- EL
ESPECTRO DE LA CONCIENCIA: UN MODELO QUE INCLUYE LA ESPIRITUALIDAD
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- Ken Wilber
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- Enviado por nuestro amigo y compañero
Alberto B. Tenaglia desde Argentina.
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- Hasta
la aparición de su primera obra (El Espectro de la Conciencia) no existía
un modelo psicológico que, no solo se apoyara en los conocimientos
aportados por la comunidad científica occidental, así como, en los
obtenidos a partir de las grandes tradiciones espirituales, sino que, además,
encarara de una forma convincente y prometedora las difíciles
contradicciones que parecían surgir en el intento.
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- La
espiritualidad, aunque no es una disciplina exclusivamente oriental, ha sido
siempre el motivo central de los estudios orientales acerca de la
conciencia, constituyendo también su propia fuente inspiradora. De hecho,
Ken Wilber, en este libro, usa como referente básico de la espiritualidad
los enfoques orientales del estudio de la conciencia, pero sin limitarse,
por ello, únicamente a los mismos. Sin embargo, salvo muchas e importantes
excepciones, el consenso general de la comunidad científica occidental ha
calificado a la mente oriental, y al misticismo en general y sus
manifestaciones - de regresiva, primitiva, o en el mejor de los casos, débil.
Según psicoanalistas como Franz Alexander:
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- Similitudes
entre las regresiones esquizofrénicas y la práctica del Yoga y el Zen,
indican la tendencia general de las culturas orientales a retraerse hacia el
interior de uno mismo, ante una realidad social y física abrumadoramente
difícil.
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- La
dificultad se agrava todavía más cuando, a su vez, el filósofo oriental
acusa al materialismo científico occidental de ser la forma más basta de
ilusión, ignorancia y carencia espiritual, llegando incluso a ridiculizar
el intento de establecer un ego sano por parte de la psicología occidental,
teniendo en cuenta que cualquier forma de ego es causa de sufrimiento desde
el punto de vista oriental. Pero como señala Wilber:
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- Aunque
desde su nivel de conciencia tengan razón, incluso desde el punto de vista
hindú, la vida es un ciclo de involución y evolución del yo absoluto, y
se reconoce que, la mayoría de nosotros viviremos como un jivatman, o ego
aislado (aunque ilusorio), enfrentado a un universo desconocido. Es
precisamente en dichos casos en los que las psicoterapias occidentales
pueden ofrecer una liberación por lo menos parcial del sufrimiento que
supone el hecho de vivir como jivatman y no hay razón para no utilizarlas
en dichos casos.
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- Posteriormente,
agrega que:
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- La
inmensa mayoría de la gente, especialmente en la sociedad occidental, no
está preparada, dispuesta o capacitada para seguir una experiencia mística,
ni es conveniente empujarla a dicha aventura.
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- La
Tesis que Wilber expone en su primer trabajo consiste en considerar a la
conciencia, en un sentido estrictamente metafórico, como un espectro
formado por distintos niveles, al igual que la radiación electromagnética
constituye una gama de ondas de distinta longitud, frecuencia y energía,
tal como puede comprobarse, por ejemplo, al observar el arco iris. Así, en
el caso de que distintos abordajes de la conciencia utilicen diferentes hipótesis
de trabajo, instrumentos, y medios, es muy probable que acaben conectando
con distintos niveles del espectro, como ocurriría, sí diversos
investigadores de la radiación usaran distintos técnicas experimentales en
sus estudios respectivos, llegando a resultados diferentes. Actualmente,
esto último no representaría ningún problema para los científicos, ya
que serían conscientes de estar tratando con el mismo fenómeno físico,
pero desde ángulos diferentes.
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- Concretamente,
en lo que concierne a la espiritualidad, este modelo permite aprovechar su
profundo valor psicológico en armonía con los conocimientos aportados por
los enfoques considerados como ortodoxos.
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- De
forma genérica, Ken Wilber concluye que, si bien los enfoques orientales
intentan trascender el sueño del yo, los occidentales tratan de repararlo
para evitar que el sueño se convierta en una pesadilla. Añade que, éstos
últimos pueden ser utilizados como preparación preliminar y ayuda
complementaria, ya que todo método encaminado a producir relajación y
reducción de tensión favorece la experiencia mística, citando ejemplos
como el de Suzuki en el San Francisco Zen Center, donde se patrocinaban
seminarios de conciencia sensorial.
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- El
conocimiento espiritual
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- En
principio, parece natural advertir que en todo proceso de conocimiento es
imprescindible la presencia de un sujeto conocedor frente a un objeto que
represente lo conocido. Esto, a su vez, implica que el sujeto permanece
ajeno a lo conocido, ya que, en tanto que observador, no puede formar parte
de lo que va a ser observado. Además, en el caso de que quisiéramos
conocer al observador, no habría más remedio que convertirlo, dentro de lo
posible, en un objeto de conocimiento, para lo cual, se requiere, entre
otras cosas, un segundo sujeto capaz de poder observarlo. (Para ver como
sucede esto último, ir a la parte dedicada a la forma del desarrollo de la
sección de psicología).
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- Por
lo que se ve, estamos atrapados en un círculo vicioso sin solución, ya
que, esencialmente, nos encontramos otra vez en la misma situación y ante
el mismo problema; a saber, un nuevo observador separado de aquello que
observa. Esto, es lo que se conoce como el dualismo sujeto-objeto, o en términos
más técnicos, el dualismo epistemológico, del que básicamente se
desprenden el resto de dualismos, algunos de los cuales, son analizados por
Wilber en el capítulo titulado Dos modos de saber, en donde dice:
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- No
obstante, es curioso que este tipo de conocimiento dualista según el cual
el universo se divide en sujeto y objeto (así como verdad y mentira, bueno
y malo, etcétera) constituya la base fundamental de la filosofía, la
teología y la ciencia en occidente.
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- Sin
embargo, Ken Wilber, también nos recuerda que ha existido un consenso filosófico
de alcance universal denominado Filosofía Perenne afirmando que es posible
experimentar una forma de conocimiento que está libre de dualismos, un modo
de saber no dual, el cual constituye el auténtico conocimiento espiritual.
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- El
ejercicio capital del Testigo
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- He
hablado de la conciencia testigo que persiste a través de la vigilia, el
sueño y el sueño profundo. Pero el Testigo está completamente presente en
cualquier estado de conciencia, incluyendo el estado de conciencia en el que
ustedes se hallan en este mismo instante. De modo que trataré -eso es, al
menos, lo que pretendo- de inducirles ese estado recurriendo a lo que se
conoce con el nombre de instrucciones para señalar. Pero no aspiro a que
entren en un estado diferente de conciencia, en un estado alterado de
conciencia, en un estado no ordinario, sino que, por el contrario, voy a señalar
algo que ya está sucediendo, de manera ordinaria y natural, en el estado en
el que se encuentran ahora mismo.
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- Comenzaremos
cobrando simplemente conciencia del mundo que nos rodea. Contemplen el
cielo, relajen su mente y permitan que se funda con el cielo. Observen las
nubes que flotan el cielo y dense cuenta que eso no les exige el menor
esfuerzo. Su conciencia presente, la conciencia en que esas nubes están
flotando, es muy simple, muy sencilla, muy fácil y muy espontánea.
Adviertan simplemente que existe una conciencia sin esfuerzo de las nubes. Y
lo mismo podríamos decir con respecto a esos árboles, esos pájaros y
aquellas piedras. Ustedes pueden observarlo sencillamente sin realizar
esfuerzo alguno.
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- Contemplen
ahora las sensaciones que aparecen en su propio cuerpo. Ustedes pueden ser
conscientes de cualquier sensación corporal que se presente, tal vez la
sensación de presión en la zona en que están sentados, quizás un leve
calor en la zona del estómago o una tensión en la nuca. Pero aún cuando
la sensación sea de tensión, ustedes pueden ser fácilmente conscientes de
ella. Estas sensaciones aparecen en su conciencia presente y esa conciencia
es muy sencilla, muy fácil, muy espontánea, y no requiere esfuerzo alguno.
Ustedes simplemente observan sin realizar esfuerzo.
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- Observen
ahora los pensamientos que aparecen en su mente. Tal vez puedan darse cuenta
de la aparición espontánea en su conciencia de imágenes, símbolos,
conceptos, deseos, esperanzas, y miedos. Son pensamientos que emergen,
permanecen durante un rato y terminan desapareciendo. Los pensamientos y
sentimientos aparecen en su conciencia presente de un modo muy simple, muy fácil
y muy espontáneo. Y ustedes se dedican simplemente a observarlos sin
realizar esfuerzo alguno.
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- Dense
ahora cuenta de que, si pueden ver el discurrir de las nubes, es porque
ustedes no son esas nubes sino el testigo que las contempla. Dense cuenta de
que, si pueden experimentar las sensaciones corporales, es porque ustedes no
son esas sensaciones sino el testigo que las contempla. Dense también
cuenta de que si pueden ver el discurrir de los pensamientos, es porque
ustedes no son esos pensamientos sino el testigo que los contempla. De
manera espontánea y natural, todas esas cosas emergen en su conciencia
presente sin que tengan que hacer el menor esfuerzo.
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- ¿Quiénes
son, pues, ustedes? Ustedes no son ninguno de los objetos que se hallan
fuera, ninguna de las sensaciones, ninguno del os pensamientos; ustedes no
son ninguna de esas cosas, sino la consciencia sin esfuerzo que las
contempla. ¿Quiénes o qué son ustedes?
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- Ahora
pregúntense a sí mismos: Yo tengo sentimientos, pero no soy esos
sentimientos. ¿Quién soy yo? Yo tengo pensamientos, pero no soy esos
pensamientos. ¿Quién soy yo? Yo tengo deseos, pero no soy esos deseos. ¿Quién
soy yo?
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- Ahora
den un paso atrás hacia la fuente de su conciencia, den un paso hacia el
Testigo y descansen en Él. Y repítanse: Yo no soy objetos, ni sensaciones,
ni deseos, ni pensamientos.
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- Y
aquí es donde la gente suele cometer un gran error, porque creen que,
cuando descansen en el Testigo, van a ver o sentir algo muy especial. Pero
el asunto es que, en tal caso, uno no ve nada raro porque, si viera algo,
eso no sería más que otro objeto, otra sensación, otro sentimiento, otro
pensamiento u otra imagen. Pero todos ésos son objetos, todos ellos son lo
que usted no es.
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- No,
cuando uno descansa en el Testigo y comprende que no es los objetos, los
sentimientos ni los pensamientos- lo único que percibe es una sensación de
Libertad, una sensación de Liberación de la identificación con los pequeños
objetos finitos, con su pequeño cuerpo, con su pequeña mente y su pequeño
ego, todos los cuales son objetos que pueden verse y, en consecuencia, no
pueden ser el verdadero Vidente, el verdadero Yo, el verdadero Testigo, que
es lo que ustedes realmente son.
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- De
modo que, en tal caso, ustedes no verán nada en particular. Todo lo que
aparezca estará bien. Las nubes flotan en el cielo, las sensaciones se
mueven en el cuerpo, los pensamientos discurren por la mente y uno puede
contemplar todo eso sin necesidad de hacer el menor de los esfuerzos.
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- Todo
eso aparece espontáneamente en su consciencia presente sin realizar
esfuerzo alguno. Y esa consciencia testigo no es nada concreto que pueda ver
sino una inmensa sensación de Libertad la Vacuidad pura- en la que emerge
el mundo manifiesto. Usted es esa Libertad, esa Apertura, esa Vacuidad y no
cualquier cosa que emerja en ella.
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- Descansando
en ese Testigo vacío y libre, adviertan ahora que las nubes están
apareciendo en el inmenso espacio de su consciencia. Las nubes emergen
dentro de ustedes, ustedes pueden degustar las nubes, ustedes son uno con
las nubes, que se hallan tan próximas que es como si estuvieran desde este
lado de su piel. El cielo y su conciencia son uno y todas las cosas que hay
en el cielo están flotando en el interior de su conciencia. Y todo eso se
halla tan próximo que pueden besar el sol y tragarse las montañas. Según
el Zen, cuando dentro y fuera dejan de ser dos, cuando sujeto y objeto son
no dos, cuando el observador y lo observado se tornan Un Solo Sabor, uno
puede beberse el océano Pacífico de un solo trago; y ésa es la cosa más
fácil del mundo. ¿Se dan cuenta de ello?
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- Recomendaciones
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- En
el camino de conduce a Un Solo Sabor, las personas suelen incurrir en dos
tipos de errores. El primero de ellos se refiere a lo que ocurre cuando uno
establece contacto con el Testigo, mientras que el segundo afecta al paso
que conduce desde el Testigo a Un Solo Sabor.
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- Veamos.
Existe la creencia de que en el momento en que uno establece contacto con el
Testigo (con el Yo-Yo) verá algo muy especial. Pero lo cierto es que, en
ese momento, uno no ve nada sino que simplemente contempla todo lo que
aparece, porque uno no es algo que pueda verse sino el Vidente puro y vacío.
Las luces, la beatitud y las visiones súbitas no son más que objetos y, en
consecuencia, no tienen nada que ver con el Testigo, y aunque, finalmente,
en Un Solo Sabor uno se convierta en todo lo que ve, no se puede empezar
tratando de hacer eso tratando de ver la Verdad- por que ese mismo intento
obstaculizaría su emergencia. Es por ello que tenemos que partir de ( yo no
soy esto, yo no soy eso).
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- De
modo que el primer error impide la presencia del Testigo tratando de
convertirlo en un objeto que pueda ser apresado, cuando lo cierto es que es
el Vidente de todo cuanto aparece y sólo puede ser experimentado en tanto
que sustrato de Libertad y Liberación de todos los objetos.
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- Descansando
en esa Libertad y Vacuidad en la contemplación ecuánime de todo lo que
emerge se dará cuenta de que el yo separado (o ego) aparece en su
conciencia como cualquier otra cosa. Y eso es algo que usted puede sentir
del mismo que puede sentir sus piernas, una mesa, una piedra o sus propios
pies.
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- La
contracción sobre uno mismo se experimenta como una tensión interior que,
a menudo, se halla localizada detrás de los ojos y se ancla en forma de una
leve tensión muscular en todo el cuerpo mente. Es una sensación de
contracción frente al mundo, una ligera tensión que afecta a la totalidad
del cuerpo-mente. Es una sensación de contracción frente al mundo, una
ligera tensión que afecta a la totalidad del cuerpo. Advierta, simplemente,
esa tensión.
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- Cuando
uno descansa en el Testigo vació y se percata de esa contracción sobre uno
mismo supone erróneamente que, para pasar finalmente desde el Testigo hasta
Un Solo Sabor, tiene que desembarazarse de ella (liberarse del ego). Y ése
es el segundo error, un error que no hace más que fortalecer la tensión.
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- Nosotros
creemos que la contracción sobre uno mismo oculta o eclipsa el Espíritu
cuando, de hecho como ocurre con cualquier Forma del universo- no es más
que otra de sus resplandecientes manifestaciones. Todas las Formas incluida
la forma del ego- no son más que Vacuidad. Es más, el único que quiere
desembarazarse del ego es el propio ego. El Espíritu ama todo lo que emerge
tal cual es. El testigo ama el ego, porque el Testigo es la mente espejo ecuánime
que refleja y abraza con la misma aceptación todo cuanto aparece.
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- Pero
el ego decide jugar al juego de desembarazarse de sí mismo porque, mientras
tanto, seguirá existiendo (¿quién, sino, está jugando?). Como dijera
Chung Tzu hace ya mucho tiempo: ¿No es acaso el deseo de librarse del ego
una manifestación del ego?.
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- El
ego no es más que una tensión sutil y usted no puede recurrir a la tensión
para librarse de la tensión porque, en tal caso, terminaría con dos
tensiones en lugar de una. El ego es una manifestación perfecta de lo
Divino y funciona mejor descansando en Libertad que tratando de
desembarazarse de él, lo cual, dicho sea de paso, no hace sino aumentar su
contracción.
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- ¿Cuál
es, entonces, la práctica adecuada? Cuando usted descanse en el Testigo,
cuando usted descanse en el Yo-Yo, cuando usted descanse en la Vacuidad,
preste atención simplemente la contracción sobre sí mismo. Descanse en el
Testigo y advierta esa contracción porque, para sentir esa contracción,
para contemplarla, deberá haberse desidentificado y, en consecuencia,
liberado de ella. Entonces, usted estará mirando desde la posición del
Testigo que siempre se halla libre de todos los objetos.
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- De
modo que descanse en el Testigo y percátese de la contracción sobre sí
mismo, exactamente del mismo modo en que puede sentir la silla en la que se
sienta, la tierra o las nubes que flotan en el cielo. Los pensamientos
flotan en la mente, las sensaciones flotan en el cuerpo, la contracción
sobre sí mismo sobrevuela en su consciencia y usted contempla todo eso de
un modo espontáneo y ecuánime.
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- En
ese estado simple, cómodo y sin esfuerzo, no está tratando de
desembarazarse de la contracción sino sencillamente sintiéndola, y
mientras esté descansando en el Testigo o Vacuidad que es, Un Solo Sabor
podrá resplandecer con más facilidad. No hay nada que uno pueda hacer para
provocar (o causar) Un Solo Sabor, por que, Un Solo Sabor no es el resultado
de acciones temporales, siempre está completando presente y uno nunca se ha
alejado de él.
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- Lo
máximo que uno puede hacer por vía del esfuerzo temporal, es evitar estos
dos grandes errores. No trate, pues, de ver al Testigo como un objeto, sino
que descanse simplemente en Él en tanto que Vidente, ni trate tampoco de
desembarazarse del ego sino que dedíquese, simplemente, a percibirlo. De
ese modo, se colocará al borde del abismo de su Rostro Original.
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- Descanse
en el Testigo y dése cuenta de la contracción sobre usted mismo: ése es
precisamente el ámbito en que Un Solo Sabor puede resplandecer con más
intensidad. Pero no lo haga para conseguir esto o aquello, sino de un modo
espontáneo durante todo el día y toda la noche, permaneciendo de pie al
borde de su más sorprendente reconocimiento.
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- Estos
serían los pasos a dar:
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- Descanse
en el Testigo y experimente la contracción en sí mismo, y cuando lo haga,
dése cuenta de que el Testigo no es la contracción, sino que es consciente
de ella. El Testigo está libre de la contracción... y usted es el Testigo.
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- En
tanto que Testigo, usted se halla libre de la contracción en sí mismo.
Descanse en esa Libertad, Apertura, Vacuidad y Liberación. Experimente esa
contracción y déjela ser, del mismo modo que permite la existencia de
cualquier otro tipo de sensación. No trate de librarse de las nubes, los árboles
o el ego sino permítales ser mientras permanece relajado en el espacio
abierto de Libertad que usted es.
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- En
ese espacio de Libertad y de un modo espontáneo - uno puede advertir que la
sensación de Libertad carece de interior y de exterior, de centro y
periferia. Los pensamientos flotan en esta Libertad, el cielo flota en esta
Libertad, el mundo emana de esta Libertad y usted es Eso. El cielo es su
cabeza, el aire su respiración, la tierra su piel, y todo ello de un modo
inmediato e íntimo. Cuando uno descansa en esta Libertad, que es Plenitud
infinita, se convierte en la totalidad del Mundo.
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- Éste
es el mundo de Un Solo Sabor, un mundo que no tiene ni dentro ni fuera,
sujeto y objeto, aquí ni fuera de aquí; un mundo que carece de origen y de
final, de objetivos y de medios, de camino y de meta. Ésta, como dijo
Ramana Maharshi, es la verdad última.
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-
- Otro artículo del autor, Ken Wilber: 'Los
Bodhisattvas Van a Tener que ser Políticos'
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