Lo Relativo y lo Absoluto
Relatos de la Vida Diaria
Rev. Yin Zhi Shakya
Por la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
Sábado, 02 de abril de 2005
 
Relato #47
Kuan Yin
Receta Culinaria
Miércoles 23 de marzo de 2005
Miércoles de Semana Santa

 

Hoy por la mañana, cuando estaba frente a la computadora respondiendo todas las cartitas que los lectores de Acharia nos escriben, mi esposo interrumpió en mi oficina con una gran carcajada. Le pregunté de qué se reía y me extendió el periódico, del miércoles 23 de marzo, para que por mi misma leyera el absurdo de la vida.

Se trataba de un artículo sobre recetas de cocina recomendando el “pulpo” y comparándolo ventajosamente con el resto de los mariscos; ya que tiene, según decía el autor, un contenido en colesterol mucho más bajo y aporta una buena cantidad de calcio y vitaminas. Y... “como estamos en Semana Santa” a los cristianos les es prohibido comer carne de cualquier animal con la excepción del pescado o mariscos (animales marinos).

El artículo, después de describir las características del pulpo (insaciable, dotados de crueles tendencias homicidas, el pulpo es el animal que más horroriza a los que antes que amantes de la buena mesa han sido lectores de Julio Verne) dice:

“En esto del pulpo como en tantas otras cosas de la culinaria, confieso sin falta de modestia, no soy un experto, sino “un devoto” (no sabía que se podía ser devoto de un pulpo). Y sigue diciendo, “pero sí puedo decir que este cefalópodo de carne tierna y sabrosa me parece una cota gastronómica mundial.

Mi paladar conserva el código sabroso de las pulpeiras, en Galicia, aquellas mujeres que recorrían las ferias con sus enormes calderos de cobre, sus alcuzas de aceite, listas para cocinar el mejor pulpo de la feira: cocido y cortado en rodajas, se le pone sal gorda, pimentón dulce y pizca de pimentón picante y aceite de oliva. Se sirve en platos de madera.

¡Suculento!”

Y así sucesivamente, hasta que llega la parte en que dice:“¿Cómo cocinarlo?...

Es muy simple pero hay que saber hacerlo.

Se pone agua a hervir y cuando se está en fuerte ebullición “asustamos” al pulpo, o sea, lo metemos 3 o 4 veces cogiéndolo por un extremo hasta que se encoge. [¡Pobre pulpo! ¿Es esto un susto o una matanza?] Conseguido esto, lo dejamos cocinando durante...”

Y hasta aquí, les copio lo que estaba en el artículo.

Bueno, esto es una receta para SEMANA SANTA. La semana donde se invita a todos los fieles cristianos al recogimiento interior, haciendo un alto en las labores cotidianas para contemplar detenidamente el misterio pascual, no con una actitud pasiva, sino con el corazón dispuesto a volver a Dios, con el ánimo de lograr un verdadero dolor de sus pecados y un sincero propósito de enmienda para corresponder a todas las gracias obtenidas por Jesucristo. Para los cristianos la semana santa no es el recuerdo de un hecho histórico cualquiera, es la contemplación del amor de Dios que permite el sacrificio de su Hijo, el dolor de ver a Jesús crucificado, la esperanza de ver a Cristo que vuelve a la vida y el júbilo de su Resurrección. 

Aún con la asistencia a las celebraciones, los cristianos pueden quedarse en lo anecdótico, sin nada que les motive a ser más congruentes con su fe. Esta unidad de vida requiere la imitación del maestro, buscar parecernos más a Él.

Este un tiempo que debe dedicarse a pensar y meditar en las ‘Ensenanzas de Jesús’, en los ‘Mandamientos’ y en las ‘Bienaventuranzas’ [Mateo 5: 1-12]. Digamos:

No matarás; serás gentil y amoroso con todos los seres vivientes, amarás a tu prójimo como a ti mismo; etc., etc., etc.

¿Adónde hemos llegado? ¿Es qué no tenemos sensibilidad hacia la Vida? Es obvio que para algunos la Semana Santa no significa nada y para otros significa “comer solamente pescado”. Mejor riamos como lo hizo mi esposo y cuando estemos riéndonos pensemos:

“... El que no ha escalado el Monte Tai, (Tai Shan), - aquel que aun no se ha iluminado - sólo puede decir “¡Qué majestuoso!”. Alguien que no ha visto el Río Amarillo, y aun describe cuán grande, cuán vasto es, no está hablando desde la experiencia. Si el punto de vista de uno con relación al Dharma está basado en la especulación, la comprensión de uno no será clara, y uno no está yendo hacia una posición para explicar el Dharma exitosamente a otros. Cuando el maestro está falto de comprensión del Dharma, es difícil para los estudiantes. Ellos deben estudiar muy duro para arreglar la guía incompleta; ellos podrían incluso volverse desanimados y abandonar, temiendo el fracaso, ¡y eso sería una lástima!...” [Tomado de: Prajña Paramita (El Sutra del Corazón) Traducido por el Maestro Tripitaka Hsuan Tsang de la Dinastía Tang. Comentario del Gran Maestro Tan Hsu. Traducción al español: Upasaka Kumgang].

 

Deseándoles la Paz Divina,
Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
Domingo, 03 de abril de 2005
 
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