Queridos Lectores:
 
Qué todos los seres puedan vivir felices, contentos e íntegros.
Qué todos los seres puedan ser sanados por completo.
Qué todos los seres puedan tener lo qué quieran y necesiten.
Qué todos los seres puedan estar protegidos contra daños, y libres de temor.
Qué todos los seres puedan disfrutar paz interna y tranquilidad.
Qué todos puedan despertarse, liberarse y ser libres.
Qué haya paz en este mundo, y en todas partes del universo completo.
 
 
Es muy importante comprender, para nuestro desarrollo espiritual, mental y físico la Ley de Causa y Efecto. Es muy ‘fácil’ entenderla y muy ‘difícil’ ponerla en práctica, pero por muy difícil que sea no es imposible, y es la única forma de salir de esta ‘rueda de sufrimientos’ del Sámsara.
 
 
Tomado del Libro: La Esencia del Budismo
Autor: Hsing Yun
 
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Karma: la ley de la Causa y Efecto
 
El Karma es la teoría budista básica. Entre las dos doctrinas Budistas, ésta es la más importante, la más difícil y la más fácil de ser incomprendida.
 
Karma es el término sánscrito que significa acción, trabajo o acto. Cualquier acción física, verbal o mental realizada con intención, puede llamarse Karma. En otras palabras, el karma puede definirse como cualquier deseo moral o inmoral, o todas las acciones volitivas, respuestas o resultados.
 
Antes de hablar del karma, debemos entender que los tres maestros: el cuerpo, la palabra y la mente, constituyen los tres intérpretes del karma. Ejemplos de karma ejecutados por el cuerpo son: la acción de matar, de robar y la conducta sexual lasciva. Ejemplos de karma concretados por la palabra son: la acción de mentir, la charla frívola, la calumnia y el insulto. Ejemplos del karma ejecutados por la mente son: la ambición, el odio y la decepción. El karma llevado a cabo por el cuerpo, la palabra y la mente puede determinar la felicidad y la tristeza en nuestra vida. Hay tres clases de karma: Karma sano, karma malsano, y el karma que no es ni lo uno ni lo otro.
 
El karma sano actúa según la moral y es beneficioso para los demás. Cualquier acción que dañe a los demás es malsana. Cualquier acción que no pueda definirse como buena o como mala (por ejemplo acciones realizadas de manera inconsciente) es denominada ni sana ni malsana.
 
El karma es una respuesta voluntaria. Las semillas del karma sano y malsano cumplidos por la voluntad se almacenan en el alayavijñana. Las semillas se manifestarán cuando se den las condiciones apropiadas. La manifestación de la semilla es el fruto del karma. El karma que causa sufrimiento se denomina karma maligno. El resultado del karma maligno es renacer en los tres reinos malignos del sufrimiento. El karma que causa dicha es el karma dichoso. El resultado del karma dichoso es renacer en el reino humano o celestial. Los que hayan logrado una total concentración en la meditación y cosechado el resultado de renacer en el reino de la forma y en el reino de la no-forma pueden permanecer en samadhi. A esto se le denomina karma inmóvil.
 
El karma puede dividirse en categorías según cuando madure. Existen tres categorías:  el karma que madura en esta vida, él que madurará en la vida próxima, y él que madurará en vidas futuras.
 
Algunas personas no comprenden la ley de causa y efecto. Ven que algunos ha hecho buenas acciones y han sido buenos y aun así experimentan mucho sufrimiento y mala suerte. Por otro lado otros que han hecho mal llevan una vida cómoda y de abundancia. Entonces creen que la ley de causa y efecto no se aplica en absoluto. Otros incluso dicen, “Estamos en el siglo XX, ¿por qué creer en una superstición como la ley de causa y efecto?” Mas no comprenden que el nacimiento y la existencia de todas las cosas en este mundo dependen de la ley de causa y efecto. La relación entre la causa y el efecto es muy complicada pero funciona de una manera muy organizada y precisa.
 
Hay dos razones por las cuales el fruto del karma madura en diferentes tiempos; una es que la fuerza de la causa, determinará el momento en que aparecerá el efecto. Por ejemplo, si se plantan al mismo tiempo una semilla de melón y una semilla de durazno, la semilla de melón crecerá y dará frutos el mismo año, mientras que la semilla de durazno tardará algunos años en dar fruto. La segunda razón es que la fuerza de las condiciones puede ser fuerte o débil. Si se dan todas las condiciones necesarias, el fruto madurará antes, mientras que si no están dadas llevará más tiempo. Existe un refrán en el Budismo: “El bien engendra el bien, el mal engendra el mal. Todas las causas dan lugar a resultados. Es sólo cuestión de tiempo.”
 
La Ley de Causa y Efecto es muy pragmática y precisa. Una determinada causa dará un determinado efecto. No se producirá ningún error. La razón por la cual una persona buena sufre en esta vida es porque las semillas malas que plantó en el pasado están madurando ahora. Por lo tanto tiene que sufrir. Aunque pudo haber hecho muy buenas acciones en esta vida, la fuerza de las semillas de estas buenas acciones son muy débiles para madurar en esta vida. Puede tener que esperar hasta la próxima vida o hasta las vidas futuras para gozar del fruto de estas buenas acciones. Por otro lado, una mala persona puede haber cometido muchas malas acciones en esta vida y aun así disfrutar de buena vida. Esto es porque las semillas que ha plantado en una vida previa o en vidas anteriores están madurando ahora. Así que disfruta de esos buenos frutos ahora. Las semillas malas que ha plantado en esta vida madurarán en vidas futuras.
 
Por lo tanto podemos concluir que la Ley de Causa y Efecto tiene dos puntos esenciales. El primero es, que la causa y el efecto son indestructible. Si usted crea causas, crea semillas, sean del bien o del mal se almacenarán en el alayavijñana y se manifestarán cuando se den las condiciones propicias. En segundo lugar, el bien y el mal no se cancelan de manera mutua. Las semillas malas que ya han sido plantadas darán sus frutos. Lo único que podemos hacer es realizar más buenas acciones, para acumular mayor cantidad de condiciones buenas. Entonces los frutos malos, de cualidad grave se morigerarán - moderarán. O, si se acumulan muchas buenas acciones, los frutos buenos madurarán pronto, debilitando las malas condiciones. Podemos comparar a las malas semillas con un vaso de agua salada. Si se le agrega la suficiente agua potable – que representa a las buenas semillas – se diluirá el agua salada, haciéndola menos saladas. Como consecuencia, es muy importante hacer buenas acciones y acumular buenas condiciones.
 
Algunas personas tienen expectativas incorrectas sobre la Ley de la Causa y efecto. Por ejemplo, algunos budistas dicen: “He practicado el vegetarianismo toda mi vida, ¿qué obtuve como resultado? ¡Estoy quebrado!”. Otros declaran: “He sido Budista mucho tiempo, recito el nombre del Buda y realizo las inclinaciones ante Buda, y aun así mi vida no ha mejorado.” Y hay quienes incluso dicen: “Practico el vegetarianismo y recito el nombre de Buda pero mis hijos no son filiales y son inútiles para la sociedad.” Estas personas no entienden para nada la ley de causa y efecto. No saben que la moral es gobernada por una clase de causa y efecto, la condición financiera por otra, mientras que la salud física es gobernada por el tipo de causa y efecto a la concierne la salud física. Si quiere tener buena salud, debe prestar atención a lo que ingiere, realizar el suficiente ejercicio y mantener hábitos higiénicos. Si no pone atención en ello y piensa que solo recitando el nombre del Buda Amitaba su cuerpo será sano, tiene una comprensión distorsionada de lo que es causa y efecto. Si quiere hacer dinero, debe trabajar duro. No puede esperar que con practicar el vegetarianismo se hará rico. Ésta es otra distorsión. Si espera que sus hijos sean útiles y filiales, pero no les enseña ni los educa, he aquí otra ilusión distorsionada.
 
Causa y efecto no tienen error ninguno. Creo que de usar una moderna computadora para sumar los hechos buenos y malos cometidos por una persona, no será tan certera como la ley de causa y efecto.
 
El efecto kármico que se manifiesta en el momento de la muerte puede ser dividido en karma pesado, karma habitual y karma nostálgico. Karma pesado significa que si la persona ha realizado karma bueno como karma malo, el más pesado se manifestará primero. El karma habitual se manifestará de acuerdo con los hábitos cotidianos. La Escuela de la Tierra Pura enseña a recitar el nombre del Buda Amitaba, de modo que se vuelve un habito y en el momento de morir el practicante de la Tierra Pura recitará el nombre del Buda Amitaba y renacerá en la Tierra Pura. El karma nostálgico significa que el karma se manifiesta según los recuerdos. Por ejemplo, cuando una persona se halla en la calle y llega a una encrucijada, puede estar perdida en cuanto a qué dirección seguir. De repente, recuerda que tiene un amigo por la calle que va hacia el oeste, así que toma esa dirección. De manera similar, cuando tal persona muere puede ser guiada por su karma nostálgico.
 
Una persona que ha vuelto a nacer como persona, está determinada por su karma individual. Pero es su karma propulsor él que determina su nacimiento como ser humano. Existe una poderosa fuerza común que atrae a los seres para que renazcan como seres humanos en vez de renacer como perros o caballos. Aunque seres humanos, tenemos diferencias individuales tales como bueno o malo, rico o pobre. Esto se debe al karma del pasado, conformado por el individuo durante su vida pasada. Quienes hayan dado en sus vidas anteriores serán ricos, mientras los que han matado a otros tendrán una corta vida como resultado. A esto se lo denomina karma de diferenciación.
 
Otra categoría de karma es el karma colectivo o común y el karma individual o distintivo. El karma realizado por una persona sola causará una cierta fuerza, el karma concretado por cientos y miles de personas dará lugar a una fuerza todavía mayor, mientras que el karma realizado por millones y billones de personas, dará lugar a una fuerza aún mayor. Esta fuerza es denominada karma colectivo. Dicho de otro modo, la conducta común de muchos seres produce una fuerza muy poderosa que determina el curso de la vida, de la historia y del universo. El karma individual difiere del karma común en que sólo afecta al individuo. Por ejemplo, los desastres naturales como el hambre y los terremotos pueden sufrirlos todos los que vivan en la zona de desastre. Se manifiestan por el karma común producido por los que viven en tal zona. La experiencia personal de la felicidad o el infortunio se debe al karma distintivo, producido por cada individuo.
 
Aunque el karma tiene muchas categorías y nombres diferentes, las acciones hechas por el cuerpo, la palabra y la mente de una persona se denominan todas, karma. De esta manera, el comportamiento de una persona puede determinar su vida. Uno es responsable de todos los efectos kármicos y malos producidos por sus propias acciones. No son otorgados por deidades o por Dios. Ni existe un rey Yama que imponga castigos. De esta doctrina podemos derivar varios principios:
 
a. El karma se crea a sí mismo, no es creado por Dios
 
Todo lo bueno o malo es creado por nosotros, no lo estipula o lo otorga Dios.
 
b. El karma tiene igualdad de oportunidades; no hay favoritismo
 
Bajo la ley de causa y efecto, todo ser disfruta de la igualdad de la cosecha de su propio fruto del karma. Nadie recibe trato especial. El bien engendra el bien y el mal engendra el mal. Alguno podría decir que ante las leyes de nuestro país todos también gozamos de igualdad.
 
Empero, todavía existen algunas personas que gozan de privilegios especiales bajo el sistema legal.
 
Mas la ley de causa y efecto es ecuánime de manera absoluta: nadie puede gozar de algún privilegio especial.
 
Un ministro japonés luego de ser sentenciado, dejó escrito cinco ideogramas: Error, razón, ley, poder, cielo. Esto significaba que lo “erróneo” no puede vencer a la “razón”; la “razón” no puede vencer a la “ley”; la “ley” no puede vencer al “poder”; el “poder” no puede vencer al “cielo[1]. Si visitamos las prisiones y realizamos un control estadístico, constataremos que no todos los prisioneros han cometidos crímenes graves. Algunos de ellos pueden incluso haber tenido muy buenas razones para justificar el crimen cometido. Sin embargo, no importa cuan razonables seamos, nuestras razones pueden incluso estar en contra de la ley. La ley puede ser justa y limpia, pero hay algunos privilegiados que tienen poder para manipularla. Mas no importa cuanto poder poseamos, jamás podremos escapar o manipular la ley de causa y efecto.
 
c. El karma nos da esperanza y un futuro brillante
El karma nos dice que incluso si hemos realizado muchas buenas acciones, no necesitamos tener una elevada opinión de nosotros, porque los meritos acumulados por estas buenas acciones son como una cuenta bancaria. No importa cuánto tengamos, si seguimos retirando, se acabará algún día. Una persona muy endeudada puede sentir que la vida no tiene esperanzas. Pero si trabaja duro llegará un día en que cancele todas las deudas. Una persona que ha quebrantado la ley, debe cumplir su sentencia en la cárcel. Cuando finalice su sentencia, será libre para recomenzar. Así es el karma. Le da esperanzas a la gente. El futuro de uno está en sus propias manos. Uno es libre de decidir qué camino tomar.
 
d. El bien engendra el bien, el mal engendra el mal
Pueden pensar que esto suena fatalista. Es cierto que el karma decide nuestro destino y futuro. Sin embargo, somos nosotros los que creamos nuestro karma. El efecto kármico que experimentamos depende del karma que hemos causado. Algunos se podrán preguntar: “El Iluminado, el Buda Shakyamuni, ¿también tenía karma negativo?” La respuesta es sí. Una persona puede haber creado incontables karmas buenos y malos en sus vidas pasadas. Sin embargo, si no dejan que se manifiesten, es como si no existieran. Es como plantar semillas en el suelo. Si no se les brinda las condiciones necesarias para crecer, no lo harán. Empero si se les brinda las condiciones necesarias crecerán saludables aunque estén mezcladas con cizaña. Es decir, que no debemos preocuparnos demasiado por los karmas malos que hayamos creado en el pasado. Si seguimos plantando buenas semillas en esta vida, las malas semillas de nuestro karma anterior no tendrán ocasión de germinar. En consecuencia, sabiendo como funciona el karma, deberíamos lograr un control apropiado de nuestro futuro.
 
 
Terminado de digitar el 30 de marzo de 2004
Rev. Hortensia De la Torre [Yin Zhi Shakya, OHY]

[1] Aquí el cielo es sinónimo de Nirvana.
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