Lo Relativo y lo Absoluto
Relatos de la Vida Diaria
 
Por la Rev. Yin Zhi Shakya
 
Rev. Yin Zhi Shakya
 
Relato #1
Caminatas
 
Flamingos en Miami - Foto por Yin Zhi Shakya - 13 de julio 03
 
 
Había frío, por eso no había podido salir a caminar como todas las tardes. De todas formas me decidí a dar un paseo alrededor de la manzana, y así fue. Me puse la chaqueta, cogí las llaves y bajé las escaleras. Ya afuera, respiré el aire suave y frío de la tarde. Me alegré haber decidido caminar.
 
No había dado cinco pasos cuando me encontré una vecina que venía en dirección contraria. La saludé y al hacerlo me di cuenta que estaba llorando. Me hice la que no me había dado cuenta, pero no funcionó, ella vino hacia mí con aire compungido y me preguntó, - "¿Estás muy apurada? ¿Me puedes escuchar?" Sin inmutarme le contesté que me sería de gran gusto hablar con ella. Y así comenzamos a caminar juntas.
 
Me dijo, - tengo muchos problemas, nadie me entiende, por más que trato de hacer las cosas bien, todo va de mal en peor.
 
Le respondí con un monosílabo - OH.
 
Ella siguió hablando - estoy sola, aunque acompañada; estoy triste, aunque esté en el medio de todos; me llamo Lucy y no sé ni quien soy; lo tengo todo, y siento que tengo nada; no hay ilusión, no hay ilusión... ¿qué es lo que me pasa?
 
Puede que no sea tan grave, le respondí, ¿has hecho un recuento mental de la situación y lo has analizado?
 
- No - me dijo - ¿qué es eso? ¿qué es un recuento mental?
 
- Pues un recuento mental - le dije, es ver la situación no desde tu punto de vista, sino como realmente es. Es preguntarte, cuál realmente es el problema sin mentirte a ti misma y encarando la situación. En otras palabras es ver la verdad.
 
- Ah, eso es muy difícil, no lo sabría hacer sola.
 
Si quieres te acompaño - le dije.
 
Se quedó callada y seguimos caminando. Entonces hablé de nuevo, ¿quieres que te relate la historia de un hombre excepcional del cual todos podemos tomar consejo y vivir tranquilos y en paz? Él decía - este mundo, el mundo del Sámsara, el mundo temporal del ego, debe ser visto,
 
"Como una estrella que cae, o Venus eclipsada por el alba,
Un burbuja en una corriente, un sueño,
La llama de una vela que chisporrotea y se va."
 
- Esto amiga mía no existe, es solo una ilusión, un espejismo, algo a lo que no debemos darle la menor importancia. Alguien dijo, y muy certeramente, "que esta dimensión material es simplemente el sámsara. Cuando la miras estás mirando el sámsara en toda su extensión. Pero, ¿qué significa? Nada más y nada menos que nombres y formas cambiantes. Pero cuando el ego se extingue experimentas ese Flujo... y es bello no simplemente porque es deslumbrante, sino porque el hecho de verlo como es, necesita del olvido del ego. El velo [del ego] es levantado y ves claramente." ¿Lo entiendes?
 
La Rev. Ming Zhen Shakya, OHY, en el capítulo 5 de su libro 'El Séptimo Mundo del Budismo Chan dice acerca del sámsara y el ego, "El sámsara es una contienda en sí mismo. Cada segmento es una zona de guerra. Y la causa del conflicto es simplemente que el ego, debido a su autentica naturaleza, existe en un estado perpetuo de deseo, anhelando amor, fama y poder y, desgraciadamente para todos nosotros, sin importarle mucho lo que necesita para conseguirlo. Para triunfar en sus ambiciones llegará a mentir, estafar, robar, traicionar, matar, y generalmente manipular a otros egos sin la mínima piedad. Y si en el camino hacia sus logros ha descubierto como se valora la lealtad, la virtud o la generosidad, entonces buscará la fama justamente por ser grato, generoso y leal. Pero cuando percibe que semejantes virtudes no le van a aportar un beneficio inmediato, aplaza el ser un 'Número Uno' y prescinde de tales nociones sentimentales. Los actos altruistas que se realizan porque el ego desea la estima generada por estas acciones, no son en modo alguno altruistas; por otro lado, los actos altruistas que se llevan a cabo desde un amor auténtico y libres de nuestra personalidad son actos que han trascendidos al ego y de ninguna manera son Samsáricos."
 
- ¿Y quién es ese hombre del que hablas y que dice que esto que estoy pasando no es verdad? ¿Algún enajenado mental?
 
Este hombre es, le dije entonces, diría yo el más famoso y efectivo psicólogo del mundo, "él que ha encontrado un camino para salir de todo este atolladero; un camino que es llamado 'El Camino Óctuplo' o también 'El Camino Medio'. Este hombre se llamaba el Buda y sus consejos o enseñazas han librado, libran y seguirán librando a muchos, de todo ese sufrimiento que ahora tú crees que estás pasando, y que se llama la vida en el ego, la vida del sámsara como te dije antes.
 
Para poder entrar en ese camino, seguí diciéndole, tienes que estar conciente de varias cosas, continué. Y esas cosa son: que el sufrimiento existe, que el sufrimiento surge del apego al deseo, que el sufrimiento cesa cuando el apego al deseo cesa, y que la liberación del sufrimiento es posible mediante la práctica del camino óctuplo.
 
- ¿Qué si el sufrimiento existe? ¡Qué me lo digan a mí!" dijo ella, "¡ya no puedo más, ya no puedo más!... Bueno, bueno, ¿y qué?...
 
- Pues, como íbamos diciendo, hay solo cuatro verdades de las que tienes que estar muy conciente y comprenderlas, esto es imprescindible. Ellas son: que el sufrimiento existe, que el sufrimiento surge del apego al deseo, que el sufrimiento cesa cuando el apego al deseo cesa, y que la liberación del sufrimiento es posible mediante la práctica del camino óctuplo.
 
- ¿Y qué es lo que tengo practicar que me va sacar de este sufrimiento?
 
Pues bien - le dije - la comprensión de estas verdades, por ejemplo, la de que el sufrimiento surge del apego al deseo, y que cesa cuando el apego al deseo cesa, nos guía a la práctica del Camino Óctuplo, ese es el camino que debemos recorrer o practicar: el Camino del pensamiento correcto, de la aspiración correcta, del lenguaje correcto, de la acción correcta, del medio de vida correcto, del esfuerzo correcto, de la atención correcta y de la concentración correcta.
 
Le miré a los ojos y noté una mirada profunda y pensativa. Sabía que estaba asimilando lo que había escuchado.
 
Se había hecho de noche sin darnos cuenta.
 
Me dijo, - quiero seguir aprendiendo, ¿caminamos mañana?
 
Le dije - a las cinco en punto, en el mismo lugar.
 
Y cada una nos dirigimos de nuevo a nuestros respectivos hogares.
 
 
Rev. Yin Zhi Shakya, OHY
Viernes 13 de enero de 2002

 

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