Lo Relativo y lo Absoluto
Relatos de la Vida Diaria
 
Rev. Yin Zhi Shakya
 
Por la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
Corrector: Zhèng chún (Fernando Valencia)
 
Relato #28
 
 
El Espejo de la Verdad
 
 
El Espejo de la Verdad - ©Foto por Juan Carlos Mirabal - 2003Cuando uno decide poner todo su esfuerzo en la lucha divina contra el ego para abrirse camino entre los sufrimientos y consternaciones del Sámsara y así poder 'ver' la verdad, cuando el guerrero interno, defensor de la verdad, está consciente de los recursos que puede utilizar para romper el velo de la ilusión creado por el 'yo' ficticio, los obstáculos comienzan a surgir en todas partes. El ego ilusorio que nuestra mente ha fabricado no quiere dejarse aniquilar. Pero realmente, como dijo Seng Ts'an:

"No hay ninguna dificultad cuando se trata del Camino Perfecto. Solamente debemos evitar hacer discriminaciones. Cuando estamos libres del odio y el amor, 'Eso' se revelará a sí mismo tan claro y amplio como la luz del día".

En la Biblia, el Salmo 23 describe ese nivel de entendimiento o estado de ánimo muy claramente:

El Señor es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará yacer:
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor a su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo:
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezarás mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores:
Ungiste mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida:
Y en la casa del Señor viviré para siempre.

Siempre les he recomendado a mis estudiantes que desarrollen la 'fe'. Fe, como la que encontramos en el episodio narrado por San Mateo en su Evangelio [San Mateo 8: 5-10], donde Jesús al entrar en Cafarnaum recibió la visita de un centurión romano quien le suplicó que curara a su siervo paralítico y atormentado que yacía en su casa.

Y Jesús le dijo - iré y lo sanaré.
Y respondió el centurión diciendo - Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado; más solamente di la palabra y mi mozo sanará.
Porque también yo soy hombre bajo de potestad, y tengo bajo de mí soldados: y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ve, y viene; y a mi siervo: haz esto, y lo hace.
Y oyendo Jesús se maravilló y dijo a los que le seguían: de cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado fe tanta.

Es esa fe en la Verdad la que hemos de ejercitarnos constantemente. El Honorable del Mundo habló en una ocasión del Camino y del conocimiento propio o sea de la fe en nuestro Buda Interno, diciendo:

 
El Espejo de la Verdad


El Bendito procedió hacia la villa Nadika con una gran compañía de la Sangha, y una vez allí se quedó en el Salón Ladrillo. Entonces, el Venerable Ananda se dirigió al Bendito y le mencionó los nombres de los hermanos y hermanas que habían muerto, acuciosamente preguntándole acerca de su destino después de la muerte, ya sea si renacieran en animales, en los infiernos, como fantasmas, o en algún lugar de sufrimiento.

El Bendito le replicó a Ananda diciendo - Aquellos que han muerto después de la destrucción completa de los tres vínculos: la lujuria, la codicia y de la adhesión egoísta a la existencia, no necesitan temer del estado después de la muerte. Ellos no renacerán en un estado de sufrimiento; sus mentes no continuarán con un karma de acciones diabólicas o pecados, sino que estarán seguros de su salvación final.

Cuando ellos mueren, nada permanecerá de ellos, sino sus buenos pensamientos, sus actos correctos, y la bienaventuranza que proviene de la verdad y la rectitud. Como el río debe finalmente alcanzar su origen distante, así sus mentes renacerán en estados superiores de la existencia y continuarán avanzando hacia su meta última, la cual es el océano de la verdad y la eterna paz del Nirvana. Los hombres se inquietan acerca de su muerte y su destino después de ella; pero considera, Ananda, que no es del todo extraño que un ser humano muera. Sin embargo, no deberías haber preguntado sobre ellos. Para el Bendito es muy molesto, que tú, habiendo escuchado la verdad, todavía estás preocupado acerca de la muerte. Por lo tanto, te enseñaré el espejo de la verdad y deja que el discípulo fiel y leal lo repita:

- 'El infierno al igual que el renacer como animal, o fantasma, o en cualquier lugar de sufrimiento es destruido por mí. Estoy transformado; ya no estoy expuesto a renacer en un estado de sufrimiento y estoy seguro de mi salvación final.' [Nota de la Traductora: Lo que la certeza interna de la Verdad destruye, es decir, lo que 'la Iluminación' destruye, es el concepto falso de la vida absoluta, o lo que es lo mismo, destruye 'la vida relativa', aquella mente ilusa y errática].

- ¿Qué es entonces, Ananda este espejo de la verdad, esto que te he dicho y has de repetir? Es la consciencia de que el discípulo elegido está en este mundo poseído por la fe en el Buda, creyendo que el Bendito es el Santo, el Iluminado totalmente, el Sabio, el Correcto, el Feliz, el Conocedor del Mundo, el Supremo, la Rienda del Camino del Corazón de los hombres, el Maestro de dioses y hombres y el Buda Bendito. Es más, adicionalmente es, la consciencia inmortal de la fe en la verdad que el discípulo posee, creyendo que la verdad ha sido proclamada para todos por el Bendito, para el beneficio del mundo, guiándolos hacia la salvación, la cual los sabios obtendrán por su propio esfuerzo a través de la verdad.

- Y finalmente es la consciencia que el discípulo posee de la fe en la orden, creyendo en la eficacia de una unión entre los hombres y mujeres que se preocupan en caminar el noble camino óctuplo; creyendo que este templo de Buda, es rectitud, probidad, justicia, donde habita la ley, meritorio y digno, hospitalario, de regalos y de reverencia; siendo la tierra suprema que siembra el mérito para el mundo; que posee las virtudes apreciadas por la bondad; las virtudes indómitas, intactas, intachables, íntegras y puras que hacen a los hombres verdaderamente libres; virtudes que son loables por el sabio e imposibles de agraviar por el deseo de las metas egoístas, ni ahora ni en las vidas futuras; y también creyendo en la eficacia de los actos externos que nos conducen a los pensamientos santos y superiores. Este es el espejo de la verdad que nos enseña la forma correcta hacia la iluminación que es la meta común de todas las criaturas vivientes. Aquel que posee el espejo de la verdad está libre del temor, encontrando el confort en las tribulaciones de la vida; siendo así su vida una bendición para todos sus hermanos y seres vivientes.
 
Y para cerrar este mensaje, los dejo con la palabra de Jesús, de Lucas 9: 59-62:
 
59. Y Jesús le dijo a otro - Sígueme. -
Y él dijo - Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre.
60. Y Jesús dijo - Deja que los muertos entierren a sus muertos y tú ve y anuncia el reino de Dios.
61. Entonces también dijo otro - Te seguiré, Señor; más déjame que me despida primero de los que están en mi casa.
62. Y Jesús dijo - Ninguno que poniendo su mano al arado mira atrás, es apto para el reino de Dios.
 
Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
Sábado, 7 de febrero de 2003
 
 
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