Poema del Maestro Keizan, enviado por un Amigo de Nuestras Páginas

 

 

 

 

No buscar nada ni esperar nada.

Ni Buda ni demonios pueden sorprender.

 

No ser nunca perturbado ni asustado.

 

Ver la montaña, vivir en la montaña.

Contemplar el hilo de agua, vivir en el agua.

 

Querer acostarse y acostarse.

Querer levantarse y levantarse.

 

No desear ni huir de los sonidos.

No amar ni odiar los colores.

 

Como el reflejo de la luna flotando en la superficie del agua.

Como la imagen reflejada en el espejo.

 

El Dharma no es turbado por el mundo vulgar.

 

La palabra es ruidosa como el croar de las ranas en celo.

El silencio es parecido a una columna.

 

Sin miedo del infierno ni deseo del paraíso,

abarcar todo el cosmos.

 

 

Maestro Keizan

 

 

 

A la Tabla de Contenido     A la Página Principal