- Lo
Relativo y lo Absoluto
- Relatos
de la Vida Diaria
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- Por la Rev. Yin
Zhi Shakya, OHY
- Corrector: Zhèng
chún (Fernando Valencia)
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- Relato
#28
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- El
Espejo de la Verdad
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- Cuando
uno decide poner todo su esfuerzo en la lucha divina contra el ego para
abrirse camino entre los sufrimientos y consternaciones del Sámsara y así
poder 'ver' la verdad, cuando el guerrero interno, defensor de la verdad,
está consciente de los recursos que puede utilizar para romper el velo de
la ilusión creado por el 'yo' ficticio, los obstáculos comienzan a surgir
en todas partes. El ego ilusorio que nuestra mente ha fabricado no quiere
dejarse aniquilar. Pero realmente, como dijo Seng Ts'an:
"No
hay ninguna dificultad cuando se trata del Camino Perfecto. Solamente debemos
evitar hacer discriminaciones. Cuando estamos libres del odio y el amor, 'Eso'
se revelará a sí mismo tan claro y amplio como la luz del día".
En
la Biblia, el Salmo 23 describe ese nivel de entendimiento o estado de ánimo
muy claramente:
El
Señor es mi pastor; nada me faltará.
En
lugares de delicados pastos me hará yacer:
Junto
a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará
mi alma;
Me
guiará por sendas de justicia por amor a su nombre.
Aunque
ande en valle de sombra de muerte,
No
temeré mal alguno; porque tú estarás conmigo:
Tu
vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezarás
mesa delante de mí, en presencia de mis angustiadores:
Ungiste
mi cabeza con aceite: mi copa está rebosando.
Ciertamente
el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida:
Y
en la casa del Señor viviré para siempre.
Siempre
les he recomendado a mis estudiantes que desarrollen la 'fe'. Fe, como la que
encontramos en el episodio narrado por San Mateo en su Evangelio [San Mateo 8:
5-10], donde Jesús al entrar en Cafarnaum recibió la visita de un centurión
romano quien le suplicó que curara a su siervo paralítico y atormentado que
yacía en su casa.
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- Y
Jesús le dijo - iré y lo sanaré.
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- Y
respondió el centurión diciendo - Señor, no soy digno de que entres
debajo de mi techado; más solamente di la palabra y mi mozo sanará.
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- Porque
también yo soy hombre bajo de potestad, y tengo bajo de mí soldados:
y digo a este: Ve, y va; y al otro: Ve, y viene; y a mi siervo: haz
esto, y lo hace.
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- Y
oyendo Jesús se maravilló y dijo a los que le seguían: de cierto os
digo, que ni aun en Israel he hallado fe tanta.
Es
esa fe en la Verdad la que hemos de ejercitarnos constantemente. El Honorable
del Mundo habló en una ocasión del Camino y del conocimiento propio o sea de
la fe en nuestro Buda Interno, diciendo:
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- El
Espejo de la Verdad
El Bendito procedió hacia la villa Nadika con una gran compañía de la
Sangha, y una vez allí se quedó en el Salón Ladrillo. Entonces, el
Venerable Ananda se dirigió al Bendito y le mencionó los nombres de los
hermanos y hermanas que habían muerto, acuciosamente preguntándole acerca
de su destino después de la muerte, ya sea si renacieran en animales, en
los infiernos, como fantasmas, o en algún lugar de sufrimiento.
El Bendito le replicó a Ananda diciendo - Aquellos que han muerto después
de la destrucción completa de los tres vínculos: la lujuria, la codicia y
de la adhesión egoísta a la existencia, no necesitan temer del estado
después de la muerte. Ellos no renacerán en un estado de sufrimiento; sus
mentes no continuarán con un karma de acciones diabólicas o pecados, sino
que estarán seguros de su salvación final.
Cuando ellos mueren, nada permanecerá de ellos, sino sus buenos
pensamientos, sus actos correctos, y la bienaventuranza que proviene de la
verdad y la rectitud. Como el río debe finalmente alcanzar su origen
distante, así sus mentes renacerán en estados superiores de la existencia
y continuarán avanzando hacia su meta última, la cual es el océano de la
verdad y la eterna paz del Nirvana. Los hombres se inquietan acerca de su
muerte y su destino después de ella; pero considera, Ananda, que no es del
todo extraño que un ser humano muera. Sin embargo, no deberías haber
preguntado sobre ellos. Para el Bendito es muy molesto, que tú, habiendo
escuchado la verdad, todavía estás preocupado acerca de la muerte. Por lo
tanto, te enseñaré el espejo de la verdad y deja que el discípulo fiel y
leal lo repita:
- 'El infierno al igual que el renacer como animal, o fantasma, o en
cualquier lugar de sufrimiento es destruido por mí. Estoy transformado; ya
no estoy expuesto a renacer en un estado de sufrimiento y estoy seguro de mi
salvación final.' [Nota de la Traductora: Lo que la certeza interna de la
Verdad destruye, es decir, lo que 'la Iluminación' destruye, es el concepto
falso de la vida absoluta, o lo que es lo mismo, destruye 'la vida
relativa', aquella mente ilusa y errática].
- ¿Qué es entonces, Ananda este espejo de la verdad, esto que te he dicho
y has de repetir? Es la consciencia de que el discípulo elegido está en
este mundo poseído por la fe en el Buda, creyendo que el Bendito es el
Santo, el Iluminado totalmente, el Sabio, el Correcto, el Feliz, el
Conocedor del Mundo, el Supremo, la Rienda del Camino del Corazón de los
hombres, el Maestro de dioses y hombres y el Buda Bendito. Es más,
adicionalmente es, la consciencia inmortal de la fe en la verdad que el discípulo
posee, creyendo que la verdad ha sido proclamada para todos por el Bendito,
para el beneficio del mundo, guiándolos hacia la salvación, la cual los
sabios obtendrán por su propio esfuerzo a través de la verdad.
- Y finalmente es la consciencia que el discípulo posee de la fe en la
orden, creyendo en la eficacia de una unión entre los hombres y mujeres que
se preocupan en caminar el noble camino óctuplo; creyendo que este templo
de Buda, es rectitud, probidad, justicia, donde habita la ley, meritorio y
digno, hospitalario, de regalos y de reverencia; siendo la tierra suprema
que siembra el mérito para el mundo; que posee las virtudes apreciadas por
la bondad; las virtudes indómitas, intactas, intachables, íntegras y puras
que hacen a los hombres verdaderamente libres; virtudes que son loables por
el sabio e imposibles de agraviar por el deseo de las metas egoístas, ni
ahora ni en las vidas futuras; y también creyendo en la eficacia de los
actos externos que nos conducen a los pensamientos santos y superiores. Este
es el espejo de la verdad que nos enseña la forma correcta hacia la
iluminación que es la meta común de todas las criaturas vivientes. Aquel
que posee el espejo de la verdad está libre del temor, encontrando el
confort en las tribulaciones de la vida; siendo así su vida una bendición
para todos sus hermanos y seres vivientes.
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- Y
para cerrar este mensaje, los dejo con la palabra de Jesús, de Lucas 9:
59-62:
-
- 59.
Y Jesús le dijo a otro - Sígueme. -
- Y
él dijo - Señor, déjame que primero vaya y entierre a mi padre.
- 60.
Y Jesús dijo - Deja que los muertos entierren a sus muertos y tú ve y
anuncia el reino de Dios.
- 61.
Entonces también dijo otro - Te seguiré, Señor; más déjame que me
despida primero de los que están en mi casa.
- 62.
Y Jesús dijo - Ninguno que poniendo su mano al arado mira atrás, es apto
para el reino de Dios.
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- Rev.
Yin Zhi Shakya, OHY
- Sábado,
7 de febrero de 2003
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