Estimados Amigos de ACHARIA:
 
Un visitante anónimo de nuestra Página ACHARIA nos ha enviado este pensamiento. Meditemos en él y cuando las circunstancias de la vida, tu Karma, te coloquen en esta situación, no la eludas. Enfréntala con dignidad, honestidad, paciencia, comprensión y amor. De esa forma, todos, tú y la otra parte caminarán con la cabeza en alto hacia el Divino. No creas que tu parte es la peor. No hay peor ni mejor, son funciones y deberes que tenemos que cumplir porque así lo creamos.
 
¡Ama!,  ¡Ama!,  ¡Ama! ¡Ese es el más bello de los caminos hacia Dios!
 
 
TEN PACIENCIA Y COMPRÉNDEME
A NUESTROS PADRES Y ABUELOS
 
Sobre la Compasión y la Paciencia
 
 
Desconozco el Autor
 
 
El día que esté viejo y ya no sea él mismo, ten paciencia y compréndeme.
 
Cuando derrame comida sobre mi camisa y olvide como atarme mis zapatos, recuerda las horas que pasé enseñándote a hacer las mismas cosas.
 
Si cuando conversas conmigo, repito y repito las mismas palabras que sabes de sobra como terminan, no me interrumpas y escúchame. Cuando eras pequeño(a) para que te durmieras, tuve que contarte miles de veces el mismo cuento hasta que cerrabas los ojitos.
 
Cuando estemos reunidos y sin querer haga mis necesidades, no te avergüences y compréndeme que no tengo la culpa de ello, pues ya no puedo controlarlas.
 
Piensa cuantas veces cuando niño(a)te ayude y estuve paciente a tu lado esperando a que terminaras lo que estabas haciendo.
 
No me reproches porque no quiera bañarme; no me regañes por ello.
 
Recuerda los momentos que te perseguí y los mil pretextos que te inventaba para hacerte más agradable tu aseo. Acéptame y perdóname. Ya que soy el niño ahora.
Cuando me veas inútil e ignorante frente a todas las cosas tecnológicas que ya no podré entender, te suplico que me des todo el tiempo que sea necesario para no lastimarme con tu sonrisa burlona.
 
Acuérdate que yo fui quien te enseñó tantas cosas. Comer, vestirte y tu educación para enfrentar la vida tan bien como lo haces, son producto de mi esfuerzo y perseverancia por ti.
 
Cuando en algún tiempo mientras conversamos me llegue a olvidar de que estamos hablando, dame todo el tiempo que sea necesario hasta que yo recuerde, y si no puedo hacerlo no te burles de mí; tal vez no era importante lo que hablaba y me conforme con que me escuches en ese momento.
 
Si alguna vez ya no quiero comer, no me insistas. Sé cuanto puedo y cuanto no debo. También comprende que con el tiempo ya no tengo dientes para masticar ni gusto para sentir.
 
Cuando me fallen mis piernas por estar cansadas para andar, dame tu mano tierna para apoyarme como lo hice yo cuando comenzaste a caminar con tus débiles piernas.
Por ultimo, cuando algún día me oigas decir que ya no quiero vivir, recuérdame del amor de Dios y que si aún sobrevivo es por su grande amor y porque se tienen que cumplir los planes de Dios en mí.
 
Siempre quise lo mejor para ti y he contribuido a que camines en los caminos que Dios ha preparado para ti. Piensa entonces que con el paso que me adelanto a dar estaré esperándote para que juntos estemos en la presencia de Dios.
 
No te sientas triste o impotente por verme como me ves. Dame tu corazón, compréndeme y apóyame como lo hice cuando empezaste a vivir. De la misma manera como te he acompañado en tu sendero te ruego me acompañes a terminar el mío. Dame amor y paciencia, que te devolveré gratitud y sonrisas con el inmenso amor que tengo por ti.
 
Deseándoles la Paz Divina,
 
Rev. Hortensia De la Torre [Yin Zhi Shakya]
 
 
 
Nota: Muchas gracias a la persona que tan gentilmente nos envió este pequeño ensayo.
 
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