"Y conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres", dijo Jesús.
El Buda, el Bendito, el Honorable del Mundo dijo:
- Feliz es aquel que ha cesado de vivir por el placer y descansa en la verdad. Verdaderamente su compostura y tranquilidad de mente son la bienaventuranza suprema.
- La Verdad cura nuestras enfermedades y nos redime de la perdición.
- Los cuerpos se convertirán en polvo, pero la verdad de la mente nunca se destruirá.
- Alcanzarás la inmortalidad llenando tu mente con la verdad.
"Si quieres salvar al Mundo, no lo hagas con la intransigencia o el fanatismo, ni con la condescendencia o la aprobación de todo; de esas dos cosas se encarga el ego. Él es un experto en eso. Nunca triunfarías. Mantén firme tu vista en la Verdad y sigue tu camino", dijo la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY.
"¿Cuál es el sentido de nuestra vida?: Resolver el problema de la existencia. A pesar de poseer la naturaleza Budica, hasta ahora hemos andado a ciegas en la oscuridad. Creo que la verdadera libertad es que ni la sociedad y ni el ego te estorben. Esa libertad es aprehender el no-miedo", dijo Kodi Sawaky [Zen]
"Aunque nuestras palabras sean justas, aunque nuestros pensamientos sean exactos, esto no es aún conforme a la Verdad". - Sosan
"El hombre verdadero tiene la capacidad para ser un puro espectador, completamente inafectado. Es sólo en esa forma que podemos verdaderamente ver. Cualquier otra manera de ver, afectaría lo que es visto. Y entonces, al mirarlo de esa forma, afectado, sería erróneo", dijo Ernest Wood.
"Si quieres lograr tu verdadera naturaleza, debes tener una Gran Fe, un Gran Valor y una Gran Duda". Dijo el Gran Maestro Seung Sahn.
"Todos los métodos en la búsqueda de la Verdad, en lugar de metas en sí mismos y verdades absolutas, deben ser considerados como expedientes o recursos," dijo Thich Nhat Hanh.
"La Verdad nos pondrá la Toga Viril", dijo José de la Luz y Caballero.
"La verdad carece de caminos y en eso reside su belleza. Y mientras la contemplemos a través de la imagen distorsionada o de las proyecciones de nuestros pensamientos condicionados, o de los pensamientos de otros, no hay posibilidad ninguna de llegar a ella", dijo Jiddu Krishnamurti.
"Solamente la mano que borra puede escribir la verdad", dijo Meister Eckhart.
Y por último Hui Neng, el Sexto y Último Patriarca Zen proclamó en su Sutra:
"Para lograr la suprema iluminación, uno debe ser capaz de conocer espontáneamente su propia naturaleza o Esencia de la Mente, la cual ni es creada ni puede ser aniquilada. De Ksana a Ksana (sensaciones momentáneas) uno debe ser capaz de darse cuenta de la Esencia de la Mente todo el tiempo. Entonces todas las cosas serán libres de restricciones (por ejemplo, emancipadas). Tan pronto como conocemos el Tatagatha (la Semejanza es otro nombre para la Esencia de la Mente) estaremos libres de la falsa ilusión; y en todas las circunstancias, la mente de uno estará en un estado de 'Semejanza'. Tal estado de mente es la Verdad Absoluta. Si puedes ver las cosas en ese estado de ánimo mental, habrás conocido la Esencia de la Mente, que es la iluminación suprema".
¡Miremos y contemplemos la vida! Todo es transitorio y nada perdura. Hay nacimiento y muerte, crecimiento y decadencia; hay combinación y separación. La gloria del mundo es como una flor: en la mañana florece fresca y lozana, y con el calor del día se marchita.
En cualquier cosa que observes hay precipitación, lucha, y anhelo de perseguir el placer. Hay un pánico que evade el dolor y la muerte; y las llamas de los deseos fogosos son candentes. El mundo es una Feria de Vanidad, lleno de cambios y transformaciones. Todo es Sámsara, la rueda giratoria y voluble de la existencia.
¿Hay algo permanente en el mundo? ¿Hay en el tumulto universal algún lugar en donde descansar nuestro corazón perturbado para que pueda encontrar paz? ¿No hay nada que sea permanente? ¡Oh, eso que nos hiciera cesar nuestra preocupación, eso que extinguiera nuestros deseos ardientes! ¿Cuándo la mente se tranquilizará y compondrá?
El Buda, nuestro Señor, gimió con las enfermedades de la vida. Vio la vanidad de la felicidad mundana y buscó la salvación en una cosa que no se marchita ni perece, sino que vive para siempre.
Tú que anhelas por vida, aprende que la inmortalidad está escondida en lo transitorio. Tú que desea la felicidad sin el aguijón del arrepentimiento, vive una vida integra y correcta. Tú que anhelas por riquezas, recibe los tesoros eternos. La Verdad es la riqueza, y una vida de verdad es la felicidad.
Todo lo compuesto se disolverá otra vez, pero las verdades que determinan todas las combinaciones y separaciones, como las leyes de la naturaleza, perdurarán para siempre, ¡Oh sí! Los cuerpos se convertirán en polvo, pero las verdades de la mente no se destruirán.
La verdad no conoce ni nacimiento ni muerte; no tiene principio ni final. ¡Bienvenida sea la verdad! La verdad es la parte inmortal de la mente. Establece la verdad en tu mente porque ella es la imagen de lo eterno; ella representa lo inmutable y revela lo imperecedero; ella ofrece a los mortales la gracia y la bendición de la inmortalidad.
El Buda ha proclamado la verdad. Dejen que la verdad del Buda habite en sus corazones, extinguiendo en ustedes mismos cada deseo que antagonice al Buda; y en la perfección de vuestro crecimiento espiritual lleguen a ser como Él. Esa parte de sus corazones, que no pueda desarrollarse o no se desarrolle en el Buda debe perecer, porque es una simple ilusión e irrealidad; es el origen de tu error y la causa de tu miseria.
Obtengan la inmortalidad llenando sus mentes con la verdad. Por lo tanto, lleguen a ser como vasijas preparadas para recibir las palabras del Maestro. Límpiense a sí mismos de la maldad y santifiquen sus vidas. No hay otro camino para alcanzar la verdad.
Aprendan a distinguir entre el 'Yo' y la Verdad. El 'Yo' es la causa del egoísmo y el origen de la maldad; la verdad no se ata a ningún 'Yo'; ella es universal y nos guía a la justicia y a la rectitud. El Yo que les parece ser su propio 'ser' a aquellos que aman sus yoes, no es el sempiterno, imperecedero e inmortal. No busquen al 'Yo', sino a la Verdad.
Si liberamos nuestras almas de nuestro miserable 'yo', deseando ninguna maldad hacia otros y llegando a ser claros como un diamante irradiando la luz de la verdad, aparecerá en nosotros una radiante imagen reflejando las cosas como realmente son; sin el ingrediente adherido de los deseos quemantes, sin la distorsión de la ilusión errónea y sin la agitación del apego y el estrés.
No obstante, ustedes aman su 'yo' y no abandonan ese amor. Pues así sea. Pero entonces, verdaderamente, deben aprender a distinguir entre el falso 'yo' y el verdadero 'yo'. El ego, con todo su egoísmo, es el falso 'yo'. Es la ilusión irreal y la combinación perecedera. Aquel que sólo identifica su 'yo' con la verdad, obtendrá el Nirvana; y aquel que ha entrado en el Nirvana ha obtenido la Budeidad; aquel que ha adquirido la bondad suprema, ese ha llegado a ser eterno e inmortal.
Todas las cosas compuestas se disolverán otra vez, los mundos se romperán en pedazos y nuestras individualidades serán esparcidas; pero las palabras del Buda permanecerán para siempre.
La extinción del 'yo' es la salvación; la aniquilación del 'yo' es la condición de la iluminación; el suprimir el 'yo' es el nirvana.
Feliz es aquel que ha cesado de vivir por el placer y descansa en la verdad. Verdaderamente su compostura y tranquilidad de mente son la bienaventuranza suprema.
Tomemos refugio en el Buda porque ha encontrado lo eterno y lo transitorio. Tomemos refugio en eso que es inmutable en los cambios de la existencia. Tomemos refugio en la verdad que está establecida a través de la Iluminación del Buda. Tomemos refugio en la comunidad de aquellos que buscan la verdad y trabajan para vivir en ella.