Lo Relativo y lo Absoluto
Relatos de la Vida Diaria
 
Rev. Yin Zhi Shakya
 
Por la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY 
Corrector: Zhèng chún (Fernando Valencia)
 
Relato #31
 
 
'Ver' es el Propósito de la Vida
 
 
 
Guan YinHace poco me encontré con una vieja 'amiga cibernética' que vino a este país en busca de la ayuda de sus familiares ya que en el suyo se encontraba sola, con una hija y en mala situación económica. Cuando se enteró de que yo era sacerdote del Budismo Zen, comenzó a confesarme todas sus tristezas y frustraciones, creyendo que así yo la podía ayudar.
 
Me decía, "Mi mundo está convulsionado, por primera vez me siento y me encuentro sin horizonte. Hoy en día solo creo en el dolor y los desencantos de la vida, pero no puedo negar que también voy por la vida con la certeza de que 'Él' ha permitido todo esto, 'por algo' y 'para algo'...
 
Pregunté quién era ese Él a que ella hacía referencia y me respondió - ¡El Todopoderoso!
 
Callé y ella siguió hablando - Los momentos de renegar, reprochar y reclamar se han presentado, pero la respuesta de mi hija, su fe a pesar de todo, me ha dado valor. Sin embargo, la situación humana es más difícil, ¡porque he llegado aquí por error! Creí que mi familia sería nuestro soporte, pero el grupo familiar está por hoy tan golpeado y deshecho en sus estructuras que pasará mucho tiempo antes de que pueda recobrar su fortaleza. Quiero otra vez volver a mi patria, talvez nunca debí salir de allí, pero las cosas ya están hechas y todo lo que ha sucedido ya es asunto del pasado, ¿no es cierto?
 
Nunca imaginé cómo sería el peso de la soledad hasta hoy que la vivo visceralmente. Vivir solas - mi hijita y yo - en un apartamento ajeno, en esta selva inmensa de concreto, sin atisbos de familia alguna, solo me hace pensar en regresar... hizo una pausa y continuó... y aquí va mi consulta, mi pedido de auxilio, ¿qué hago? ¿Cómo abordo, cómo afronto los días que me esperan? Jamás imaginé que lo que ha pasado pudiera pasar. Entonces me contó el problema... (No viene al caso relatarlo, todos son iguales: la vida en el Sámsara).
 
La invité a tomar un café en un pequeño restaurante cercano a nuestro punto de encuentro, y ya sentadas y mucho más cómodas, le dije:
 
Comprendo y comparto tu sufrimiento, al fin y al cabo yo también vivo en el Sámsara, en la vida relativa, en la dualidad, donde sin importar cómo mires el problema, siempre será amargo y doloroso. Pero quizás entiendas lo que el Buda, el Honorable del Mundo, el Bendito, el Tathagata, dijo sobre todos los fenómenos samsáricos, es decir, sobre toda activad en esta vida relativa:
 

- En la existencia hay cinco grupos; ellos son la Corporalidad, los Sentimientos, la Percepción, la Formaciones (mentales), y la Consciencia.

Cualquier fenómeno corporal, ya sea nuestro o externo, denso o sutil, sublime o vil, o ya sea que esté cerca o lejos, pertenece al Grupo de la Corporalidad; cualquier sentimiento pertenece al grupo de los Sentimientos; cualquier percepción pertenece al Grupo de las Percepciones; cualquier formación mental pertenece al Grupo de las Formaciones; toda consciencia pertenece al Grupo de las Consciencia.

Nuestra llamada 'existencia individual' es en realidad nada más que el simple proceso de esos fenómenos corporales y mentales, que desde tiempos inmemoriales o prehistóricos sucedieron antes del aparente nacimiento, y los cuales también, después de la muerte continuarán por períodos inmemoriales de tiempo.

- Todas las formaciones son transitorias; todas las formaciones están sujetas al sufrimiento; todas las cosas carecen de entidad egótica. La corporalidad es transitoria, los sentimientos son transitorios, la consciencia es transitoria.

- Y eso que es transitorio, está sujeto al sufrimiento; y de eso que es transitorio, y está sujeto al sufrimiento y al cambio, uno no puede decir correctamente: "Esto me pertenece, esto soy 'yo', éste es mi ego."

- Por lo tanto, cualquier cosa que haya en la corporalidad - de sentimiento, percepción, formaciones mentales, o consciencia - ya sea la de uno o la externa, ya sea densa o sutil, sublime o vil, ya sea que esté cerca o lejos, uno debe comprender, de acuerdo a la realidad y a la sabiduría verdadera: "Que este hacedor no me pertenece; que no soy yo; y que este no es mi ego."

- Supongamos que un hombre, que no es ciego, estuviera mirando las burbujas de la espuma que corren sobre el río Ganges; y al mirarlas examinara cada uno de ellas. Después de cuidadosamente inspeccionarlas ellas le parecerían vacías, irreales e insustanciales. En esa misma forma, exactamente, el monje mira todos los fenómenos corporales, los sentimientos, las percepciones, las formaciones mentales y los estados de consciencia - ya sean que estén en el pasado, presente o futuro, lejos o cerca.

- Él las mira entonces con cuidado, y después de examinarlas escrupulosamente, ellas le parecen vacías, nulas y sin Ego.

- Quienes se deleitan en la corporeidad, o los sentimientos, o la percepción, o las formaciones mentales, o la consciencia, se están deleitando en el sufrimiento; y quienes se deleitan en el sufrimiento, no estarán libres de él. Por lo tanto digo:


¿Cómo pueden encontrar delicia y regocijo,
Donde hay destrucción sin final?
¡Están envueltos en la oscuridad profunda!
¿Por qué no buscan la luz?

¡Miren aquí esta marioneta, bien emperifollada,
Una multitud de sufrimientos acumulándose rápidamente,
Enferma, y llena de egoísmo,
Inestable e impermanente!

Este esqueleto devorado por la vejez,
Presa de la enfermedad, débil y frágil;
Este cuerpo pútrido que se rompe en pedazos,
Toda esta vida, verdaderamente debe terminar en muerte.

 
- La existencia, esa existencia que creemos vivir y que creemos que nos pertenece, es transitoria, temporal, pasajera, en fin impermanente. Y por lo tanto, todo lo que es impermanente, incluido ese creador que parece hacer, no me pertenece; no soy yo; y no es mi ego.
 
La Verdadera Existencia no es esa, La Verdadera Existencia es infinita y es la base y fundamento del Universo; es todo en Todo. Es la Mente, es el Buda, es el Dharma y es la Sangha.
 
No en vano, en su Iluminación y entendiendo esta situación, los Budas y Bodhisattvas enunciaron los Votos Universales que prometen liberar a todos los seres sintientes de su ofuscación y ceguera como sigue:
 

Los seres sintientes son innumerables,
Prometo ayudarlos a todos;
Las aflicciones son inagotables,
Prometo finalizarlas todas;
Las formas de practicar son ilimitadas,
Prometo dominarlas todas;
La iluminación es insuperable,
Prometo lograrla.

 
"Porque los seres humanos son dueños y herederos de sus acciones (karma)" - dijo el Buda, el Honorable del Mundo; "sus acciones son la matriz de la cual ellos emergen; con sus acciones ellos están atados; sus acciones son su refugio. Cualquiera de las acciones que hagan - buenas o malas - de tales, ellos serán sus herederos".
 
"Y cualquier cosa que los seres hagan emerger en la existencia, allí sus acciones madurarán; recogiendo así, el fruto, en el momento propicio."
 
- Hay un nivel, un dominio... donde no hay sólido, ni líquido, ni calor, ni acción, ni este mundo, ni otro mundo, ni el sol, ni la luna. A esto lo llamo: ni surgir, ni trascender, ni estar firme, ni nacer, ni morir. Ahí no hay sostén, ni desarrollo, ni ningún fundamento. Este es el final del sufrimiento. Hay algo No-Nacido, No-Originado, No-Creado. Si no hubiera esto No-Nacido, No-Originado, No-Creado y Sin-Forma, escaparse de este mundo de lo nacido, originado, creado y formado, no sería posible.
 
Pero dado que hay lo No-Nacido, No-Originado, No-Creado y No-Formado, por lo tanto, es posible el escape de lo nacido, lo originado, lo creado y lo formado.
 
- La extinción de la codicia, la extinción de la cólera, la extinción del engaño o ilusión: es definitivamente, el escape de lo nacido, lo originado, lo creado y lo formado - el Nirvana.
 
Ese 'Él', al que se refirió mi amiga, al principio de este ensayo, es la Verdad, la Mente, la Vida, el Amor, el Principio, el Buda Interno, el Dharma. Él no permite ni deja de permitir. Él es el Principio - el Dharma - el Todo, la Vida, la Mente, la Semejanza. Refugiémonos en 'Él', refugiémonos en la Verdad. Ahí no hay sufrimiento, ni penas, ni dualidad.
 
Abramos nuestros ojos, actuemos de acuerdo a esa Verdad; donde no hay codicia, ni cólera, ni engaño, ni nacimiento, ni muerte; ni forma, ni nada que pueda obstaculizar nuestra visualización y discernimiento. "Ver es el propósito de la vida", así que ¡VEAMOS!
 
Citando el Sutra Lankavatara diremos:
 
"La realidad externa aparece como tal, a la mente que ha sido distorsionada por los sedimentos psíquicos.
Aparte de la mente, ninguna realidad externa existe. Percibirla sería una distorsión absoluta."
 

Y ahora para terminar, queridos amigos, y para no confundirnos sobre los conceptos de que hemos hablado, déjenme contarles un pequeño relato que escuché en televisión, narrado por el Profesor Campbell en una de sus maravillosas charlas sobre el concepto de Dios. ¡Que lo disfruten!

Había una vez en la India un sadhak / discípulo que amaba mucho a su maestro. Un día cuando el discípulo-devoto se presentó como lo hacía asiduamente a su querido maestro, éste le dijo, “Hoy es el día que he escogido para que conozcas la Verdad, ya estás listo para realizarla”. Así que el discípulo escuchó atentamente y el maestro le dijo, “Tú eres Dios, ten presente que Dios es Uno y se manifiesta a través de todos nosotros. Medita todo el tiempo en eso”.

El discípulo quedó impresionado. Cuando salió de la presencia de su maestro, estaba listo para meditar y comprender la maravillosa declaración que él le había entregado. Así que se pasó meditando en eso, por días. Cuando creyó que ya tenía la Verdad internada y comprendida, fue a hablar con su maestro otra vez.

Salió a la calle muy contento y pensando, “Yo soy Dios, Yo soy Dios”, y de pronto se encontró en su camino con un gigantesco elefante que venia hacia él. El hombre que montaba el elefante le gritó diciendo, “¡Quítate del camino, quítate del camino!”. 

El discípulo se dijo, “Yo soy Dios, el elefante es Dios, así que Dios no puede hacerle ningún daño a Dios mismo, y siguió caminando. Cuando llegó directamente delante del elefante, este lo cogió con su trompa y lo lanzó por el aire dejándolo todo destruido. Cuando se pudo levantar, a duras penas se dirigió a su maestro y este sorprendido le preguntó, “¿Qué te ha pasado?” y él le respondió, “Maestro, usted me dijo, que yo era Dios, que todos éramos Dios, así que cuando hoy salí a la calle y me encontré frente a frente con un elefante inmenso, me repetí a mí mismo lo que usted me enseñó, ‘yo soy Dios, el elefante es Dios’, y seguí caminando, pero, el elefante me cogió con su trompa y me lanzó por los aires”. El maestro le respondió, “Y por qué no escuchaste a Dios que te decía, ¡Quítate del camino, quítate del camino!

 
 
 
"OM GATE GATE PARAGATE PARASAMGATE BODHI SVAHA"
"(Vamos, vamos, vamos más allá, vamos a la otra orilla, ¡Iluminación! ¡Gozo!)"
 
 
 
 Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
Jueves, 20 de marzo de 2003
 
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