Comentario Editorial #12
 
Jueves 6 de julio del 2000
 
 
 
El Nacer es una Misión Divina
 
 
No tengo la menor duda de que el nacer, en cualquier forma, es una misión. Es la misión de participar en la evolución, individualmente y como unidad. Participar en la evolución de los seres, desde el más microscópico, hasta él que conscientemente se ha unido a Dios, en la evolución del planeta y por ultimo en la evolución del universo.
 
Yo diría que la evolución es la actividad del Divino, el juego de la divinidad, y nosotros, como 'LA DIVINIDAD MISMA', somos los que a través de nuestra vida, de nuestros tres cuerpos, físico, mental y causal, contribuimos, conscientes o inconscientes a ella.
 
Cuando te haces consciente de esto, y comprendes tu responsabilidad, comienzas a participar a un nivel consciente, en esta evolución. De ahí en adelante la responsabilidad está puesta sobre tus hombros. Ya sabes, ahora tienes que actuar. Actuar con tolerancia, sin egoísmo, sin apego y con una fe absoluta de que es El Divino él que realmente está actuando, y tú eres su instrumento. Primero para crecer individualmente, después para ayudar a los que no comprenden todavía eso como tú y por último para hacer descender el Divino a esta entidad material, la meta última.
 
Somos entidades divinas en todo respecto. Y tenemos que crecer hasta llegar a manifestarlo en todos los aspectos, físico, mental y causal.
 
Día a día, cuando te levantes en la mañana, pregúntale al Señor, "¿Qué quieres que haga hoy?" "¿Cómo puedo ayudarte?" Ayudando a todos, te ayudas a ti mismo. Ese es el significado de la frase "AMA A TODOS, SIRVE A TODOS".
 
Deseándoles la Paz Divina,
 
 
Hortensia De la Torre
6 de julio del 2000
 
 

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