Lo Relativo y lo Absoluto
Relatos de la Vida Diaria
 
 
Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
 
 
Por la Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
Corrector: Zhèng chún (Fernando Valencia)
Relato #14
 
Las Leyes de la Conducta Pura
 
 
Master Fat Wai y monjes de la Orden - Foto por Yin Zhi Shakya
Mi vida, al igual que todas las vidas de los seres sintientes en el samsara, ha sido tocada por lo dual - lo irreal y lo temporal - por supuesto - las buenas y las malas de la felicidad y el sufrimiento, e indudablemente, por este último, mi búsqueda por la verdad ha sido, es y será incansable.
 
Nadie quiere sufrir y lo afirmo porque lo he vivido en carne propia, por así decirlo; pero, la experiencia del sufrimiento, esa misma que todos hemos vivido, es siempre causada por nuestra propia mente:
 
- Los puntos de vista erróneos, las aspiraciones erróneas, el enunciado incorrecto, la parcialidad en nuestras decisiones, la forma incorrecta de ganarse la vida, los esfuerzos incorrectos, los pensamientos incorrectos, y por último, la falta de la contemplación correcta, o sea, el oscurecimiento del pensamiento; todos pertenecen a la vida samsárica, al sufrimiento, y sin darnos cuenta, todos participamos en lo uno o en lo otro o en todos a la vez, pensando que somos unos expertos en vivir la vida, que el pecado es parte de ella y que es imposible buscar una salida. ¡Sin duda es un asunto para hacer reír!
 
Muchas veces nos excusamos a nosotros mismo diciendo que hacemos este o aquel sacrificio por tal o cual persona, pero la verdad es que es nuestro ego engañoso y patrañero el que nos hace creer en dicha mentira y en la ilusión de cada situación samsárica. El ego quiere mantener su identidad a toda costa: ¡Qué no podemos meditar porque ese tiempo es para alguien que lo necesita! ¡Mentira! Siempre hay tiempo para meditar, aunque sea un minuto. ¡Qué la posición es incomoda! ¡Mentira! Podemos cambiarla por una más agradable, sin embargo continuaremos con el tema de la incomodidad, pues es asunto de la mente, no de la incomodidad. ¡Qué esto, qué aquello, qué lo otro!... ¡Mentira! ¡Mentira! ¡Mentira!
 
Hay tantos ejemplos de decisiones incorrectas impulsadas por el ego como seres vivientes habitando el planeta. Mientras vives en el Sámsara, o sea, en la realidad relativa, no hay forma de hacer una decisión completamente correcta; el velo del ego cubre la respuesta o lo que es lo mismo, cubre 'el camino' y lo nubla poniéndole obstáculos, uno tras otro. No podemos 'ver', lo cual, como dijo el Sexto Patriarca Hui Neng, es el propósito de la vida.
 
Para ilustrar lo anterior quiero compartirles un ejemplo de la vida real, relatado a esta servidora por un amigo en los siguientes términos: "Quisiera ordenarme, pero mi señora no me deja viajar a San Francisco o a Hawai porque con lo acontecido en septiembre 11 teme que se pueda presentar un inconveniente en el avión, y no he querido insistirle porque sufre de tensión alta y se puede poner mala o incluso morir en el peor de los casos". ¡Mentira! ¡Mentira! ¡Mentira! ¡Eso no es verdad! ¡Ese es el ego dominante! Este amigo puede que tenga que esperar eones para ordenarse, tan solo por la inutilidad de su decisión. Una decisión que está fundada en el desconocimiento de las leyes universales.
 
Aunque no es imposible, es muy difícil levantar el velo de la ignorancia de inmediato. Algunos dirán, bueno, de todas formas todo está pasando en nuestra mente la cual es irreal y temporal. Pero esa mente, aunque en efecto crea y destruye, surge y muere, porque es temporal, perecedera e ilusoria, nos hace sufrir, sufrir y sufrir. Un sufrimiento irreal... ¡pero igual, Sufrimiento! Es tan creible, como si verdaderamente fuera real. Pertenece a la realidad relativa. Y es el deseo el que dispara la mente. Deseos ocultos de todas clases. Incluso el deseo de complacer a otros creyendo que eso los hará feliz. ¡Esa no es la felicidad! Cuando soltamos, cuando nos 'guiamos' por nuestro Buda interno, a través de nuestra meditación e introspección profunda, de nuestra motivación por cada una de nuestras acciones, sin importar como 'se presenten' las circunstancias, no hay sufrimiento, y lo más bello es que cuando tomamos la Gran Decisión, todos y todo, con sus conflictos y obstáculos, desaparecen, y… ¡la Realidad Absoluta surge frente a nuestros ojos con su luz inconfundible! ¡Qué tontos hemos sido! ¡Qué tontos somos! O como dijo Jesús, ¡Hombres de poca fe!
 
¿Qué es lo que hemos venido a aprender en esta vida? ¿Qué es lo tengo que aprender? Par de interrogantes que me planteo a menudo, y la respuesta de mi Buda Interno siempre ha sido la misma, estás aquí para amar, y por medio de ese amor, el mismo que predican todas las religiones y que lo han expresado, siguen expresando y siempre expresarán todos los seres iluminados, los Budas, los Bodhisattvas, los Santos... 'Ver' la pura, bella e insuperable Realidad Absoluta. Venimos a expresar lo que verdaderamente somos y para eso, todos los obstáculos deben ser eliminados y el hierro duro de nuestro ego tiene que ser derretido con el fuego Búdico. ¡No hay otra forma!
 
¿Cuál es el lazo que nos une universalmente a todos los seres? Ese lazo es el amor; y cuando lo expresamos en forma de compasión no hay manera de que se desate. Hay que distinguir muy bien entre el amor y la emoción. La emoción es dual; lo bueno y lo malo, lo agradable y lo desagradable, lo que nos parece que va a ayudar a alguien en particular y lo que de verdad puede ayudar a 'todos'. El amor es unidad, no hay sentimiento ni resultados duales que lo contengan. El amor es 'Dar' y 'Recibir' sin egoísmo ni orgullo. Cuando des, olvida que diste; cuando recibas, acuérdate siempre con amor en tu corazón, para así poder continuar la cadena de dar y recibir. Este es el hábito de la compasión; esta es la fórmula. Tenemos que comprender la Verdad del sufrimiento para poderlo superar. Usando a mi estilo las palabras de San Pablo en el capítulo 13 de la 1ª Carta a los Corintios, les digo:
 
Aunque dieras tu casa, tus posesiones, tu voluntad e incluso hasta tu vida, si no expresas ese amor compasivo que hay en tu corazón y que hay que hacer surgir y expresarlo para bien de todos los seres vivientes - a través de la comprensión de las Cuatro Nobles Verdades y la ejecución del Camino Óctuple - el sacrificio que hayas hecho, por muy grande que sea, no servirá de nada.
 
Leamos lo que dijo el Honorable del Mundo en su Sermón de Benares:
 
El Sermón de Benares

Observando que su viejo maestro se acercaba, los cinco Bhikkhus acordaron entre ellos no saludarlo y no dirigirse a él como maestro, sino por su nombre solamente. Porque - dijeron ellos - había roto los votos y había abandonado la santidad. Él no es un Bhikkhu, sino Gautama, y Gautama se ha convertido en un hombre que vive en la abundancia y se gratifica con los placeres mundanos. - Pero cuando el Bendecido se acercó dignamente, ellos involuntariamente, a pesar de su resolución, se levantaron de sus asientos y lo saludaron. No obstante ellos lo llamaron por su nombre y se dirigieron a él como "amigo Gautama".

Habiendo recibido en esos términos al Bendito, él dijo - No llamen al Tathagata por su nombre ni se dirijan a él como 'amigo', porque él es el Buda, el Santo. El Buda mira igualmente, con su corazón gentil, a todos los seres vivientes, y ellos por lo tanto le llaman 'padre'. El no respetar a un padre es erróneo; el menospreciarlo es una debilidad. El Tathagata - continuó el Buda - no busca la salvación en las austeridades, ni busca la razón para gratificarse con los placeres mundanos, ni tampoco vive en abundancia. El Tathagata ha encontrado el camino medio.

Oh Bhikkhus, hay dos extremos, los cuales el hombre que ha renunciado al mundo no debe seguir, por una parte, la práctica habitual de la gratificación propia que es indigna, vana y le sirve solamente a la mente mundana, y por otra parte, la práctica habitual de la mortificación propia, que es dolorosa, inútil e ineficaz.

- Ni la abstinencia del pescado o la carne, ni ir desnudo, ni el afeitarse la cabeza, ni llevar el pelo enredado, ni vestir como pordiosero, ni cubrirse con mugre, ni hacer sacrificios a Agni, limpiará al hombre que no esté libre del error. Leer los Vedas, hacer ofrendas a los sacerdotes o sacrificios a los dioses, la mortificación propia por el calor o el frío y muchas otras penitencias ejecutadas por el bien de la inmortalidad, eso no limpia al hombre que no está libre de errores. La ira, la ebriedad, la obstinación, la intolerancia, el engaño y el fingimiento, la envidia, la alabanza propia, el enojo con otros, las intenciones arrogantes y diabólicas, constituyen el pecado y la impureza; no el comer carne, verdaderamente.

- Un camino medio, Oh Bhikkhus, evitando los dos extremos, ha sido descubierto por el Tathagata; ¡un pasaje que abre los ojos y que confiere el entendimiento que guía hacia la paz mental, la sabiduría suprema, la iluminación completa, y el Nirvana! ¿Cuál es el camino medio descubierto por el Tathagata, Oh Bhikkhus, que evita esos dos extremos, el pasaje que abre los ojos, confiere el entendimiento que guía a la paz mental, a la sabiduría suprema, a la iluminación completa y al Nirvana? Oh Bhikkhus, déjenme enseñarles el camino medio, el cual se mantiene apartado de ambos extremos. Sufriendo, el devoto emancipado produce pensamientos confusos y enfermizos en su mente. ¡La mortificación no conduce, ni siquiera, al conocimiento mundano, y mucho menos triunfa sobre los sentidos!

- Aquel que llena su lámpara con agua no desvanecerá la oscuridad, y él que trata de encender fuego con madera podrida, fracasará. ¿Y cómo puede cualquiera ser libre de uno mismo llevando una vida miserable si no triunfa en apagar el fuego de la lujuria y está todavía enredado con los placeres mundanos o celestes? Pero aquel en quien el 'yo' ha llegado a extinguirse es libre de la concupiscencia; no deseará ni placeres mundanos ni celestiales, y la satisfacción de sus deseos naturales no lo corromperá. No obstante, que sea moderado y que coma y beba de acuerdo a la necesidad del cuerpo.

- La sensualidad es enervante; el hombre que se gratifica a sí mismo es un esclavo de sus pasiones, y el placer que busca es degradante y vulgar. Porque el satisfacer las necesidades de la vida no es malo. Mantener el cuerpo saludable es un deber, ya que de otra manera no seríamos capaces de ajustar la lámpara de la sabiduría y mantener nuestras mentes fuertes y claras. El agua rodea a la flor del loto pero no moja sus pétalos. Oh Bhikkhus, este es el camino medio, que mantiene apartado a ambos extremos.

Y el Bendito habló gentilmente a sus discípulos, compadeciéndose de ellos por sus errores y señalándoles la inutilidad de sus tareas y el hielo de su voluntad enfermiza que congelaba sus corazones, derritiéndolo así bajo la tibia persuasión del Maestro.

En ese instante, el Bendito comenzó a poner en marcha la Rueda de la ley non-plus-ultra, haciéndola girar con su predicación a los cinco Bhikkhus, y así poder abriles la puerta de la inmortalidad y enseñarles la bienaventuranza del Nirvana.

El Buda dijo - Las barras o cabillas que se introducen en la rueda [que mueve continuamente a los seres vivientes y los envuelve en el ciclo de la existencia] para impedir que gire, son las leyes de la conducta pura: la justicia es la uniformidad de su extensión; la sabiduría es la llanta; la modestia y la consideración son la biela en la cual el eje inmovible de la verdad es fijado. Aquel que reconoce la existencia del sufrimiento, su causa, su remedio y su cesación ha comprendido, sondeado y penetrado las cuatro nobles verdades. Ese caminará por el camino correcto.

- Los puntos de vista correctos serán la antorcha que ilumine el camino. Las aspiraciones correctas serán la guía. El habla correcta será su morada en el camino. Su marcha será imparcial, porque es la conducta correcta. Sus refrigerios serán la forma correcta de ganarse la vida. Los esfuerzos correctos serán sus pasos: los pensamientos correctos su respiración; la contemplación correcta le dará la paz que le sigue a sus huellas.

Ahora, ésta, Oh Bhikkhus, es la noble verdad que concierne al sufrimiento: El nacimiento es asistido con dolor, la decadencia es dolorosa, la enfermedad es dolorosa y la muerte es dolorosa. La unión con lo desagradable es dolorosa, dolorosa también es la separación de lo placentero y cualquier deseo insatisfecho asimismo es doloroso. Esto entonces, Oh Bhikkhus, es la noble verdad concerniente al origen del sufrimiento.

Ahora, ésta, Oh Bhikkhus, es la noble verdad que concierne al origen del sufrimiento: Verdaderamente, es el deseo él que causa la renovación de la existencia, acompañado por la delicia sensual que busca satisfacción aquí y allá, el deseo por la gratificación de las pasiones, el deseo por la vida futura, y el deseo por la felicidad en esta vida. Esto entonces, Oh Bhikkhus, es la noble verdad que concierne al origen del sufrimiento.

Ahora, ésta, Oh Bhikkhus, es la noble verdad que concierne a la destrucción del sufrimiento: Verdaderamente es la destrucción en la que ninguna pasión permanece, de esta sed; es él apartar todo eso, él estar libre de todo eso, él no vivir ya más en el anhelo, el afán, el deseo y la vehemencia - en la sed. Esto entonces, Oh Bhikkhus, es la noble verdad que concierne a la destrucción del sufrimiento.

Ahora, ésta, Oh Bhikkhus, es la noble verdad que concierne al camino que guía a la destrucción del sufrimiento. Verdaderamente, este es el camino óctuplo; diríamos: Puntos de vista correctos; aspiraciones correctas; habla correcta; conducta correcta; modo de vida correcto; esfuerzo correcto; pensamientos correctos y contemplación correcta. Esto entonces, Oh Bhikkhus, es la noble verdad que concierne a la destrucción del sufrimiento.

Por la práctica de la compasión he logrado la liberación del corazón y por lo tanto estoy seguro que nunca regresaré en nuevos nacimientos. Incluso, ahora he obtenido el Nirvana.

Cuando el Bendito había puesto en movimiento las Ruedas de la Cuadriga Real de la verdad, un éxtasis estremeció todo el universo. Las devas dejaron sus moradas celestiales para escuchar la dulzura de la verdad; los santos que se habían marchado de la vida rodearon en multitud al gran maestro para recibir las buenas noticias; incluso los animales de la tierra sintieron la bienaventuranza del descanso que le había traído las palabras del Tathagata: y todas las criaturas de la hueste de los seres sintientes, los dioses, los hombres y las bestias escucharon el mensaje de liberación, y lo recibieron y entendieron en su propio lenguaje.

Y cuando la doctrina fue presentada, el Venerable Kondanna, el mayor entre los cinco Bhikkhus, discernió la verdad con su ojo mental y dijo - ¡Verdaderamente, Oh Buda, nuestro Señor, has encontrado la verdad! Entonces, los otros bhikkhus también, se unieron a él y exclamaron - ¡Verdaderamente, tú eres el Buda, y has encontrado la verdad!

Y los devas, los santos y todos los espíritus buenos de las generaciones anteriores que habían escuchado el sermón del Tathagata, recibieron felizmente la doctrina y exclamaron - ¡Verdaderamente, el Bendito, ha encontrado el reino de la rectitud. El Bendito ha movido la tierra; ha echado a andar la Rueda de la Verdad, la cual, nadie en el universo, hombre o dios, puede hacer retroceder en ningún momento. El reino de la verdad será predicado sobre la tierra; y la rectitud, la buena voluntad y la paz reinarán entre los hombres.
 
Aquí termina el Sermón de Benares, las palabras del Honorable del Mundo para la humanidad confundida y engañada. Así que resumiendo, cuando nos damos cuenta de las dos primeras Nobles Verdades (El sufrimiento existe y el sufrimiento surge del apego al deseo) ¡entonces comprendemos que la vida es amarga y dolorosa!
 
Y en tal caso - dijo el Gran Maestro Hsu Yun - a no ser que esta Verdad sea comprendida... no aceptada con fe, sino reconocida... no estudiada, sino testificada... no asumida por la razón, sino verificada por la experiencia, absolutamente y sin matices, a no ser que una persona sepa desde la cabeza hasta los pies que la vida es en verdad amarga y dolorosa, no será hasta entonces siquiera un candidato para la liberación budista - A través de la abnegación, diría yo, ponemos a funcionar voluntariamente la tercera: La Verdad de la Cesación del Sufrimiento.
 
En general debemos llegar a un conocimiento profundo de nuestra mente y a la vez tener una claridad para entender y poder decidir si nuestra mente está percibiendo los fenómenos de una forma real o si simplemente está creando los fenómenos y con esta convicción, llegamos a la cuarta noble verdad.
 
Entonces, ahora mismo, con toda nuestra voluntad y corazón compasivo, comencemos a poner en movimiento las Ruedas de la Cuadriga Real de la Verdad - las leyes de la conducta pura, el camino óctuplo - para generar la visión, que a su vez genera el conocimiento, que conduce a la paz, que conduce a la sabiduría y que conduce a la iluminación Perfecta e Insuperable. Dejemos atrás todo el sufrimiento temporal, comprendiendo completamente que está solamente en nosotros hacer el esfuerzo de seguir el Camino Óctuplo y levantar el velo de los obstáculos para ver la Realidad Absoluta.

Como dijo el Honorable del Mundo, el Señor Buda, el Tathagata en su Sermón de Benares:

 

Por la práctica de la compasión he logrado la liberación del corazón y por lo tanto estoy seguro que nunca regresaré en nuevos nacimientos. Incluso, ahora he obtenido el Nirvana.

 
"OM GATE GATE PARAGATE PARASAMGATE BODHI SVAHA"
"(Vamos, vamos, vamos más allá, vamos a la otra orilla, ¡Iluminación! ¡Gozo!)"
 
 
Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
Sábado, 21 de diciembre de 2002
 
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