los peatones tomaron la decisión
de no involucrarse, quizás pensaron que si no tomaban ninguna acción serían
exonerados del asunto. Tal vez ellos no querían arriesgar su propia
seguridad o manchar sus ropas. No lo sé, pero ellos fallaron al observar la
Correcta Conducta porque estaban pensando en sí mismos en primer lugar.
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- A
la vez que la Correcta Conducta implica que debemos ajustar nuestra conducta
de acuerdo con los cinco preceptos (las normas éticas del Budismo), también
significa que debemos actuar en concordancia con nuestros objetivos
espirituales trascendentes. Lo cual incluye reconocer a las demás personas
como seres espirituales, como nuestros hermanos y hermanas.
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- Evitar
las malas acciones sobreviene naturalmente cuando estamos atentos a las
buenas acciones. La Correcta Conducta fortalece nuestra resolución de
seguir el camino espiritual hacia la Iluminación. A medida que trabajamos
para volvernos más conscientes de nuestras acciones e inacciones, así como
sus consecuencias sobre nuestras vidas y la de los demás, podemos
comportarnos más sabiamente, con comprensión de las consecuencias que
nuestra conducta provoca.
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- Esto
sucede cuando somos capaces de ajustar nuestro comportamiento en
concordancia con el cuarto paso del Camino Óctuplo.
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- Cuando
aplicamos toda nuestra atención a nuestros actos, rápidamente descubrimos
que cuando hacemos algo que causa daño (viola los preceptos) se produce un
efecto negativo sobre nuestra conciencia,
y que ese efecto tiende a detener nuestro progreso espiritual.
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- Podemos
deprimirnos, malhumorarnos, enojarnos... Podemos entrar en un círculo
vicioso al violar los preceptos: hundiéndonos en el alcohol o a las drogas
para obtener un alivio temporal o volviendo nuestra atención al trabajo,
como una fuente de felicidad, mientras negligentemente olvidamos a nuestras
familias y compromisos con nuestra práctica espiritual. Incluso podemos
invitar a otros a unírsenos en las profundidades de nuestra miseria.
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- De
forma opuesta, cuando realizamos una acción relacionada con hacer el bien
desinteresadamente descubrimos que da un empujón a nuestro progreso
espiritual y nos libera del pantano. Podemos detener nuestro automóvil para
dejar pasar a un peatón y recibir una onda y una sonrisa de gratitud.
Podemos llevar comida a un hogar (un refugio de aquellos que no tienen casa)
sabiendo que hará que unas pocas personas se sientan más felices y
saludables. Podemos hablar bien de otra gente incluso aunque ella no hable
bien de nosotros. Podríamos también ayudar a otros que se encuentran en
necesidad incluso si pone en riesgo nuestra propia seguridad.
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- Cuando
dejamos que el corazón guíe nuestras acciones y removemos los designios y
deseos del ego detrás de los motivos de nuestras actuaciones, los cinco
preceptos no sólo son seguidos naturalmente sino que se vuelven de sentido
común.
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- Cultivar
una mirada altruista nutre la práctica de los preceptos y nuestros
esfuerzos se hacen cada vez menos duros.
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- Correcto Modo de Vida
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“Si
un hombre ama su labor, independientemente de cualquier preocupación por el
éxito o la fama, los Dioses lo han llamado”
- Robert
Louis Stevenson
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- Existe
una gran cantidad de malentendidos acerca del Correcto Modo de Vida. Todas
las sociedades dependen de una amplia diversidad de trabajos. Los
recolectores de basura son tan importantes para la salud de una sociedad
como los doctores y los bomberos o como los maestros y los artistas.
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- Cuando
hablamos acerca del Correcto Modo de Vida, no estamos debatiendo acerca de
elegir el mejor trabajo o carrera para nosotros, el de elegir el más ético
o moral, sino acerca de cómo nos aproximamos al trabajo que hemos elegido,
o que nos ha elegido a nosotros.
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- Una
mujer que conocí en el autobús, no hace mucho tiempo, me contó acerca de
cómo amaba su trabajo en la planta de procesamiento de carne que se
encontraba al otro lado de la ciudad.
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- “He
sido vegetariana por más de cuarenta años”, me dijo, “la idea de comer
carne solamente no se me ocurrió nunca más, pero me encanta levantarme por
la mañana e ir a trabajar. Paso las piezas de carne desde la cinta
trasportadora hasta una zona de envasado. Cuando encuentro un
problema...como algo que anda mal con la carne, o que alguien ha dejado caer
carne al suelo y luego la ha vuelto a poner nuevamente para procesar (lo
cual me aseguró que sucede), me involucro en el asunto y si hay algo que no
puedo solucionar por mi misma llamo a mi jefe, quien arregla el problema”.
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- Le
pregunte porqué pensaba que le gustaba tanto su trabajo, especialmente dado
que ella no comía carne.
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- “No
lo sé... Supongo que sólo ‘encajo’. Sé que es necesario hacer, y
trato de hacer un buen trabajo. Puede sonar gracioso, pero la rutina puede
ser relajante y placentera. Sé que otra gente comerá la carne y la
disfrutará, y eso me gusta... Me gusta hacer mi parte para que reciban
comida de buena calidad”.
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- Mi
primer pensamiento fue que esta mujer entendía lo que el Buda quiso decir
por Correcto Modo de Vida. En vez de enorgullecerse de ser vegetariana, ella
aceptó el hecho de que mucha gente es feliz comiendo carne. En vez de
quejarse de la monotonía de su trabajo ella la abrazó, aceptando que la
monotonía puede ser placentera. Parecía que no tenía deseos de alcanzar
un rango de mayor importancia en la compañía. Tampoco chismorreaba acerca
de la gente que trabajaba junto a ella. No había ningún conflicto, porque
estaba personalmente desapegada de su trabajo.
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- El
Correcto Modo de Vida implica que no importa que trabajo llevemos a cabo,
nos esforzamos para desapegar nuestro ego de él. Simplemente intentamos
hacer el mejor trabajo posible, sin preocuparnos por la recompensa.
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- No
importa si somos peluqueros, jardineros, políticos o ejecutivos, si nos
acercamos a nuestras tareas de esta forma, encontramos que una gran cantidad
de nuestras ansiedades y preocupaciones súbitamente desaparecen.
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- Correcto Esfuerzo
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“Las
personas que no aprecian el esfuerzo al escalar, carecen del entendimiento de dónde
han estado, el conocimiento de quién son, y la determinación para continuar
subiendo. Por eso nunca logran realizar el Dharma.”
“Las
personas siempre están buscando el camino fácil. El camino duro, aquel que
aprendemos con experiencias difíciles y logros dolorosos, no les interesa.
Quieren un atajo. Los verdaderos buscadores del Dharma temen a los atajos. Saben
más que eso. Saben que sin esfuerzo, no hay sentimiento de logro. Esto los
mantiene caminando hacia adelante.”
Maestro
Han Shan (1546-1623)
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- No
hay lazo más fuerte para cortar que aquel que une la mente y el ego. Esta
es la simple razón de porqué el camino Chan es tan difícil.
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- Nos
toma cada gramo de esfuerzo reunir fuerzas para liberarnos de los
componentes más caprichosos de nuestra psique. No es hasta que reconocemos
el Yo que existe aparte de quién nosotros pensamos que somos que podemos
conocer la mente Chan.
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- El
conocimiento del Yo solo puede ser encontrado una vez que dejamos de
identificarnos con nuestras profesiones, nuestras familias, nuestros gustos
y aversiones, nuestras opiniones, etc. Ya que todos ellos son constituyentes
básicos del ego.
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- El
proceso de desapego no sólo es difícil, sino que a menudo es doloroso, y
transitar a través de él requiere de un gran coraje y la fe de que
triunfaremos.
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- Recientemente
un joven me consultó acerca de mi aprobación a su decisión de asistir a
un retiro de dos semanas en un ‘zendo’. Le pregunte quien era su
maestro, a lo que él mencionó algunos libros populares que había leído
recientemente. Cuando le pregunté porqué quería asistir al retiro que me
había descrito, comenzó a contarme. Me dijo que su vida estaba en ruinas:
había perdido su trabajo, su esposa le había pedido el divorcio... la
misma historia que había oído incontables veces.
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- Esto
nos sucede a muchos en algún momento de nuestras vidas. ‘Tocamos el
fondo’ y recién ahí empezamos a buscar una solución espiritual. El
error de este hombre fue pensar que sentarse en un almohadón por varias
horas al día, con un corto sueño de noche, por dos semanas, iba a darle la
solución espiritual que tanto anhelaba.
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- “Tienes
un problema serio”, le dije, “pero estás buscando un camino fácil para
salir: anotarse en un ‘zendo’, esperar un par de semanas y... ¡listo!
Todos los problemas solucionados. El Chan no funciona así”.
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- Le
explique que si bien existe un momento en la vida de un practicante Chan
para los retiros de meditación, estos retiros son mejor atendidos, una vez
que hemos alcanzado cierta habilidad para liberarnos de nuestro ego y entrar
en el estado meditativo.
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- De
lo contrario, estos largos períodos de inacción pueden realmente ser
psicológicamente dañinos y retrasarnos más que ayudarnos. Le expliqué
que el Chan comienza con el Camino Óctuplo, cuyo último paso es la
meditación, y es por ello que el Buda puso esos pasos juntos en una
secuencia específica, intencionalmente.
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- “Imagina”,
le dije,”que te encuentras en alta mar, en un barco que se está
hundiendo. Hay un palo, un alto mástil, en el barco así que te aferras a
él y comienzas a escalar hasta que llegas a la cima. Al mirar hacia abajo
ves el agua aproximándose. Sabes que alguien tendrá que ceder, que tendrás
que tomar una decisión: ¿Continúas aferrándote al único objeto a la
vista o lo dejas ir y permites al destino tomar las riendas?”.
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- La
entrada al Chan es muy parecida. Nosotros nos encontramos en un barco que se
hunde (nuestra vida, y nuestro sentido de control sobre ella) y sentimos un
profundo pánico, a medida que pensamos que no podemos seguir viviendo de la
misma forma que veníamos haciéndolo. Sabemos que no podemos seguir aferrándonos
al mástil porque nos llevará hasta el fondo, pero tampoco sabemos que
pasará si lo dejamos ir. El mástil hundiéndose es el único sentido de
seguridad que teníamos hasta el momento, así que debemos tener la fe y el
coraje de permitirle irse y tomar nuestras chances con lo desconocido.
Nuestra situación es cuestión de vida o muerte.
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- A
menos que hayamos llegado a este punto en nuestras vidas, la liberación
espiritual sigue siendo una débil hipótesis, pero una vez que tenemos el
coraje de dejar ir el mástil, se vuelve muy real.
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- Cualquiera
perteneciente a cualquier religión que haya experimentado la liberación
comprende esto. El supremo esfuerzo que toma dejar los apegos que imaginamos
que son nuestro yo es el esfuerzo que toma el soltarnos de la seguridad del
mástil y entrar en lo desconocido de una experiencia sin ego.
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- Correcta Atención
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“Los
actos son pequeños; el Principio es grande. Los actos son varios; el
Principio es uno. Aquéllos que viven el Principio, que permiten que su
significado fluya a través de su mismísimo torrente sanguíneo, nunca actúan
en disonancia con él. En cualquier cosa que hagan, cumplen el Principio. Ya
sea ocupados o relajados nunca son engañosos, nunca manipuladores. No
tienen ningún motivo oculto y no necesitan de ninguno.”
- Maestro
Han Shan (1546-1623)
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- Pocas
historias Chan expresan la naturaleza de la Correcta Atención mejor que ésta
contada muy a menudo por el maestro Hsu Yun: Había una vez un hombre Chan
que estaba caminando por la saliente de un camino de alta montaña cuando súbitamente
un tigre vino a su encuentro. Para escapar, se aferró a un arbusto y
descendió al filo del precipicio.
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- Mientras
colgaba allí, con la rugiente boca del tigre por sobre su cabeza, y la base
del abismo bajo sus pies, sintió las raíces del arbusto desgarrarse
lentamente. No pudo encontrar donde apoyar sus pies o nada a lo cual
agarrarse. Pero mientras se balanceaba, imaginando que haría a continuación,
se dio cuenta de una frutilla que crecía en una hendidura en la roca. Soltándose,
la tomó y se la comió, asombrándose, de que considerando la época del año
estaba particularmente dulce.
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- En
el estado iluminado la mente no tiene sentido de una individualidad
separada, por lo cual es libre de experimentar y actuar sin los estorbos que
representa la ‘persona’ (Nota: El arquetipo persona).
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- Una
mente clara es una mente vacía del yo. Es una mente que puede observar
incluso el más pequeño detalle en medio de la situación más adversa.
Este no es un estado fácil de alcanzar y mucha labor espiritual debe venir
antes de que tengamos siquiera la esperanza de alcanzar este grado de
ecuanimidad.
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- Pero
podemos hacer humildes pasos en su consecución prestando atención a
nuestras acciones y pensamientos; estar atentos de nuestras vidas en todo
sentido y evitar los actos innecesarios que solamente sirven para pagar
tributo a nuestro ego.
- Con
la paz y la tranquilidad que surgen de la práctica de la Correcta Atención,
estamos finalmente listos para embarcarnos en la travesía final del Chan:
la meditación.
-
- Correcta Concentración o
Meditación
“Existen
tres clases de silencio. El silencio de las palabras es bueno, porque hablar
excesivamente tiende a la maldad. Silencio, o descanso, de los deseos y pasiones
es aún mejor, porque promueve la quietud del espíritu. Pero el mejor de todos,
es el silencio de los innecesarios pensamientos errantes, porque es esencial
para el recogimiento interno, y porque forma los cimientos de una adecuada
reputación y de los silencios en otros respectos”.
- Madam
Guyon (1648-1717), Mística cristiana francesa
-
- La
meditación es común a las religiones de todo el mundo y existen
literalmente cientos, si no miles de técnicas de meditación que han sido
transmitidas a lo largo de los siglos.
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- Sin
embargo, todas las formas de meditación comienzan con silenciar la mente,
el cese de los pensamientos aleatorios que interfieren con la habilidad de
la mente para concentrarse.
-
- Las
prácticas de meditación más básicas son siempre ‘con semilla’, esto
es, con un tema para la concentración. Éste puede ser una cosa, como un
cordón de zapatos, una vela, o una idea, un pensamiento, un sonido, o una
sensación física como el pulso o la respiración, pero el ingrediente
clave es siempre concentración.
-
- La
traducción literal del octavo paso del sánscrito es realmente “Correcta
Concentración”. La meditación surge naturalmente cuando la Correcta
Concentración es alcanzada. La concentración es algo que debemos aprender
a través de dedicada práctica mientras que meditación es algo que
simplemente nos ocurre cuando nuestra mente está adecuadamente enfocada en
la concentración.
-
- La
primera vez que intentamos enfocarnos ‘en la semilla’, esto parece ser
imposible. La mente merodea en todas direcciones y nos encontramos en
dificultades al intentar ponerla bajo control.
-
- Así,
podemos dar nuestro primer vistazo a la ‘mente de mono’ y sobresaltarnos
de que la ‘mente de mono’ se ha convertido en nuestro modo normal de
ser. Pero no debemos desilusionarnos. Con una firme práctica podemos
progresar rápidamente. Nos ‘enganchamos’ a medida que descubrimos que
la meditación nos ha conducido a una vastedad de nuevas esferas de la
existencia y entendimiento y que enriquece nuestras vidas de formas que
nunca antes hubiésemos imaginado posible.
-
- A
través de práctica diligente, y siguiendo el simple e irónicamente difícil
Camino Óctuplo, nos liberamos a nosotros mismos de el reino samsárico de
la ego-consciencia y entramos en el glorioso estado nirvánico de la sabiduría
de Buda.
-
- Y
entonces comprendemos, que ésta, todo el tiempo y desde el principio, fue la intención de Buda
cuando presentó 'Su
Camino Óctuplo'.
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-
- Chuan Zhi
Shakya, OHY
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-
- Final
del Documento – Traducido por Facundo Larosa desde Argentina (estudiante
de la Rev. Yin Zhi Shakya del ‘Curso de Budismo en Acción’)
- Martes,
04 de enero de 2005
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